Difícilmente descriptible. Hablaré de salud, sanidad y periodismo, pero también de ciencia, biotecnología, música, literatura, baloncesto, cine, etc., siempre con las pistas que twitter me da como hilo conductor. Siempre leer y escribir
He dejado pasar una semana de crisis del Ébola en España, tras el ingreso, el pasado lunes, de la auxiliar infectada, para escribir esto. Aunque hubiera querido escribirlo antes, no habría tenido tiempo: la semana ha sido frenética en muchos frentes, y uno de ellos ha sido el periodismo. Hemos (como periodista, hablo en plural) hecho cosas bien, claro, pero también hemos descarrillado en varias ocasiones. Demasiadas. Se han cruzado líneas rojas con mucha frecuencia.
De entrada, os dejo aquí el enlace al comunicado de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) @anisalud A partir de ahí, hablamos.
No ha sido nada fácil acceder a información durante la última semana. Las redacciones tienen menos medios que antes. Algunos profesionales nunca se habían enfrentado a tal crisis de salud pública. Adelantarse a la competencia está en la cabeza de todos. Etc, etc., pero nada de esto es disculpa. Se ha desinformado a la población, se ha olvidado la ética y el profesionalismo, se ha vulnerado la intimidad de la paciente, y se ha ensuciado (más) el periodismo.
Una de las ideas principales delSlideshare 'Comunicación y crisis' (aquí, completo). De utilidad para políticos y gestores, pero también para periodistas. Vía Juan Carlos March, profesor de la EASL @joancmarch
La penúltima afrenta ha sido la publicación, en casi todos los grandes medios digitales, de una foto de la auxiliar en su habitación. De hecho, son varias fotos. Una de ellas, casi un primer plano aunque algo borroso, la firmaba Reuters, que, de entrada, rompía su política de privacidad (Aquí, el documento completo de la agencia). Al olor de la novedad morbosa, la mayoría de medios publicaron la foto. Algunos la retiraron tras una avalanzha de críticas sociales y profesionales, otros la mantuvieron. Lo preocupante es que 9 de cada 10 medios decidieran hacer uso de ella. Llegó la foto, se pensó, y se decidió. Muy preocupante.
Extracto de la política sobre privacidad de Reuters, agencia que distribuyó la imagen de la auxiliar ingresada y que la mayoría de mediso españoles utilizaron. El pantallazo es de Moeh Atitar (@guerraypaz), que lo distribuyó en twitter.
En días anteriores, se fue conociendo el nombre de la afectada, sus apellidos, su edad, su dirección, su lugar de nacimiento, datos de sus familiares... La violación de su intimidad no ha cesado hasta que, tristementente, hemos aceptado pulpo como animal acuático. Empezamos a creernos que todo vale. Que, como sucede a nuestro alrededor y es una costumbre extendida, hay que incorporarlo a la normalidad. Y no. No me meto, por ignorancia, en si caben acciones legales, pero sí sé que los medios (y las fuentes de donde surgieron estas filtraciones) se han saltado a la torera la ética, la protección de datos, la intimidad de la paciente...
El Carlos III/La Paz salíó al paso de la publicación de las imágenes de la paciente: "Apelamos a la responsabilidad de los medios; pedimos información veraz, contrastasa y ajenas a rumores"
Por no hablar de la información poco contrastada e innecesaria. Empezando por los extremos, un medio llegó a publicar la muerte de la paciente, y otro sorprendió con una noticia que explicaba qué sucedería con sus restos si falleciera. Se dio pábulo, en el día que la afectada parecía estar más grave, a mil y una suposiciones. Entubada o no, tratada con Z.Mapp, con plasma, con uno u otro antiviral, o con una nueva terapia experimental, con problemas respiratorios o no, posible inicio de fallo multiorgánico, etc, la paciente, su entorno, los profesionales y la sociedad no merecían bulo alguno.
Algunos de nosotros nos hemos fiado de fuentes indirectas, de personas cuyo estado emocional no es el más indicado para sustentar una noticia, de habladurías, de debates más que prescindibles. He leído de llamadas que no deberían haberse producido, de 'visitas' a zonas restringidas, de imperativos legales en las redacciones provinientes de quien no tiene idea...
Y, en el colmo del paroxismo, todos hemos podido ver montajes inventados sobre nuevos casos. Estas falsas noticias incluían la firma del periodista que, presuntamente, las ahbría escrito, y la cabecera del medio. Algunos falsos casos apuntaban a Castilla-La Mancha, por citar un caso, y el tema ya está en los tribunales. Parece una broma, pero no lo es. Esto no es periodismo, pero puede dañarlo aún más.
Denuncia de la Consejería de Sanidad de CLM, a la Fiscalía de Toledo, ante la proliferación de noticias falsas sobre casos de Ébola. Firmadas con el nombre de periodistas reales y de medios rales. La locura
Podría extenderme más, pero creo que queda claro el mensaje. El hagstag que (creo) se sacó de la manga @javiviz acertadamente, #QuitadlafotodeTeresa, resume bien el sentir: cuidemos un poco nuestro trabajo y la labor que hacemos,y la intimidad de la gente, por descontado.
