lunes, 7 de julio de 2014

18 discos que marcaron mis 18 primeros años

Toca entrada 'ligera' y musical, algo larga pero amenizada con vídeos. En las últimas semanas, por conversaciones con amigos, charlas tuiteras, recuerdos (y hasta por un sueño), me ha dado por recordar qué discos marcaron mi niñez y mi juventud, hasta los 18 años, y ayudaron a convertirme en el forofo de la música que soy hoy día. El rock (en muchas vertientes) y el heavy me pierden hoy día... Pero hace años hubo mucho más, que quizá explique mi gusto por varios tipos de música. Aquí os vais a encontrar de casi todo...

Sigo lamentando que mis padres no hayan sido nunca grandes amantes de la música, y no haber tenido un hermano mayor, o alguien de referencia, que me introdujera antes en ella. Dicho esto, gané en autodidactismo. Hay cosas casi inconfesables que, como hace mucho que carezco de vergüenza, podréis leer... Voy a tratar de seguir un orden cronológico, indicando año y mi edad en casa caso. 18 discos, y un extra, para mis primeros 18 años.

La Traviata, de Verdi. A mi padre le gusta la música clásica lo bastante como para tener por casa varias óperas y zarzuelas de las más conocidas. El Coro del Yunque, de la ópera de Verdi La Traviata, me impactó desde muy pequeño, y aún es una de mis piezas clásicas favoritas. Carmen, de Bizet, ocupa un segundo lugar en la música clásica de mi niñez.

El coro del yunque, de La Traviata. Canela fina...

Descanso dominical, de Mecano: Rondaba por casa desde que salió en 1988, cuando yo tenía 7 años. Por alguna atracción inexplicable, debí escucharlo unas 137 veces en pocos meses. ¿Cómo no me iba a marcar? No me hizo fan de Mecano, pero le tengo cierto cariño. Aún me veo en fogonazos cantando sus canciones por el pasillo de casa de mis padres.

El Blues del esclavo, en directo.

Boom 4, varios. El listado de grupos y cantantes es casi interminable, pero me descubrió, allá por finales de los 80, a Joe Cocker, Gabinete Caligari, Sabina, Tina Turner, Héroes del Silencio, Los Ronaldos, Tino Casal, Ilegales, Loquillo... Un gran disco, de los que más ha colaborado a mi amor por la música. Apenas entendía de estilos musicales, pero me abrió mil puertas.

Camino Soria, de Ganinete Caligari.
Uno de los mejores temas incluidos en el recopilatorio Boom 4. Añejo...

Ay Amor, de Victor Manuel: Dos cassettes de Victor Manuel circulaban por mi casa: Sólo pinso en ti y Ay Amor. No sé la cantidad de veces que pude escucharlas entre los 6 y los 12 años. Me las sé de memoria y me retrotraen 25 años. Aún las guardo y, aún las escucho. Las cuido. El cobarde es una de las mejores canciones contra los sinsentidos de la guerra que he escuchado.


El cobarde. ¿Por quién lucho yo...? Pelos como escarpias 

The very best of Elton John. Llegó a mi casa en Navidades de 1990, cuando yo tenía 9 años. Ningún disco me recuerda más a mi niñez. Lo escuché mil veces, muchas con mi padre, y me lo aprendí de cabo a rabo. Dos canciones rockeras, kiss the bride y Satuirday´s night (allright for figfhting) me volvían loco, también la balada Sacrifice. Cuando hace unos pocos años pude verle en directo (tras un intento fallido en 1999) me emocioné. Mucho. Disfruté como un niño.

Kiss the bride, Elton John en su lado más rockero

Te huelen los pies, Emilio Aragón: Salió en 1991, recuerdo que con una portada en al cinta de Emilio Aragón guitarra en mano. De niño no paré de escucharlo durante un par de años, y aún hoy me lo pongo de vez en cuando, acordándome de las letras y con una sonrisa de oreja a oreja. Un grande el amigo Emilio: su cubatita de ron y su Cuidado con Paloma no tienen precio.

Cubatita de ron, de Emilio Aragón.
De cuando lo de cantar una loa al alcohol a un público infantil no estaba tan mal visto...

