jueves, 19 de febrero de 2015

Biotecnología: dar visibilidad a lo que está en todas partes




La biotecnología es un sector joven, aunque sus prácticas lleven miles de años poniéndose en uso y echando un cable al desarrollo de la sociedad. Se ha hecho un hueco en el progreso humano, pero ¿somos plenamente conscientes de ello? Pese a estar en poco más que la adolescencia, lleva desde sus inicios bregando con la cuestión de la comunicación y la divulgación. La comunicación, y más en un sector tan complejo como la biotecnología, es como el castigo de Sísifo: tienes que pasarte toda la vida trabajándolo, empujando la roca. Si no lo haces, se complica la existencia.

Mitos y metáforas al margen, a la biotecnología quizá la ha faltado brío y prontitud al empujar esa roca de la divulgación. A lo mejor la ha faltado cintura para dejarse (re)conocer y primar sus ventajas demostrables frente a posibles inconvenientes, aunque ha sabido reaccionar y lleva varios años puliendo la situación. La divulgación-comunicación biotecnológica (no son lo mismo, pero en este caso cabe meterlos en el mismo saco) aún se debate, haciendo un símil con las notas del cole en mi generación, entre el progresa adecuadamente (PA) y superando el necesita mejorar (NM). El primero se va imponiendo, pero queda trabajo.

La biotecnología es un claro ejemplo de ese término que quedó en el imaginario de los años 90, la generación JASP (joven aunque sobradamente preparada). Ofrece y da más de lo que parece, y eso es una muy buena noticia, pero con doble filo: también puede ser un pequeño lastre a la hora de consolidarse como motor económico y social.

Para hacernos una idea de los pocos años que lleva el sector pujando por consolidarse como tal, baste citar la edad de algunos sus principales actores. Quitando el Consejo Superior de InvestigacionesCientíficas (CSIC), que lleva en pie desde la guerra civil (y que trata la biotecnología, pero entre otros muchos ámbitos), la Sociedad Española de Biotecnología (Sebiot) cumplió el año pasado 25 años. La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) acaba de cumplir 15. La Federación Española de Biotecnólogos (Febiotec), 10. El CentroNacional de Biotecnología (CNB) tiene 23 años. Otros sectores (que quizá lo tenían más fácil, cierto), han tenido más suerte. Las tecnologías de la información, por ejemplo, contemporáneas de la biotecnología moderna -década arriba década abajo-, han logrado hacerse entender y convencer a la gente.

Párrafo extraído del Primer Informe IBAC de Biotecnología Aplicado a la Comunicación, del Observatorio Zeltia
Es de hace 4 años, pero da una impresión de dónde estamos


La biotecnología ha hecho muchos esfuerzos, porque si algo tiene el sector es que quien lo compone está comprometido con él y trabaja de sol a sol. Pero falta aún algún empujón para situar el concepto, con sus aplicaciones más sencillas y beneficiosas a la cabeza, en el imaginario colectivo. En una encuesta a pie de calle, no sé cuánta gente respondería sin dudarlo que la biotecnología mejora la comida de su nevera, la limpieza de su hogar, el funcionamiento de su coche, la calidad y prestaciones de su ropa y sus productos para la higiene, el medio ambiente de su barrio, la salud de su familia… Potencialmente, y en muchos casos realmente, eso es lo que hace la biotecnología. Hay que decirlo bien alto. Abre las puertas a un futuro increíble (llevan años de par en par) , algo que quizá la gente intuya, pero, ojo: ya ha dibujado un presente mejor. Esta realidad, hasta cierto punto, queda a veces (cada vez menos) entre el olvido y la ignorancia.

No hay  una explicación fácil: se junta el hambre con las ganas de comer, es decir, cierta falta de cultura y apego científico en España con una profesionalización y una toma de conciencia algo tardías. Se ha intentado (acciones, ganas y resultados no han faltado, sobre todo en lo que va de siglo) y se ha progresado, pero los resultados aún deben ser mejores. El Gobierno, con varios ministerios vinculados con el sector en los últimos años, tampoco ha hecho mucho no ya por financiarlo y apoyarlo, sino por explicarlo a la población. Genoma España era un referente y, aunque su labor sigue viva tras integrarse en la Fecyt, su desaparición puede hacer perder visibilidad a la promoción específica de la biotecnología. Pasados los años, la gente de a pie no sabe todo lo bien que podría qué es la biotecnología. No hay un abc con sus aplicaciones que la población se sepa al dedillo.