El hagstag #QuitadlafotodeTeresano se movió tanto como yo pensaba, pero @javiviz tenía más razón que un santo
La explicación que dio ayer en el Congreso Carmen Vela,
secretaria de Estado de I+D+i, sobre la pérdida de financiación del Instituto
de Salud Carlos III (ISCIII), merece una reflexión. El ISCIII se nutre de fondos
ministeriales, pero también de un pequeño porcentaje de lo que factura la
industria farmacéutica (entre el 1 y el 2 por ciento del total, algo regulado
por la disposición adicional sexta, si mal no recuerdo). Los laboratorios
destinan, de este porcentaje, la mitad a la investigación sanitaria del Carlos III,
que depende de Economía, y la otra mitad al Ministerio de Sanidad (entre otras
cosas, al Fondo de Cohesión -que anda muy escaso, dicho sea de paso-).
Me parece importante concretar qué parte de la financiación
del Instituto es pública, y cuál, privada, pero no logro reunir los datos:
hasta donde he llegado, gracias a la ayuda de @lauragibanes, intuyo que el
dinero público supera al privado. Por cierto, el ISCIII contaba este año con
algo más de 286 millones; en 2015 serán 273. Como recuerdo, el Carlos III lleva
cinco años perdiendo financiación, con la excepción de este año, con un 2 por
ciento más. En 2015 perderá más de un 4 por ciento, y en 2011, 2012 y 2013 su
presupuesto también cayó, uno de los años casi un 10 por ciento. La media
sonrisa de 2014 se vuelve a difuminar: la (teórica) recuperación económica no
redunda en el Carlos III.
Así ha evolucionado el presupuesto del ISCIII en los últimos cinco años. La lectura está clara
Me parece bien (siempre con transparencia y buena gestión)
que la industria aporte fondos a la investigación, aunque me parecería mejor
que la Administración no tuviera que justificar recortes por una menor aportación
privada. Y es que lo que propone Vela, y en principio no le falta lógica, es
que, con la caída del gasto y la factura farmacéuticas, los laboratorios
ingresan menos, por lo que se reducen los fondos que deben destinar a las arcas
del Carlos III. Mientras Vela dice que el dinero que aporta el Ministerio va
aumentando, aunque, visto lo visto, no lo suficiente para que el Instituto no
sufra recortes presupuestarios. Este año, Economía dio 18 millones más al
ISCIII, y en 2015 pondrá otros seis extra, parece. La secretaria de Estado
dijo, literalmente, "hemos hecho lo que hemos podido", dando a
entender que Economía no puede compensar la aportación reducida de la
industria.
La conclusión es que el Instituto Carlos III no lo tiene
fácil. El Gobierno no puede, o no quiere, insuflarle más financiación, y ni
siquiera lo deja al margen de los recortes generalizados. Pero es que el
Gobierno lleva años fomentando una reducción del gasto farmacéutico, lo que,
visto lo explicado antes, afecta indirectamente a que el ISCIII reciba menos
fondos de la industria. Parece un loose-loose. La pregunta que me surge es si
el porcentaje que aportan los laboratorios puede subir y superar ese 1-2 por
ciento de su facturación. Lo ignoro, pero imagino no está la industria como para
aceptar otra vía de escape de fondos.
Carmen Vela, hace unos días en el Congreso.
Sobre la pérdida de fondos del ISCIII,
tras decir que la financiación púvblica sube,
añadió: "Hemos hecho lo que hemos podido"
El Instituto Carlos III ha impulsado en los últimos años,
dándoles la manija de la investigación biosanitaria, los Institutos de
Investigación Sanitaria (IIS) y los Centros de Investigación Biomédica en Red
(Ciber). Son, o eso se pretende, la joya de la corona de la investigación
biomédica, junto con el CNIO y el CNIC (que tendrán el año próximo presupuestos
congelados, por cierto). El ISCIII tiene buenos proyectos y un director que,
hasta donde sé, tiene ganas de ver a la ciencia más arriba de lo que está
ahora. Pero sus centros y proyectos van a tener que liderar el sistema, salvo
que la letra pequeña de los presupuestos siga otra cosa, apretándose el cinturón
y con unos bolsillos menos llenos.
Todo lo que he escrito afecta a la cáscara, a lo que las
personas de a pie (quizá los periodistas algo más) podemos saber sobre la
financiación de los centros públicos. Ignoro, y ojalá sea así, si, bajo una
apariencia de recortes, centros como el Carlos III pueden mejorar indicadores
de la i+d+i con una microgestión basada en el más con menos. Si es así, estaré
encantado de escribir en este y otros foros que la pérdida de fondos tiene poca
importancia. Repito, ojalá sea verdad el más con menos, pero lo que la ciencia
necesita es que se intuya, desde fuera y sin tener que indagar mucho, que el
Gobierno apuesta por ella. Y no, hasta ahora no se ve a las claras.
No es por hacer demagogia: más allá de pancartas o partidismos,
esta frase encierra una verdad como un templo. Hay que sacarla a la calle,
pero también meterla en la cabeza de muchos.