Gente impresentable, Celtas Cortos. Mi grupo favorito de niñez/adolescencia. Pude conocerlos cuando aún no eran famosos, porque son de Valladolid y yo veraneaba en Palencia, donde pegó mucho su segundo disco, Gente Impresentable. Fue mi primer concierto, en el verano de 1990, gratis, en la estación de autobuses de Herrera de Pisuerga. Mis padres no me dejaron quedarme hasta el final, pero el daño estaba hecho: hasta los 17-18 años fueron mi pasión. tengo toda la discografía y, claro, los sigo escuchando. Me emocionan.

Hacha de guerra, instrumental de Cifu y compañía.
Entre lo celta y lo rockero

Tubular bells 2, de Mike Oldfield: Editado en 1992, cuando yo tenía 11-12 años. Nos lo regalaron, no recuerdo quién, y lo acogí rápidamente. A mi padre le aburría. Sentinel y Tattoo aún me ponen los pelos como escarpias. Me sentaba frente a nuestra nueva cadena de música, y a escucharlo. Tener esta segunda parte me llevó a la primera: un lujo.

Sentinel en directo.
Para disfrutarla de tranquis...Gin tonic en mano, sugiero ;)

No hay tregua, de Barricada: No consigo recordar por qué llegó a mis manos la cassette de este disco. Salió en 1986, pero yo no lo tuve ni lo escuché hasta principios de los 90, cuando tenía algo más de 10 años. Es probable que me llegara a través de mi primo: no recuerdo si me la dejaron o la compré, pero tenía la cinta original, no grabada. Discazo en forma de cassette de las blancas con letras azules. Curiosidad, porque, a esa edad yo no escuchaba mucho rock, y menos del calibre del que hace Barricada. Aún la guardo: es una de mis posesiones más preciadas.

Písale, de la banda del Drogas. Sensación de carrera...
En directo en Tocata, o similares. Una perla

Ante todo, mucha calma, de Siniestro Total: Junto con el No hay tregua, de Barricada, mi pasado más rockero de niño. Un amigo gallego de clase me grabó este directo al poco de editarse, en 1992 (tenía 11 años), y se convirtió en el disco de referecia para toda la clase. No parábamos de cantarlo, en clase de gimnasia, en el recreo, a la salida... Me lo sé de cabo a rabo. Lo sigo escuchando a menudo, y aún guardo la cassette grabada en cuestión.

Pueblos del mundo, ¡extinguíos!
Juntos de la mano hacia la extinción. Poco más que decir...

Lo más duro 2: La peor mancha en mi expediente ;) Corría 1993, y yo tenía entre 12 y 13 años. Eran los años del bakalao y los remixes, la edad en la que empezabas a salir de casa y a querer salir por la noche, y era imposible que algo no te llegara. Cuando aún tenía que definirme en lo musical, ciertas amistades de verano me hicieron llegar las típicas cantaditas bakalaeras, y algo aún más machacón. El caso es que lo escuche mucho durante unos meses, hasta que un día dejé de hacerlo. Guardo este disco con cariño y espanto compartido.

Lo peor de mi repertorio. Bakalao juvenil del chungo (se me pasó muy rápido)
¿Would you like to hear it again?

Vulgar display of power, Pantera: Más que curiosa mi historia con este disco. Amigos del cole, con hermanos mayores heavies, mamaban de este estilo, que yo aún desconocía y me era ajeno. Uno de ellos me dejó una cassette grabada con este disco (para quien no conozca a Pantera, hacen heavy groove metal-malditas etiquetas- bastante bruto), y tras una semana intensiva intentándolo, no pude con él. Tuve que decirles a mis amigos protoheavies que me superaba, por lo que debieron de llamarle de blandito para arriba, jeje. Años después, ya con veintitantos, lo redescubrí, y lo aprecié: me crea una mezcla de pena y alegría haberlo tenido tan cerca con 13 años.

Walk. Groove metal lo llaman. Muy grande!

So far so good, Brian Adams. Lo hice mío (apareció por casa no sé ni cómo), creo, en el verano de 1993. Mi primer gran contacto con el rock internacional, con 12 años. Probablemente definió por dónde iba a ir mi gusto. El Summer of 69 es uno de mis himnos favoritos; cada vez que suena yo pienso en mi winter of '93. Brian Adams (con Blondie) fue el primer concierto pagado de mi bolsillo, a los 17-18 años.

Run to you.  Una de rock canadiense

Jagged little pill, Alanis Morrissette: Tenía 14 años cuando salió, en 1995. Es un discazo, aunque no sirvió para engancharme a Alanis más allá de este CD. Lo escucho a menudo, me recuerda a los años en los que el rock, en su parte más suave aún, ya entraba fácilmente por los poros.

