Esta semana, el mismo día para ser más exactos, lunes, coincidieron la presentación oficial del Año Español de la Biotecnología y la presentación del Informe anual de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Por si fuera poco, se celebró el congreso de la Federación Española de Biotecnólogos (organizado por Febiotec y Asbtec). El sector, que lleva años aguantando el tirón, sacando fuerzas de flaqueza y creciendo en muchos ámbitos, parece que no puede estirarse más. Sufre, aunque aún es capaz de mostrar buena cara.
Asebio habla en su informe de "fragilidad, agotamiento y ralentización". Se hace más difícil que nunca ver el vaso medio lleno, aunque aún es posible, con una subida de las cifras de negocios, un alza de la llamada bioeconomía (de suponer el 3 por ciento del PIB en 2008 ha subido hasta el 7,8 en 2012), y una mayor generación de empleo.
Lo citado es lo más positivo. Lo negativo es que continúa (aunque se haya atenuado en 2012 frente a 2011) la caída de inversión en I+D+i de las empresas biotecnológicas. Baja por segundo año consecutivo. Además, con datos de 2013, la publicación de patentes bajó un 15% por ciento en comparación con el año anterior.
Pero, más que las cifras en sí, a las que el sector se aferra (con cierta razón) para concluir que aguanta el chaparrón, aumenta la sensación de desaliento general. Desaliento por falta de apoyo político, porque se frena la evolución positiva, y porque el sector está llamado a ser un motor económico y no puede, no sabe, o no le dejan demostrarlo.
El Año Español de la Biotecnología (que, por cierto, aún no se ha publicado en el BOE...) se beneficiará, aunque no cuente con financiación específica y finalista, de un 10 por ciento del presupuesto para la divulgación científica. Del total, unos 3 millones de euros, una décima parte se destinará a promocionar la biotecnología.
Además, habrá beneficios fiscales extra para el sector. Se incidirá en la educación social, en el conocimiento de base, para hacer que la biotecnología le llega más a la gente de a pie. Sin olvidar que, para que esto avance, debe entrar en la cabeza de los responsables políticos. Se da por hecho que ya está en la agenda política, pero aún hay que demostrarlo.
Hay cierto miedo de que todo quede en poco más que promesas sobre el papel, aunque lo cuatro promotores del Año de la Biotecnología (Febiotec, Asebio, Sebiot y SEM) harán todo lo posible para que no sea así. Cuentan, aunque tenga las manos algo atadas, con la buena disposición de la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, que lleva media vida ligada al sector biotecnológico.
De fondo está el programa de investigación europeo, Horizonte 2020, puede echar un cable. Si es difícil rascar financiación en España, todos miran a Europa. Y puede ser buena vía; en el programa previo, el VII Programa Marco, España fue el cuarto país de la UE que más proyectos biotecnológicos consiguió. En el programa de biotecnología de Horizonte 2020, que aún no está cerrado, va primera en la carrera por entrar en proyectos y liderarlos. Quizá la ciencia española no se puede permitir ser euroescéptica...
Para acabar, una foto (algo vanidosa) con los galardonados por Asebio por comunicar y divulgar la biotecnología. Por ahí asomo; me dieron un accésit por "continua difusión de la biotecnología" vía twitter y blog. Más contento que unas castañuelas: es el sector en el que más a gusto me muevo, con el que más disfruto escribiendo. Gracias! |
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