En los últimos días he tuiteado mucho de Biotecnología, más de lo normal. Lo he hecho desde Santiago, cubriendo in situ el BioSpain 2014, alejándome 3 días de la política sanitaria y científica que me atrapa en el día a día laboral. Sólo en parte, ya que Mato, Farjas, Núñez-Feijóo y compañía visitaron el congreso, y Ministerio de sanidad y consejerías autonómicas decidieron celebrar una reunión informal coincidiendo en tiempo y espacio con el congreso. Ni yéndome de Madrid a hablar sólo de biotecnología me libro de la
política sanitaria, que eclipsó informativamente a lo puramente
biotecnológico cuando la ministra anunció la financiación pública de Sofosbuvir, para la hepatitis C. Canutazo, llamada al periódico, "oye guárdame otra página", más curro...
Con el hagstag #BioSpain2014, el congreso se movió bien en redes sociales. Algo más de impacto 2.0 me esperaba yo, quizá
Este post es una mezcla de la crónica de ambiente que escribí para un especial publicado en Diario Médico, y de otras ideas que no tienen en esta publicación su destino más lógico. ¿Qué me traigo de BioSpain? Mucho curro, pero un montón, y mucho gusto de saludar, charlar y compartir ideas con medio sector (medios, clínicos, investigadores, empresarios, patronal, inversores...) Llevo 8 años viajando para cubrir congresos científicos, nacionales e internacionales, y este BioSpain se ha llevado la palma en cantidad de curro. Me ha dejado exhausto mentalmente, y la noche compostelana del jueves me remató. Sarna con gusto no pica...
Networking nocturno. Tras el curro, hubo algo de tiempo para visitar los bares compostelanos.
La séptima edición de BioSpain ha cumplido expectativas. El congreso, desde su edición de 2010 en Pamplona (era su cuarta edición), va sobrado: es un valor seguro y ya sólo le queda superar registros. Madrid 2006 y Granada 2008 sembraron la semilla cuando la cita aún era más underground; Bilbao 2012 confirmó el boom, y Santiago 2014 no iba a ser menos. El norte le sienta bien a BioSpain: veremos si la edición de 2016 sige la tradición, o se mueve hacia el sur. Algunos 'listos' piden Canarias... ;)
El primer especial que escribí sobre BioSpain. Hace ya seis años...
Visto desde el punto de vista del periodista asistente, la evolución ha sido tremenda. Casi no guardo recuerdos de la primera edición a la que asistí, en Madrid 2006. Sí me acuerdo más de Granada 2008, donde, medios locales al margen, creo que fui el único periodista invitado a cubrir el congreso. Me vi buscándome la vida, comiendo con investigadores y clínicos, buscando entrevistas, pululando... Era novato, pero guardo buenos recuerdos, como la cerveza que me tomé en un pequeño bar con Mariano Esteban, investigador del CNB-CSIC y hoy presidente de la Real Academia de Farmacia, mientras hablábamos sobre virus y vacunas.
... Y van cinco ediciones. En 2006 le cogí el gusto al sector, y he tenido la suerte de estar en 2008 (Granada), 2010 (Pamplona), 2012 (Bilbao) y en ésta última, 2014 (Santiago)
Lo difícil no es llegar, sino mantenerse y seguir creciendo, y ahí BioSpain puede esbozar una sonrisa. Es más de lo que puede hacer el sector al que representa, que está pasando un año de dudas y con el gesto algo torcido, consciente de que, más que nunca, se la jugará entre los presuntos brotes verdes de 2015 tras dos años difíciles en los que, pese a todo, ha aguantado el tirón. Hay razones para ver el vaso medio lleno, o medio vacío.
Este sector es multidisciplinar, pero no deja de ser una familia. No muy extensa, y muy joven. La media de edad de clínicos, responsables de laboratorios, inversores, empresarios, etc., puede rondar los 40. Todos se conocen, y viven el congreso de forma diferente a lo que pueden ser sus homólogos de otras disciplinas. Reina cierto desenfado y es casi imposible, también para los medios que normalmente cubren el sector, caminar 100 metros en BioSpain sin dar 200 abrazos, estrechar 100 manos y echar unas cuantas risas.
La política, en BioSpain. El presidente Alberto Núñez-Feijóo, la ministra Ana Mato, los consejeros Echániz y Rodríguez... Los políticos se acercaron al congreso, lo visitaron y aprendieron un poco de biotecnología (espero).
La biotecnología asoma la cabeza pese a las dificultades: el sector tiene mucho de vocacional, y sus protagonistas lo sienten suyo. Lo conocen como la palma de su mano, hacen los deberes, van pasos por delante y lo defienden con uñas y dientes. Los clásicos de la biotecnología llevan años compartiendo congreso, y saben que el networking es igual de fructífero con el primer café de la mañana, entre los stands comerciales, en las sesiones científicas y con la penúltima copa de la noche.
Hay tiempo para todo, también para recordar que se necesita ayuda externa, tanto pública como privada. En esta edición, estuvieron presentes la ministra de sanidad, los consejeros autonómicos, el presidente de la Xunta... El tiempo dirá si este apoyo presencial se convierte en apoyo económico, social y político. Ya tenemos los PGE para 2015, y parece haber una subida para la I+D+i... habrá que leer la letra pequeña, y esperar para saber si la biotecnología puede aprovecharse.
El CSIC, que alberga numerosos biomédicos y biotecnológicos, trata de levantar la cabeza tras su annus horribilis. A vueltas con la financiación.... Forges, agudo, como siempre.