You oughta know. Parecía cabreada Alanis tras una ruptura...

What´s the story morning glory, Oasis: De la misma época que el de Alanis, y con una reflexión similar. ¿Es pop? ¿Es rock? Me da igual: me abrió muchos horizontes para, junto con Blur, principalmente interesarme por la historia del rock británico, y sus oleadas cíclicas de grupazos. Con ellos, y no deja de ser curioso, llegué a Led Zeppelin, Deep Purple, Beatles, Rolling...

Champagne supernova. No es la más conocida del disco, pero creo que sí la mejor

El vals del obrero, Ska-P: Efervescencia antisistema adolescente unida a música rock-ska divertida. Corría 1996 y yo tenía 15 años. Suena a bailes con los amigos en mis primeros bares, y a los gritos de mi padre pidiéndome que bajara el volumen.

Romero el madero. Gamberrismo vallekano, del que te llega cuando tienes 15 años...

La leyenda de La Mancha, Mago de Oz. La confirmación de que el rock y el heavy iban a ser lo mío. Me pilló entre COU y primero de carrera, con 17-18 años. Junto con su anterior disco, Jesús de Chamberí (que escuche a continuación), hicieron del grupo santo y seña de mi walkman durante toda la carrera de periodismo. Me sumergieron en el heavy metal, sin ser (no sólo) un grupo de ese estilo.

  El Santo Grial, en directo.
Con el guiño a la la Danza Húngara de Brahms, con violín, flauta y guitarras

Somewhere in time, Iron Maiden: El disco es de 1986, pero yo lo descubrí con 17-18 años, poco después de engancharme a Mago de Oz, gracias a un gran amigo (uno de los que me trató de meter entre pecho y espalda el disco de Pantera con 13 años). Me cambió la vida musical. Ahora los Maiden son mi grupo favorito, y no dejo de recordar cuando escuché ese disco por primera vez. Qué impresión. Qué gozada. Qué mundo. Es escuchar los primeros acordes del Wasted Years y venirme arriba con uan mezcla de nostalgia y subidón.

Wasted years, en un directo de los Maiden en el 88.
Pocos solos de guitarra mejores he escuchado

Mención especial: música en directo. Bar Rodrigo: No puedo dejar de hablar de la banda sonora de verano que me regaló el ya desaparecido Bar Rodrigo, en Herrera de Pisuerga, en Palencia. Desde enano he pasado los veranos en este pueblo, entre primos y amigos, y este bar, con su música, me dejó una tremenda huella entre mis 15 y 20 años. De día era un bar de viejos parroquianos, de noche lo cogía gente joven. ¿Qué sonaba? Extremoduro, Platero y tú, Los Suaves, Barricada, Kortatu, La Polla, Reincidentes... Buena, música, buena gente, calimocho...y muchos chupitos de tequila ;) Definió que mis derroteros fueran hacia el rock español.

La fachada del Bar Rodrigo, en Herrera de Pisuerga.
Es la segunda, el local en beis bajo la casa blanca. La foto se sacó antes de que la derribaran.
Se vino abajo parte de mi juventud...

 Hasta aquí hemos llegado. Algún disco se me escapará, pero valga como resumen. ¿Ecléctico? ¿Heterogéneo? ¿Raro? Mi música, nada más...



lunes, 30 de junio de 2014

(In)equidad en el SNS y gestión de las competencias sanitarias

Hace unos días, en una rueda de prensa de una sociedad científica, la relativa placidez de la presentación de resultados sobre (in)equidad asistencial se vio quebrada por la entrada en juego de un invitado inesperado: la transferencia de competencias sanitarias. Generó revuelo porque los portavoces de la sociedad no se pusieron del todo de acuerdo ni sobre sus consecuencias ni en sus declaraciones; de hecho, dos de ellos continuaron compartiendo sus divergencias, en un tono algo crecido, cuando acabó el acto y los periodistas, tras hacer unas cuentas preguntas, ya nos estábamos retirando. La discusión está ahí; también entre los profesionales.

Antes de seguir, recomiendo un enlace que me he encontrado. Pertenece a una entrada del blog-opinión que tenía Mónica Lalanda (síguela en twitter) en un conocido medio. El titular quizá se va de madre (autonomías, el cáncer de la sanidad), pero expresa que el debate lleva mucho tiempo enquistado. Pasen y lean.