Representación de una secuencia de ADN, con las 4 subunidades de nucleótidos: A(denina), T(imina), C(itosina), G(uanina). Por seguir con las letras, no estaría mal contar con un  A B C de divulgación social de la biotecnología


Biotecnología es un concepto tan amplio que definirla como “casi todo” no sería mentir. Pero, para vender un concepto, hay que clarificarlo, simplificarlo, concretarlo. Se ha avanzado mucho en los últimos años. Transgénicos, terapia génica, células madre… Frente a ejemplos acompañados de debate y cierta polémica, hay otros menos conocidos: el sector de la biorremediación va abriendo puertas. La biotecnología industrial también. Las aplicaciones alimentarias, ídem. Los biocarburantes pujan fuerte. El sector salud es un filón continuo. ¿Qué se conoce más y mejor, lo bueno o lo malo? Hay mucho que conocer, ‘vender’ y disfrutar.

Hace poco, una dircom del sector biotecnológico lamentaba el título de una conferencia universitaria: Biotecnología, ¿solución o problema? Más allá de lo raro que pueda parecer que un profesional del sector se lo plantee, quizá no lo es tanto que suceda entre la población: los logros adquiridos en comunicación y divulgación de la biotecnología no son aún suficientes para que la gente deje de hacerse esta pregunta. Hay avances biotecnológicos en nuestro día a día fácilmente comprensibles para todos, pero aún se sigue asociando biotecnología, en ocasiones, a conceptos que no son fáciles de asimilar.

 

¿Qué conclusión sacamos de que, en 2015, una conferencia universitaria lleve por título ‘Biotecnología, ¿solución o problema?’ Imagen extraída de la web de la Universidad de Málaga, que acogía esta conferencia.
¿’Vendemos’ bien la biotecnología?
Párrafo extraído también de la Universidad de Málaga.
¿Qué debemos esperar de la biotecnología?
Aún nos lo preguntamos, pero parte de la respuesta (la que ya se conoce) está delante de nuestras narices

Queda mucho por hacer. Sin olvidar que el vaso puede estar medio vacío, prefiero verlo medio lleno. No porque me dé la gana, sino porque hay razones para hacerlo. La situación se va revirtiendo y hay tiempo para enderezarla. Eso sí: a la comunicación/divulgación en biotecnología ya no le basta con insistir en los caminos ya recorridos. Debe reinventarse, elegir muy bien emisor, mensaje y receptor, y llegar al corazón y a la mente ya no sólo de la población, sino del propio sector, que también encierra aún carencias comunicativas entre todos los agentes que lo componen. Básicamente, debe ensanchar el camino que ya ha abierto en lo que va de siglo.

El año pasado fue el Año de la Biotecnología, y aumentó la visibilidad. 2015 aún se aprovecha de la onomástica. Entre otras muchas y buenas iniciativas de los actores ya consolidados (Asebio, Febiotec, Sebiot…), nació otra, la Asociación de Comunicadores de Biotecnología, que a partir de este año deberá poner su granito de arena. Brindemos en breve con una cerveza, que es biotecnología, por los nuevos progresos realizados, y comuniquemos/divulguemos lo bien que le va al sector. BioAmén.

lunes, 9 de febrero de 2015

¿Cuáles son las Flores del Mal del sistema sanitario?



Como mi cabeza bulle y no puedo pararla, el otro día volvía a casa pensando en varias cosas a la vez, entre ellas una conversación tuitera sobre los males del sistema sanitario. En ese momento, en mitad de un atasco en la N-5, sonó en la radio del coche la canción Las Flores del Mal, de Barón Rojo (sí, no sé qué pensaría Baudelaire de su obra capital hecha rock duro).

A continuación reproduzco la letra (al final del post puedes deleitarte con la canción). El tema puede hablar de muchas cosas y, claro, Barón Rojo no lo lanzó pensando en la sanidad. Pero, si la escuchas con idea sanitaria, le puede ir al pelo al debate de qué le sobra y qué le falta al SNS, y a quién se le puede achacar sus males (bueno, hay que echarle un poco de imaginación...). 