El Año Español de la Biotecnología, que se celebra este 2014 tras la necesaria aprobación parlamentaria (estuvo a punto de celebrarse en 2013), coincide con un momento difícil para el sector. La caída de la financiación de la I+D+i en los últimos años (paliada leve, pero insuficientemente, este año), más los problemas endémicos de la biotecnología (falta de inversión y capital riesgo, poca cultura emprendedora, escasa flexibilidad reguladora...), hacen que mirar hacia 2012, año al que corresponden las últimas cifras estudiadas, suponga torcer la sonrisa.
Esta semana, el mismo día para ser más exactos, lunes, coincidieron la presentación oficial del Año Español de la Biotecnología y la presentación del Informe anual de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Por si fuera poco, se celebró el congreso de la Federación Española de Biotecnólogos (organizado por Febiotec y Asbtec). El sector, que lleva años aguantando el tirón, sacando fuerzas de flaqueza y creciendo en muchos ámbitos, parece que no puede estirarse más. Sufre, aunque aún es capaz de mostrar buena cara.
Asebio habla en su informe de "fragilidad, agotamiento y ralentización". Se hace más difícil que nunca ver el vaso medio lleno, aunque aún es posible, con una subida de las cifras de negocios, un alza de la llamada bioeconomía (de suponer el 3 por ciento del PIB en 2008 ha subido hasta el 7,8 en 2012), y una mayor generación de empleo.
Presentación del Informe Asebio, el pasado lunes. La foto es de Mauricio Skrycky. Buena parte del sector biotecnológico, reunido en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tratando de poner al mal tiempo, buena cara, y aferrándose a cifras de negocio, empleo y bioeconomía para ver el vaso medio lleno.
Lo citado es lo más positivo. Lo negativo es que continúa (aunque se haya atenuado en 2012 frente a 2011) la caída de inversión en I+D+i de las empresas biotecnológicas. Baja por segundo año consecutivo. Además, con datos de 2013, la publicación de patentes bajó un 15% por ciento en comparación con el año anterior.
Pero, más que las cifras en sí, a las que el sector se aferra (con cierta razón) para concluir que aguanta el chaparrón, aumenta la sensación de desaliento general. Desaliento por falta de apoyo político, porque se frena la evolución positiva, y porque el sector está llamado a ser un motor económico y no puede, no sabe, o no le dejan demostrarlo.
El Año Español de la Biotecnología (que, por cierto, aún no se ha publicado en el BOE...) se beneficiará, aunque no cuente con financiación específica y finalista, de un 10 por ciento del presupuesto para la divulgación científica. Del total, unos 3 millones de euros, una décima parte se destinará a promocionar la biotecnología.
Además, habrá beneficios fiscales extra para el sector. Se incidirá en la educación social, en el conocimiento de base, para hacer que la biotecnología le llega más a la gente de a pie. Sin olvidar que, para que esto avance, debe entrar en la cabeza de los responsables políticos. Se da por hecho que ya está en la agenda política, pero aún hay que demostrarlo.
Presentación oficial de las actividades del Año Español de la Biotecnología. La foto, de nuevo, es de Mauricio Skrycky. Las mejores noticias para el sector pueden llegar por medio de la financiación europea. Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i, dijo que los datos avalan el crecimiento del sector.
Hay cierto miedo de que todo quede en poco más que promesas sobre el papel, aunque lo cuatro promotores del Año de la Biotecnología (Febiotec, Asebio, Sebiot y SEM) harán todo lo posible para que no sea así. Cuentan, aunque tenga las manos algo atadas, con la buena disposición de la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, que lleva media vida ligada al sector biotecnológico.
De fondo está el programa de investigación europeo, Horizonte 2020, puede echar un cable. Si es difícil rascar financiación en España, todos miran a Europa. Y puede ser buena vía; en el programa previo, el VII Programa Marco, España fue el cuarto país de la UE que más proyectos biotecnológicos consiguió. En el programa de biotecnología de Horizonte 2020, que aún no está cerrado, va primera en la carrera por entrar en proyectos y liderarlos. Quizá la ciencia española no se puede permitir ser euroescéptica...
Para acabar, una foto (algo vanidosa) con los galardonados por Asebio por comunicar y divulgar la biotecnología. Por ahí asomo; me dieron un accésit por "continua difusión de la biotecnología" vía twitter y blog. Más contento que unas castañuelas: es el sector en el que más a gusto me muevo, con el que más disfruto escribiendo. Gracias!
El debate sobre el cierre de camas en verano es tan recurrente como el I got you baby que Bill Murray escucha todos los días al despertarse en ese películón de Harold Ramis que es El día de la marmota. Como me pasa a mí con las camas, a Phil Connors (que así se llama el personaje de Murray) le falta información de por qué se despierta cada mañana en el mismo día. Éste es un post lleno de dudas y preguntas, y con pocas afirmaciones y respuestas. Ojalá la cosa esté más clara en comparación como la veo yo.
¡Buenos días excursionistas, hoy es el día de la marmota...!
En frío, sin pensarlo: estoy en contra del cierre de camas hospitalarias en verano. Mejor que no se cierren, por si acaso. Luego me da por pensar algo más el tema, y no puedo llegar a muchas más conclusiones, porque me faltan datos. Las consejerías dicen que se basan en la experiencia previa para cerrar según qué camas, y los sindicatos hacen lo propio para decir que pueden colapsarse las Urgencias; que en julio y agosto aumentan las listas de espera, y que lo acaba pagando el paciente.