Uno de los dibujos de la sinpar Mónica Lalanda, puede ilustrar lo que comento. Aquí sí pero allí no, acá así y allá asao...
Espero que no le moleste que lo tome prestado ;) Aquí, más ilustraciones suyas

Vuelvo a mi cosecha. Ahí sigue, la eterna pregunta soterrada, el debate que no acaba de estar en la palestra, lo que se debate con la boca pequeña, lo políticamente incorrecto porque, entre otras cosas, entran en juego criterios ideológicos frente a los puramente sanitarios. ¿Ha hecho bien al SNS la trasferencia de competencias sanitarias? ¿Se estaba mejor con el Insalud? ¿Se ha mejorado? ¿Hay realmente 17 sistemas de salud? ¿Funcionan las transferencias y es sólo una gestión mejorable lo que las pone en duda? Falta claridad en la defensa de una u otra postura (o la intermedia, todo es matizable). Vaya por delante que no defiendo la devolución de competencias, sino una mejora de la situación actual (seguro que hay diversas soluciones más allá de la recentralización).

No viví profesionalmente le época del Insalud, ni siquiera los primeros años en los que las autonomías se hicieron con las competencias sanitarias. Sólo tengo la lectura personal de la actualidad, y lo que está claro es que hay desigualdades. Muchas y varipintas, algunas sangrantes. Sé que tiene que haberlas, porque la equidad absoluta es poco menos que un sueño.

Sé que siempre habrá mejores hospitales y centros de salud que otros, y de hecho es que tiene que haberlos. Sé que siempre habrá autonomías con más capacidad económica, mejor gestión y mejores políticos que otras. Pero no me gustan los 'laissez faire, laissez passer' sanitarios. En el modelo que dictan nuestras leyes, que además es el que promulgamos -más con palabras que con hechos-, cualquier ciudadano de cualquier autonomía debe ser igual que otra persona en otra región. Y no lo es. ¿O sí?


Son sólo unos ejemplos: la inequidad sanitaria está en la prensa día sí día también.
De forma cíclica, recurrente y repetitiva.


No es que no se denuncien las inequidades o desigualdades evitables entre autonomías. Se hace, en mayor o menor medida. Los clínicos y los pacientes lo critican, y los políticos... Recurren a la justicia para que decida. Pero da igual: al día siguiente cae otra nueva injusticia. Por cierto: ¿Es normal que el Tribunal Constitucional tenga decenas de decisiones judiciales pendientes para saber si es una autonomía, o si es el Estado, el que es competente en una materia? Igual deberíamos tenerlo claro de antemano, y dejarnos de recursos y fallos que entran en la forma, pero rara vez en el fondo de la cuestión. Jubilaciones, pagas extra, fármacos...

No voy a entrar en si la subasta andaluza o los equivalentes terapéuticos valencianos son buenos o malos (por poner los dos ejemplos de los que más se habla), porque, entre otras cosas, me falta formación para analizarlo a fondo, pero sí tengo claro que no me gusta que un paciente de una ciudad no tenga el mismo acceso al sistema y lo que éste ofrece que otro de otra ciudad.

Resulta que si vives en el País Vasco, Extremadura, Madrid o Castilla-La Mancha, no tendrás que pagar el famoso copago por fármacos de dispensación hospitalaria (si es que alguna vez entre en vigor). Resulta que si resides en Córdoba, es posible que sólo puedas optar a una terapia en una determinada patología, en vez de disponer de 4 o 5 alternativas. Resulta que si vives en X, tienes acceso a tal fármaco oncológico, aprobado por la Aemps, pero que no está disponible en Y. Resulta que si vives en Navarra, puedes comprar en farmacias la vacuna de la varicela (ya no, pero ha sido así durante meses). Resulta que...(fill the gap, por no poner yo más ejemplos).

Un ejemplo: Mapa-semáforo elaborado por Médicos del Mundo sobre la aplicación del real Decreto 16/2012 de reformas y sostenibilidad sanitaria. Se refiere a la posible exclusión de ciertos colectivos (en rojo, las CCAA que han aplicado fielmente la norma; en amarilla, las CCAA que la han sorteado con leyes autonómicas complementarias, y en verde, las que, de entrada, han obviado su aplicación).
Lo cito sólo como ejemplo de cómo en España puede haber diversos colores que definan la desigualdad sanitaria entre autonomías.

