lunes, 29 de abril de 2019

Wind of change: de Diario Médico al Instituto de Salud Carlos III


Tengo la sana intención de reflotar este blog, que lleva un año en parada cardiorrespiratoria -el último post es de abril de 2018- y tres años bastante enfermo -sólo 2 entradas en 2017-. La primera entrada en los últimos 12 meses es sólo para contar, casi más para mí que para la gente porque lo de escribir lo llevo en vena, los vientos de cambio laborales en los que estoy inmerso, que también cambian buena parte de la perspectiva vital en general. Más allá del cambio de trabajo, quiero volver a activar el blog. Si de ésta no lo logro, igual hay que desistir definitivamente...

Primer día en el ISCIII, la semana pasada. Qué menos que un selfie de bienvenida
Después de casi 15 años en Diario Médico he cambiado de trabajo. Es la primera vez que cambio de curro, además. Soy periodista de vocación incluso desde antes de serlo, así que han sido 15 años geniales, con muchas más cosas buenas que malas. En Diario Médico he aprendido casi todo lo que sé del periodismo y, aunque ahora lo voy a echar mucho de menos, toca cambiar de aires y explorar otras cosas. Sigo vinculado a la salud y a la ciencia porque acabo de incorporarme al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para gestionar un proyecto de creación de contenidos digitales, divulgación y redes sociales.

No ha sido fácil tomar la decisión. Voy a dejar un poco de lado el periodismo de calle, de día a día, que me encanta, para acercarme a la vertiente de la comunicación y la divulgación, que en los últimos años me han ido llamando más la atención. No sé si lo que voy a hacer es propiamente periodismo, porque las fronteras están muy difuminadas, pero sí sé que tengo ganas de investigar este nuevo camino laboral. Quien me conoce sabe que el ámbito institucional no me pega mucho, pero creo que casi siempre se pueden hacer cosas con flexibilidad y libertad. Veremos ;)

Reconozco que, en parte, necesito algo más de tranquilidad y menos estrés. No sé hacer periodismo más que dándolo todo, y estar en una redacción, además con responsabilidades de coordinación, pasa su factura. Mi mente es inquieta pero me manda señales de calma, y hasta mi cuerpo lo ha hecho. No es que mi curro fuera hiperestresante, es que yo mismo colaboraba a hacerlo por mi forma de entenderlo. No sólo yo: la familia también necesita tiempo, especialmente los niños, y cada vez pesa más no dárselo. En mi nuevo destino voy a darlo también todo, pero intuyo que las exigencias van a ser diferentes (no menores), y que puede ser más fácil desconectar por momentos y asomar la cabeza más allá del atropello periodístico de un medio de comunicación digital diario. Veremos…  
Último día en la redacción hace un par de semanas. Qué menos que un último selfie

Del proyecto poco puedo aún contar porque mi trabajo en estas primeras semanas va a ser definirlo, irlo desarrollando y ver la forma que toma a corto y medio plazo. Ver los recursos con los que cuenta, qué ideas pueden llevarse a cabo, tomarle el punto a trabajar en la Administración pública… estudiar qué queremos contar y cómo, e ir trabajando sin prisa pero sin pausa. De lo que más me atrae este trabajo es vivir entre investigadores, hablar con científicos, contar sus trabajos, inventar reportajes sobre salud y sanidad, y plasmarlo para que llegue a los profesionales, pero también a la sociedad, que está necesitada de comprender la ciencia y lo necesaria que es para su día a día. Va a ser bonito.

No quiero dejar el periodismo, pero es momento de hacer otras cosas. Quizá pueda acercarme a él de vez en cuando, quién sabe. Echando la vista atrás, a los 15 años en Diario Médico, me llevo experiencias geniales, conocimientos variados, amistades de las buenas y contactos y conocidos muy interesantes. He entrevistado a ministros y a premios Nobel, a gente poco conocida pero imprescindible, he cubierto decenas de congresos científicos desde decenas de ciudades europeas, estadounidenses, asiáticas…he informado desde la Comisión Europea, desde el Congreso de los Diputados, desde Moncloa, desde varios ministerios… Una pasada. Lo mejor es que he trabajado de forma bastante libre y haciendo muchos temas que me apetecía hacer, sin unas directrices agobiantes y con bastante independencia y libertad, cosa que no pueden decir todos mis colegas periodistas. En estos 15 años he sido un plumilla bastante afortunado.

Además de plumilla, he podido ser medio jefe durante algo más de tres años. He coordinado a un equipo de gente buena y preparada y, aunque no es fácil ser jefe de amigos, creo que lo hemos llevado bastante bien desde ambas partes. He aprendido mucho de gestión de equipos, para lo malo pero sobre todo para lo bueno, y ya sé qué es tomar decisiones complicadas, atender hacia arriba y hacia abajo, templar gaitas y ánimos, interceder cuando toca, quejarse cuando procede (que es muchas veces), pedir favores, concederlos, decir que no a veces… Enriquecedor.

Los compañeros de la ANIS me han concedido este año su
premio anual de periodismo y comunicación. Orgullosísimo.
Por todo este trabajo en Diario Médico durante 15 años, y por mi labor en la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (Comunicabiotec), los compañeros de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) me concedieron hace unas semanas, poco antes de cambiar de aires laborales, su premio anual de periodismo y comunicación. Estoy muy orgulloso y agradecido, porque es un premio que al que te nominan tus colegas de profesión. Me siento querido en el periodismo sanitario y eso es muy reconfortante. Aunque en labores distintas, sigo vinculado a la salud y seguiré, claro, en el entorno ANIS, donde hay todo tipo de profesionales de la comunicación en salud.

Y nada, que aquí estamos. Básicamente, seguimos avanzando. Ganas no faltan, que no es poco. Ojalá a esta entrada le sigan más y este blog pueda revivir, porque es una necesidad que siempre tengo latente: contar cosas. Quiero seguir sacando tiempo para colaborar con el blog Canciones de buenrollo, y sueño con recuperar inspiración para volver a escribir relatos (desde los 15 años los he escrito por decenas, incluso centenares). Igual ahora puedo escribir en este blog de más cosas que antes eran complejas escribiendo en un medio de comunicación. También es cierto que ahora trabajo en la Administración y que eso tiene sus particularidades y cortapisas. Pero tengo ganas de darle vida a este espacio contando qué se yo, cosas de ciencia, de sanidad, de deporte, de periodismo, de literatura y cine, de lo que me dé la gana. Que las musas me acompañen…

Con algunos de mis excompañeros de Diario Médico. Se les echa de menos