Precisamente al paciente, al menos el que tenga un mínimo interés en profundizar en este debate, se le puede quedar la cara de Bill Murray cuando va comprendiendo en el bucle en el que se ha metido. Conviene introducir un subdebate, como hacía Miguel Ángel Máñez en una reciente entrada de su Saludconcosas: "El cierre de quirófanos
es una mala noticia para la lista de espera, pero el cierre de camas no va a
impedir que se siga operando. Y si es cirugía ambulatoria, menos
problema todavía". Luego volveré a esta dicotomía, que me genera aún más dudas.
¿What the fuck...? ¿Me explicas por qué cierras camas y quirófanos?
Si, en tres clicks, pudiéramos acceder a a una página que nos dijera cuántas camas y quirófanos cerró un hospital el año pasado, cuánto aumentó o disminuyó su actividad en Urgencias en ese tiempo, cómo evolucionó la lista de espera, qué variación de personal hubo, cuántas cama se ocuparon, si se echaron en falta las cerradas, qué día a día asistencial tuvieron pacientes y sanitarios... Si supiéramos esto de forma ágil y sencilla, por centro, provincia y comunidad autónoma, probablemente el debate no sería tanto, y una de las partes (administración-gerencia o profesionales-sindicatos-pacientes) se cargaría de razón. Y con pruebas fehacientes.
We want information.... Information!
Intro de la serie británica The prisoner (de la que luego Iron Maiden hizo su propia lectura, tomando prestada la intro). ¡Datos!
Pero esta evaluación no se da hoy día (si se da, peor, porque no es accesible). Visto así, con los mimbres actuales (las provincias y comunidades cierran cada verano, grosso modo, entre un 10 y un 30 por ciento de las camas de sus hospitales, aunque hay cierres de quirófanos que superan el 50 por ciento del total), ¿no parece más lógico planes de gestión estivales para, adaptado a cada situación y realidad, y descongestionar el sistema? El cierre ahorra (en principio y a corto plazo), claro, y eso es muy bienvenido. ¿El presupuesto es tan justo que no lo permite? ¿Es un absurdo pensar en no cerrar quirófanos para reducir las esperas? Vuelvo a una idea previa: ¿Qué relación hay entre cierre de quirófanos, cierre de camas y aumento de lista de espera?
Cuadro de una publicación de la Fadsp sobre el cierre de camas en Galicia. No he buceado para confirmar los datos; lo pongo como ejemplo del vínculo cierre de camas-aumento de lista de espera quirúrgica: ¿se conoce bien?
Acabo. ¿Y el resto del año? Hay plantas, camas y servicios poco aprovechados a lo largo de los 12 meses. Si en verano nos da la fiebre,. ¿por qué no extenderla, bien gestionada, a todo el año? SNS y pacientes lo agradecerían.
Toca entrada 'ligera' y musical, algo larga pero amenizada con vídeos. En las últimas semanas, por conversaciones con amigos, charlas tuiteras, recuerdos (y hasta por un sueño), me ha dado por recordar qué discos marcaron mi niñez y mi juventud, hasta los 18 años, y ayudaron a convertirme en el forofo de la música que soy hoy día. El rock (en muchas vertientes) y el heavy me pierden hoy día... Pero hace años hubo mucho más, que quizá explique mi gusto por varios tipos de música. Aquí os vais a encontrar de casi todo...
Sigo lamentando que mis padres no hayan sido nunca grandes amantes de la música, y no haber tenido un hermano mayor, o alguien de referencia, que me introdujera antes en ella. Dicho esto, gané en autodidactismo. Hay cosas casi inconfesables que, como hace mucho que carezco de vergüenza, podréis leer... Voy a tratar de seguir un orden cronológico, indicando año y mi edad en casa caso. 18 discos, y un extra, para mis primeros 18 años.
La Traviata, de Verdi. A mi padre le gusta la música clásica lo bastante como
para tener por casa varias óperas y zarzuelas de las más conocidas. El
Coro del Yunque, de la ópera de Verdi La Traviata, me impactó desde muy pequeño, y aún es una de
mis piezas clásicas favoritas. Carmen, de Bizet, ocupa un segundo lugar en la música clásica de mi niñez.
El coro del yunque, de La Traviata. Canela fina...
Descanso dominical, de Mecano: Rondaba por casa desde que salió en 1988, cuando yo tenía 7 años. Por alguna atracción inexplicable, debí escucharlo unas 137 veces en pocos meses. ¿Cómo no me iba a marcar? No me hizo fan de Mecano, pero le tengo cierto cariño. Aún me veo en fogonazos cantando sus canciones por el pasillo de casa de mis padres.
El Blues del esclavo, en directo.
Boom 4, varios. El listado de grupos y cantantes es casi
interminable, pero me descubrió, allá por finales de los 80, a Joe Cocker, Gabinete Caligari, Sabina,
Tina Turner, Héroes del Silencio, Los Ronaldos, Tino Casal, Ilegales,
Loquillo... Un gran disco, de los que más ha colaborado a mi amor por la música. Apenas entendía de estilos musicales, pero me abrió mil puertas.
Camino Soria, de Ganinete Caligari.