La gente trata de ignorar que existen las flores del mal,
pero lo cierto es que se multiplican en campos de metal,
y el mundo cae sin remisión en un pozo infernal,
pues nadie quiere reconocer que esto es el final.

Por qué se empeñan en destruir, todo lo bueno que queda aquí,
por qué germinan en cualquier lugar, sin un control las flores del mal.
Hay que arrancar las flores del mal,
hay que arrancar las flores del mal,
hay que arrancar las flores del mal. 

 

Ya nadie lucha por el futuro, todo es provisional,
el egoísmo se hace estandarte internacional,
ojo por ojo, diente por diente, es ley fundamental,
y así, sin duda, nos llevarán al juicio universal. 
 

Los genios locos van a impedir que en este siglo llegue a su fin.
Por qué germinan en cualquier lugar, sin un control las flores del mal.
Hay que arrancar las flores del mal,
hay que arrancar las flores del mal,
hay que arrancar las flores del mal.

¿Cuáles son las Flores del Mal del sistema sanitario español? El abanico de posibilidades es ingente, pudiendo ser causa y efecto todas ellas, o ninguna, o sólo alguna, o la mayoría... De todo lo escuchado y leído, aquí están las opciones más repetidas: políticas cortoplacistas, vaivenes partidistas, infrafinanciación, ineficiencia, gasto inapropiado, protagonismo de responsables ajenos al ámbito sanitario, miedo al cambio -inmovilismo-, inequidad entre autonomías y centros, falta de datos y evaluación, escaso liderazgo ministerial, dicotomía público-privada, crisis económica, paciente poco implicado, sueldos por debajo de la media, discursos teóricos que no cristalizan en nuevas prácticas, hospitalocentrismo, primaria infrautilizada, comprensión tardía del envejecimiento progresivo y la cronicidad...

¿Identificamos problemas? Hacemos las preguntas adecuadas?
¿Las respondemos bien? ¿Sacamos conclusiones?
Grande Forges

 Voy a mojarme un poco, citando no todas las causas que creo que lo son, sino unas pocas (cogidas a vuelapluma, podrían ser otras) que intuyo podrían solucionarse más fácilmente a corto-medio plazo.

El SNS necesita datos homogéneos, indicadores válidos compartidos y, sobre ellos, mucha evaluación. No estaría de más que los ministros, consejeros, gestores, responsables, etc, fueran sanitarios y hayan tenido experiencia y vinculación directa con el sector. No es imprescindible, pero ayuda, facilita la empatía, acorta la curva de aprendizaje como 'jefe' y permite tener la posibilidad de cambiar lo que tu experiencia ya te ha dicho que debe cambiar. Y reinventar la relación médico paciente dentro del triángulo usuario-atención primaria-atención hospitalaria, con una primaria más protagonista de verdad, profesionales al mando clínico-gestor y nuevos roles de la enfermería y la farmacia.

¿Con qué causa te quedas? ¿Cuáles son las #FloresDelMal, si las hay, que hay que arrancar en el SNS?

 Barón Rojo, en 2010, tocando Las Flores del Mal en Barakaldo.


  

 

martes, 3 de febrero de 2015

¿Hasta dónde quieren/pueden/deben llegar los #hashtag sanitarios?

¿Hasta qué punto las redes sociales son una palanca para cambiar el sistema sanitario y la forma de actuar de sus profesionales? ¿Son una mera anécdota, un disparador, un movimiento underground, una llamada a la puerta de las instituciones...?

Esta semana, para un reportaje en @diariomédico que podéis leer aquí (mira que no soy muy amigo de aprovechar temas del curro para trasladarlas al blog), hablaba con responsables de cuatro iniciativas que agrupan y movilizan a sanitarios, cuatro hashtag destacados en los últimos meses: #NoSinEvidencia, #CambiaCongreso, #EnfermeriaVisible y #MedicosConValor. Hay muchos más, pero valgan estos cuatro para reflexionar.

Preguntas al aire que me han surgido: ¿A qué aspiran estos hashtag sanitarios? ¿Se puede decir que, aunque sea potencialmente, pueden cambiar el sistema? ¿Es ése su objetivo?¿Surgen con visión a medio plazo? ¿Deben aspirar a más? ¿Son un anzuelo en busca de mordedor? ¿Tiene cierta responsabilidad de exigirse por posibles expectativas generadas?

