lunes, 3 de febrero de 2020

Aprendiendo sobre comunicación científica (28): redacción noticia

Si hace unas semanas tocó en el máster escribir un paper científico partiendo de un hecho no científico, ahora hay que partir de una canción que cuente una historia para redactar una noticia. Iba a elegir The trooper, de Iron Maiden, pero me ha venido a la mente un tema que siempre me ha puesto los pelos como escarpias: Querida Milagros, de El último de la fila.




Se trata de una suerte de metacanción, ya que hay una historia (el contenido de la carta) incluida dentro de otra historia (el hallazgo del soldado que porta la carta). Para facilitar un poco la redacción, voy a unir ambas historias, incluyendo algunos detalles inventados (pero acordes al espíritu de la historia) para dar más empaque a la información.

Aunque la canción no incluye estos datos, para redactar esta noticia sitúo el suceso en la guerra civil española. La noticia no es el clásico texto informativo al uso, sino una pieza que narra una historia humana, personal, lo que abre la puerta a ciertas licencias, aunque sí respeta la pirámide invertida, las 5 w y las demás características de una noticia. He elegido un formato diferente, la verdad, pero me parecía más entretenido que un 'sota, caballo y rey' de toda la vida ;).

La muerte de un soldado que escribió sobre el horror de la guerra: "Querida Milagros..."


La muerte del soldado Adrián, uno de los muchos españoles que murieron en la Batalla del Jarama de la Guerra Civil española, revela ocho décadas después una historia personal con un legado que pocos fallecidos pueden dejar: según cuenta una crónica de la época, localizada hace pocos días, Adrián se despidió de su novia antes de morir en una carta que describe su visión del horror de la guerra.


Adrián, cuyo apellido, procedencia y edad se desconocen, era uno de los soldados que formaron parte del 19º Batallón republicano  en la Guerra Civil Española. Luchó en la Batalla del Jarama a las órdenes del coronel Eliseo Chorda y, como otros tantos miles de jóvenes de uno y otro bando, perdió la vida.

Una de las crónicas de la época, que ha sido hallada en la casa particular de una de las tataranietas de Adrián, Beatriz, ha revelado al mundo una de las muchas historias personales que protagonizaron la guerra y que pocas veces han llegado a conocerse. Este periódico se ha puesto en contacto con Beatriz y ha tenido acceso a la citada crónica, que desvela que, cuando los compatriotas de Adrián patrullaban la zona, descubrieron su cuerpo en una de las numerosas trincheras distribuidas en el término de Ciempozuelos. En uno de los bolsillos de su pantalón encontraron una carta.

La crónica no sólo menciona esta carta, sino que la reproduce íntegramente. Tal y como refleja la misiva, dirigida a su novia Milagros, Adrián sólo llevaba seis días en el frente de batalla. No conocía a nadie y en menos de una semana había visto morir a buena parte de su batallón ("muchos han muerto, casi todos morirán", escribió). Según relata en lápiz y con poco pulso, como dejan ver las letras temblorosas, le había "sonreído la suerte", aunque Adrián tenía la impresión de que no duraría mucho más tiempo con vida: "Querida Milagros, aun no he podido dormir. Un sueño frío me anuncia que llega el fin".

La Batalla del Jarama fue una de las más cruentas de la Guerra Civil, aunque sólo duró tres semanas, entre el 6 y el 27 de abril de 1937. Se calcula que perdieron la vida unos 7.000 soldados del bando nacional y cerca de 10.000 del bando republicano. No tuvo un claro vencedor y dejó paso a muchas otras batallas: aún quedaban dos años para que acabara el conflicto. Adrián, en una suerte de epitafio, dejó detallada su visión de la guerra: "He visto las explosiones brillando a mi alrededor, tengo miedo, no lo oculto, sólo me queda tu amor".

"Necesito verte, aquí no hay amigos" 

Adrián estaba donde no quería estar. No sólo eso, sino que no comprendía por qué estaba allí, y así se lo contó a Milagros: "Necesito verte, aquí no hay amigos. No estaría de más que alguien me explicara qué tiene esto que ver contigo y conmigo". La carta, que reproducimos al final de este texto con permiso de la tataranieta de Adrián, acompaña el texto con unos dibujos de estrellas, los únicos interlocutores del soldado en los seis días que pasó en el frente antes de morir no se sabe cómo: "Cuando leas esta carta háblales a las estrellas; desde que he llegado aquí sólo he hablado con ellas".

Los versos que dejó escritos, y que Milagros nunca llegó a leer, salen ahora a la luz para recordar una de las miles de vidas anónimas que se perdió en la guerra civil. Beatriz, la tataranieta de Adrián, puede leer ahora, más de 80 años después de que fuera escrita, una letanía que entona con la emoción con la que cree que lo habría hecho Milagros. "Queda tanto por vivir, sería absurdo dejarse la piel aquí".


Texto completo de la carta que Adrián le escribió a Milagros:

Querida Milagros, llevo seis días aquí
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti
He visto las explosiones brillando a mi alrededor
Tengo miedo, no lo oculto, sólo me queda tu amor
Por ahora la suerte me ha sonreído;
Necesito verte, aquí no hay amigos;
No estaría de más que alguien me explicara,
Qué tiene esto que ver contigo y conmigo
Querida Milagros, queda tanto por vivir
Sería absurdo dejarse la piel aquí
Querida Milagros, aún no he podido dormir
Un sueño frío me anuncia que llega el fin
Cuando leas esta carta háblales a las estrellas,
Desde que he llegado aquí sólo he hablado con ellas
He visto a los hombres llorar como niños;
He visto a la muerte como un ave extraña,
Planear en silencio sobre los caminos,
Devorar a un sol que es tuyo y es mio
Querida Milagros, llevo seis días aquí
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti
Querida Milagros, llevo seis días aquí
Muchos han muerto, casi todos moriran
Querida Milagros, me tengo que despedir
Siempre te quiere:
Tu soldado Adrián.








1 comentario:

  1. Muy chulo, la verdad. Aunque, si me permites una crítica, entiendo que Milagros no era su novia, sino su mujer, o bien habían tenido relaciones prematrimoniales... Si no, difícilmente Adrián podría tener una tataranieta...

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