Uno de los mejores temas incluidos en el recopilatorio Boom 4. Añejo...
Ay Amor, de Victor Manuel: Dos cassettes de Victor Manuel circulaban por mi casa: Sólo pinso en ti y Ay Amor. No sé la cantidad de veces que pude escucharlas entre los 6 y los 12 años. Me las sé de memoria y me retrotraen 25 años. Aún las guardo y, aún las escucho. Las cuido. El cobarde es una de las mejores canciones contra los sinsentidos de la guerra que he escuchado.
El cobarde. ¿Por quién lucho yo...? Pelos como escarpias
The very best of Elton John. Llegó a mi casa en Navidades de 1990, cuando yo tenía 9 años. Ningún disco me recuerda más a mi niñez. Lo escuché mil veces, muchas con mi padre, y me lo aprendí de cabo a rabo. Dos canciones rockeras, kiss the bride y Satuirday´s night (allright for figfhting) me volvían loco, también la balada Sacrifice. Cuando hace unos pocos años pude verle en directo (tras un intento fallido en 1999) me emocioné. Mucho. Disfruté como un niño.
Kiss the bride, Elton John en su lado más rockero
Te huelen los pies, Emilio Aragón: Salió en 1991, recuerdo que con
una portada en al cinta de Emilio Aragón guitarra en mano. De niño no
paré de escucharlo durante un par de años, y aún hoy me lo pongo de vez
en cuando, acordándome de las letras y con una sonrisa de oreja a oreja.
Un grande el amigo Emilio: su cubatita de ron y su Cuidado con Paloma
no tienen precio.
Cubatita de ron, de Emilio Aragón.
De cuando lo de cantar una loa al alcohol a un público infantil no estaba tan mal visto...
Gente impresentable, Celtas Cortos. Mi grupo favorito de
niñez/adolescencia. Pude conocerlos cuando aún no eran famosos, porque
son de Valladolid y yo veraneaba en Palencia, donde pegó mucho su segundo
disco, Gente Impresentable. Fue mi primer concierto, en el verano de
1990, gratis, en la estación de autobuses de Herrera de Pisuerga. Mis
padres no me dejaron quedarme hasta el final, pero el daño estaba hecho:
hasta los 17-18 años fueron mi pasión. tengo toda la discografía y,
claro, los sigo escuchando. Me emocionan.
Hacha de guerra, instrumental de Cifu y compañía.
Entre lo celta y lo rockero
Tubular bells 2, de Mike Oldfield: Editado en 1992, cuando yo tenía 11-12 años. Nos lo regalaron, no recuerdo quién, y lo acogí rápidamente. A mi padre le aburría. Sentinel y Tattoo aún me ponen los pelos como escarpias. Me sentaba frente a nuestra nueva cadena de música, y a escucharlo. Tener esta segunda parte me llevó a la primera: un lujo.
Sentinel en directo.
Para disfrutarla de tranquis...Gin tonic en mano, sugiero ;)
No hay tregua, de Barricada: No consigo recordar por qué llegó a mis manos la cassette de este disco. Salió en 1986, pero yo no lo tuve ni lo escuché hasta principios de los 90, cuando tenía algo más de 10 años. Es probable que me llegara a través de mi primo: no recuerdo si me la dejaron o la compré, pero tenía la cinta original, no grabada. Discazo en forma de cassette de las blancas con letras azules. Curiosidad, porque, a esa edad yo no escuchaba mucho rock, y menos del calibre del que hace Barricada. Aún la guardo: es una de mis posesiones más preciadas.
Písale, de la banda del Drogas. Sensación de carrera...
En directo en Tocata, o similares. Una perla
Ante todo, mucha calma, de Siniestro Total: Junto con el No hay tregua, de Barricada, mi pasado más rockero de niño. Un amigo gallego de clase me grabó este directo al poco de editarse, en 1992 (tenía 11 años), y se convirtió en el disco de referecia para toda la clase. No parábamos de cantarlo, en clase de gimnasia, en el recreo, a la salida... Me lo sé de cabo a rabo. Lo sigo escuchando a menudo, y aún guardo la cassette grabada en cuestión.
Pueblos del mundo, ¡extinguíos!
Juntos de la mano hacia la extinción. Poco más que decir...
Lo más duro 2: La peor mancha en mi expediente ;) Corría 1993, y yo tenía entre 12 y 13 años. Eran los años del bakalao y los remixes, la edad en la que empezabas a salir de casa y a querer salir por la noche, y era imposible que algo no te llegara. Cuando aún tenía que definirme en lo musical, ciertas amistades de verano me hicieron llegar las típicas cantaditas bakalaeras, y algo aún más machacón. El caso es que lo escuche mucho durante unos meses, hasta que un día dejé de hacerlo. Guardo este disco con cariño y espanto compartido.
Lo peor de mi repertorio. Bakalao juvenil del chungo (se me pasó muy rápido)
¿Would you like to hear it again?
Vulgar display of power, Pantera: Más que curiosa mi historia con este disco. Amigos del cole, con hermanos mayores heavies, mamaban de este estilo, que yo aún desconocía y me era ajeno. Uno de ellos me dejó una cassette grabada con este disco (para quien no conozca a Pantera, hacen heavy groove metal-malditas etiquetas- bastante bruto), y tras una semana intensiva intentándolo, no pude con él. Tuve que decirles a mis amigos protoheavies que me superaba, por lo que debieron de llamarle de blandito para arriba, jeje. Años después, ya con veintitantos, lo redescubrí, y lo aprecié: me crea una mezcla de pena y alegría haberlo tenido tan cerca con 13 años.