Lo que antes se hacía subido en una caja en la plaza del pueblo,
lleva años haciéndose en redes sociales. ¿Hasta dónde pueden o deben llegar los #hashtah?
Por cierto, imagen extraíoda del blog @esaludqqueremos de @javijdiaz

Se trata de movimientos de base. Si triunfan, lo harán de abajo a arriba, pero alguien puede preguntarse hasta dónde quieren llegar, cómo de 'arriba' quieren verse. Me explico. ¿Buscan que Ministerio de Sanidad, autonomías, colegios profesionales, sociedades científicas, sindicatos, asociaciones de pacientes, etc, lo acojan e impulsen? ¿Se conforman con generar agitación 2.0? ¿Tienen expectativas más allá del corto plazo?

El hashtag #NoSinEvidencia ha evolucionado. En un principio, atacaba las pseudociencias, con la homeopatía a la cabeza, y ahora es más global: sirve para determinar toda práctica clínica poco recomendable. Se está haciendo un hueco mayor y, quizá aun sin buscarlo, está en la línea de lo que persigue los agentes sanitarios, al menos en mensaje teórico: mejorar las actividades llevadas a cabo en el SNS y ceñirlas a la evidencia científica. La agitación en redes y los objetivos institucionales quizá coincidan, pero caminan por separado y entienden de forma distinta forma y fondo del proceso, como me explicó Vicente Baos @vbaos, uno de los tres promotores de la iniciativa, que deja caer cierto oportunismo al respecto.
  • Más info de este hashtag aquí

Azucena Santillán @ebevidencia, una de las portavoces del colectivo agrupado en #EnfermeríaVisible, me explicaba que, por el momento, prefieren mantener cierta independencia frente a instituciones y organizaciones, aunque no cerraba la puerta a caminar de su mano cuando el proyecto que buscan esté más consolidado. Mientras, algunas organizaciones e instituciones se han adherido voluntariamente a él. De nuevo, lo que se mueve en las redes sociales tiene cierto reflejo en lo que busca la administración: el Ministerio, tras años barruntándolo, celebrará este año uan conferencia enfermera, desatascará la receta enfermera y ha prometido dar más visibilidad a la profesión. Y, de nuevo, las vías oficiales no son plenamente compartidas por las iniciativas 2.0.
  • Más info de este hashtag aquí 


Rafael de Pablo @rafaelignaciode, promotor de #MedicosConValor, tiene la idea contraria: contactar sí o sí con sociedades científicas, OMC, Foro de la Profesión, etc, para 'vender' su idea de impulsar y dignificar definitivamente la primaria y conseguir su apoyo e impulso institucional. Espera al menos ilusionar a sus colegas y movilizarles, pero, si no logra apoyos 'de arriba', estructurales y oficiales, dejará correr un asunto que, a diferencia de otras iniciativas, tiene una semilla personal, no colectiva. Los próximos meses definirán el futuro de #MedicosConValor, ya que los objetivos de su impulsor están claros y tienen fecha de caducidad: ha dejado claramente la pelota en las instituciones. ¿Responderán? ¿Deben hacerlo?

El ejemplo de #CambiaCongreso, de momento, ni persigue ascender a las alturas ni se niega a hacerlo. Más allá de los propias redes sociales, no ha buscado una defusión ad hoc en su objetivo de introducir nuevos conceptos y formas de entender un congreso científico. Su mensaje no ha calado aún en las sociedades científicas, y sólo la Semfyc se ha interesado por las recomendaciones surgidas en su seno. Por el momento, parece quedar más como brainstorming y foro de debate interno que como carta expresa a las autoridades, aunque Miguel Ángel Máñez @manyez, uno de los promotores e implicados,señala que está en ciernes una publicación al respecto que podría relanzar la iniciativa.
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Con estos ejemplos (igual que puede hacerse con muchos otros) se intuye el abanico de posibilidades que puede tener un movimiento creado e impulsado desde las redes sociales. Quedarse en ellas, surgir y expirar como si de un movimiento vanguardista se tratara, buscar cambios organizativos y estructurales a pequeña, mediana o gran escala, crecer y buscar socios en instituciones y/o Administración... Cada opción puede tener su valor, y todas pueden tener su sentido y aportar su granito de arena.

¿Qué le pides tú a un movimiento exitoso en redes sociales?