Walk. Groove metal lo llaman. Muy grande!
So far so good, Brian Adams. Lo hice mío (apareció por casa no sé ni cómo), creo, en el verano de 1993. Mi primer gran contacto con el rock internacional, con 12 años. Probablemente definió por dónde iba a ir mi gusto. El Summer of 69 es uno de mis himnos favoritos; cada vez que suena yo pienso en mi winter of '93. Brian Adams (con Blondie) fue el primer concierto pagado de mi bolsillo, a los 17-18 años.
Run to you. Una de rock canadiense
Jagged little pill, Alanis Morrissette: Tenía 14 años cuando salió, en 1995. Es un discazo, aunque no sirvió para engancharme a Alanis más allá de este CD. Lo escucho a menudo, me recuerda a los años en los que el rock, en su parte más suave aún, ya entraba fácilmente por los poros.
You oughta know. Parecía cabreada Alanis tras una ruptura...
What´s the story morning glory, Oasis: De la misma época que el de Alanis, y con una reflexión similar. ¿Es pop? ¿Es rock? Me da igual: me abrió muchos horizontes para, junto con Blur, principalmente interesarme por la historia del rock británico, y sus oleadas cíclicas de grupazos. Con ellos, y no deja de ser curioso, llegué a Led Zeppelin, Deep Purple, Beatles, Rolling...
Champagne supernova. No es la más conocida del disco, pero creo que sí la mejor
El vals del obrero, Ska-P: Efervescencia antisistema adolescente unida a música rock-ska divertida. Corría 1996 y yo tenía 15 años. Suena a bailes con los amigos en mis primeros bares, y a los gritos de mi padre pidiéndome que bajara el volumen.
Romero el madero. Gamberrismo vallekano, del que te llega cuando tienes 15 años...
La leyenda de La Mancha, Mago de Oz. La confirmación de que el rock y el heavy iban a ser lo mío. Me pilló entre COU y primero de carrera, con 17-18 años. Junto con su anterior disco, Jesús de Chamberí (que escuche a continuación), hicieron del grupo santo y seña de mi walkman durante toda la carrera de periodismo. Me sumergieron en el heavy metal, sin ser (no sólo) un grupo de ese estilo.
El Santo Grial, en directo.
Con el guiño a la la Danza Húngara de Brahms, con violín, flauta y guitarras
Somewhere in time, Iron Maiden: El disco es de 1986, pero yo lo descubrí con 17-18 años, poco después de engancharme a Mago de Oz, gracias a un gran amigo (uno de los que me trató de meter entre pecho y espalda el disco de Pantera con 13 años). Me cambió la vida musical. Ahora los Maiden son mi grupo favorito, y no dejo de recordar cuando escuché ese disco por primera vez. Qué impresión. Qué gozada. Qué mundo. Es escuchar los primeros acordes del Wasted Years y venirme arriba con uan mezcla de nostalgia y subidón.
Wasted years, en un directo de los Maiden en el 88.
Pocos solos de guitarra mejores he escuchado
Mención especial: música en directo. Bar Rodrigo: No puedo dejar de hablar de la banda sonora de verano que me regaló el ya desaparecido Bar Rodrigo, en Herrera de Pisuerga, en Palencia. Desde enano he pasado los veranos en este pueblo, entre primos y amigos, y este bar, con su música, me dejó una tremenda huella entre mis 15 y 20 años. De día era un bar de viejos parroquianos, de noche lo cogía gente joven. ¿Qué sonaba? Extremoduro, Platero y tú, Los Suaves, Barricada, Kortatu, La Polla, Reincidentes... Buena, música, buena gente, calimocho...y muchos chupitos de tequila ;) Definió que mis derroteros fueran hacia el rock español.
La fachada del Bar Rodrigo, en Herrera de Pisuerga.
Es la segunda, el local en beis bajo la casa blanca. La foto se sacó antes de que la derribaran.
Se vino abajo parte de mi juventud...
Hasta aquí hemos llegado. Algún disco se me escapará, pero valga como resumen. ¿Ecléctico? ¿Heterogéneo? ¿Raro? Mi música, nada más...
Hace unos días, en una rueda de prensa de una sociedad científica, la relativa placidez de la presentación de resultados sobre (in)equidad asistencial se vio quebrada por la entrada en juego de un invitado inesperado: la transferencia de competencias sanitarias. Generó revuelo porque los portavoces de la sociedad no se pusieron del todo de acuerdo ni sobre sus consecuencias ni en sus declaraciones; de hecho, dos de ellos continuaron compartiendo sus divergencias, en un tono algo crecido, cuando acabó el acto y los periodistas, tras hacer unas cuentas preguntas, ya nos estábamos retirando. La discusión está ahí; también entre los profesionales.
Antes de seguir, recomiendo un enlace que me he encontrado. Pertenece a una entrada del blog-opinión que tenía Mónica Lalanda (síguela en twitter) en un conocido medio. El titular quizá se va de madre (autonomías, el cáncer de la sanidad), pero expresa que el debate lleva mucho tiempo enquistado. Pasen y lean.
Uno de los dibujos de la sinpar Mónica Lalanda, puede ilustrar lo que comento. Aquí sí pero allí no, acá así y allá asao...
Espero que no le moleste que lo tome prestado ;) Aquí, más ilustraciones suyas
Vuelvo a mi cosecha. Ahí sigue, la eterna pregunta soterrada, el debate que no acaba de estar en la palestra, lo que se debate con la boca pequeña, lo políticamente incorrecto porque, entre otras cosas, entran en juego criterios ideológicos frente a los puramente sanitarios. ¿Ha hecho bien al SNS la trasferencia de competencias sanitarias? ¿Se estaba mejor con el Insalud? ¿Se ha mejorado? ¿Hay realmente 17 sistemas de salud? ¿Funcionan las transferencias y es sólo una gestión mejorable lo que las pone en duda? Falta claridad en la defensa de una u otra postura (o la intermedia, todo es matizable). Vaya por delante que no defiendo la devolución de competencias, sino una mejora de la situación actual (seguro que hay diversas soluciones más allá de la recentralización).
No viví profesionalmente le época del Insalud, ni siquiera los primeros años en los que las autonomías se hicieron con las competencias sanitarias. Sólo tengo la lectura personal de la actualidad, y lo que está claro es que hay desigualdades. Muchas y varipintas, algunas sangrantes. Sé que tiene que haberlas, porque la equidad absoluta es poco menos que un sueño.
Sé que siempre habrá mejores hospitales y centros de salud que otros, y de hecho es que tiene que haberlos. Sé que siempre habrá autonomías con más capacidad económica, mejor gestión y mejores políticos que otras. Pero no me gustan los 'laissez faire, laissez passer' sanitarios. En el modelo que dictan nuestras leyes, que además es el que promulgamos -más con palabras que con hechos-, cualquier ciudadano de cualquier autonomía debe ser igual que otra persona en otra región. Y no lo es. ¿O sí?
Son sólo unos ejemplos: la inequidad sanitaria está en la prensa día sí día también.
De forma cíclica, recurrente y repetitiva.
No es que no se denuncien las inequidades o desigualdades evitables entre autonomías. Se hace, en mayor o menor medida. Los clínicos y los pacientes lo critican, y los políticos... Recurren a la justicia para que decida. Pero da igual: al día siguiente cae otra nueva injusticia. Por cierto: ¿Es normal que el Tribunal Constitucional tenga decenas de decisiones judiciales pendientes para saber si es una autonomía, o si es el Estado, el que es competente en una materia? Igual deberíamos tenerlo claro de antemano, y dejarnos de recursos y fallos que entran en la forma, pero rara vez en el fondo de la cuestión. Jubilaciones, pagas extra, fármacos...
No voy a entrar en si la subasta andaluza o los equivalentes terapéuticos valencianos son buenos o malos (por poner los dos ejemplos de los que más se habla), porque, entre otras cosas, me falta formación para analizarlo a fondo, pero sí tengo claro que no me gusta que un paciente de una ciudad no tenga el mismo acceso al sistema y lo que éste ofrece que otro de otra ciudad.
Resulta que si vives en el País Vasco, Extremadura, Madrid o Castilla-La Mancha, no tendrás que pagar el famoso copago por fármacos de dispensación hospitalaria (si es que alguna vez entre en vigor). Resulta que si resides en Córdoba, es posible que sólo puedas optar a una terapia en una determinada patología, en vez de disponer de 4 o 5 alternativas. Resulta que si vives en X, tienes acceso a tal fármaco oncológico, aprobado por la Aemps, pero que no está disponible en Y. Resulta que si vives en Navarra, puedes comprar en farmacias la vacuna de la varicela (ya no, pero ha sido así durante meses). Resulta que...(fill the gap, por no poner yo más ejemplos).
Un ejemplo: Mapa-semáforo elaborado por Médicos del Mundo sobre la aplicación del real Decreto 16/2012 de reformas y sostenibilidad sanitaria. Se refiere a la posible exclusión de ciertos colectivos (en rojo, las CCAA que han aplicado fielmente la norma; en amarilla, las CCAA que la han sorteado con leyes autonómicas complementarias, y en verde, las que, de entrada, han obviado su aplicación).
Lo cito sólo como ejemplo de cómo en España puede haber diversos colores que definan la desigualdad sanitaria entre autonomías.
Si queremos que estas diferencias nos dejen de importar, y convertirlas en algo normal a lo que haya que acostumbrarse hasta aceptarlo, dejemos de vender que sólo hay un SNS y de decir que el Ministerio controla la sanidad nacional. Si nos parece bien que una comunidad dé más o menos oportunidades que su vecina, cambiemos las leyes y el sentir general, y promulguemos un modelo en el que esto sea legal y en el que lleguemos a ver bien que estas cosas sucedan. Igual nos acostumbraríamos.
Pero mientras el modelo no cambie, mientras el Ministerio tenga más fuerza que una consejería, y mientras la mayoría siga defendiendo día tras día la equidad entre territorios, habrá que seguir preguntándose por qué las inequidades crecen como setas, sin freno y sin solución realista y efectiva. Habrá que seguir escribiendo post como éste.