Si queremos que estas diferencias nos dejen de importar, y convertirlas en algo normal a lo que haya que acostumbrarse hasta aceptarlo, dejemos de vender que sólo hay un SNS y de decir que el Ministerio controla la sanidad nacional. Si nos parece bien que una comunidad dé más o menos oportunidades que su vecina, cambiemos las leyes y el sentir general, y promulguemos un modelo en el que esto sea legal y en el que lleguemos a ver bien que estas cosas sucedan. Igual nos acostumbraríamos.

Pero mientras el modelo no cambie, mientras el Ministerio tenga más fuerza que una consejería, y mientras la mayoría siga defendiendo día tras día la equidad entre territorios, habrá que seguir preguntándose por qué las inequidades crecen como setas, sin freno y sin solución realista y efectiva. Habrá que seguir escribiendo post como éste. 

lunes, 23 de junio de 2014

Ciencia, investigación, fondos públicos y capital privado: Rajoy en el CNIC

Esta entrada llega varios días tarde, no me da la vida... Pero ahí va. I+D+i. Público. Privado. Estos tres términos protagonizaron a mediados de este mes (el día 12, concretamente) la visita del presidente del Gobierno a un centro de investigación, concretamente el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), uno de los más punteros de España. El motivo era la reunión del Patronato del centro.  

Mariano Rajoy estuvo acompañado deValentín Fuster, director del CNIC, y de una plana mayor de personalidades públicas vinculadas con la investigación sanitaria. Entre otros: Ana Mato, ministra de Sanidad; Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad; Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i; Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de Madrid; Antoni Andreu, director del Instituto de Salud Carlos III...

El otro ala protagonista del acto fue el sector privado, el que forma el patronato de la Fundación ProCNIC, representantes de grandes empresas que han decidido vincular su nombre (y su dinero) con la investigación biomédica, y que completan el modelo de colaboración público-privada del que el CNIC y el Gobierno se muestran orgullosos. En el pie de foto que sigue tienes todos los nombres, incluidos los de los empresarios.

Rajoy, en el CNIC, con personalidades públicas y del mundo empresarial. Es aburrido, pero igual quieres saber quiénes son todos. Ahí va:
  Fila inferior. Emilio Botín, Presidente del Banco Santander. Valentín Fuster, Director General del CNIC. Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno.Ana Mato, Ministra de Sanidad. Luis de Carlos, Presidente de la Fundación Pro CNIC. Carmen Vela, Secretaria de Estado de Ciencia e Innovación, Presidenta del CNIC. José Manuel Entrecanales, Presidente de Acciona
Fila intermedia: Francisco de Bergia, Director de Asuntos Públicos de Presidencia de Telefónica. Luis Suárez de Lezo, Vicepresidente de la Fundación Repsol. Ignacio Garralda, Presidente de la Fundación Mutua Madrileña. Borja Prado, Presidente de Endesa. Ignacio Polanco, Presidente de Prisa. Antonio Huertas, Presidente de Mapfre. 
Fila Superior: Sergi Loughney, Director de la Fundación Abertis. Carlos Martínez Echavarría, consejero de la Fundación Ramón Areces. Don Fernando Gutiérrez, Adjunto al Presidente de BBVA. Don Jesús Echevarría, Director de Relaciones Institucionales de Inditex. Don Enric Banda, Director del Área de ciencia de la Obra Social La Caixa.

Espero que hayas sobrevivido el pie de foto. Sigo. De aquí en adelante, más cada año, y partiendo de que ya existe vinculación, la ciencia y la investigación biomédicas y sanitarias (no en particular: igual que otros ámbitos) dependerán muy mucho de la aportación del sector privado. A mí esto, per se, directamente y bien gestionado y evaluado, no me parece mal. Pero sí me fastidia indirectamente, porque significa que el sector público, la Administración del Estado, el que tú y yo ayudamos a pagar, no va a aumentar su apoyo económico a la ciencia y la I+D+i.

Para muestra de cómo está la situación, un botón. Uno de los titulares que dio Rajoy en su charla en el CNIC: La apuesta por la ciencia será clara una vez se estabilice la economía, y será pronto. De nuevo, palabras que esperan (desde hace myuchos años) hechos. Deja entrever lo que es imposible negar: aún no se ha apostado realmente por ello

Por ver el vaso medio lleno, los últimos Presupuestos Generales del Estado han aumentado los fondos para la I+D+i un 1,3 por ciento, en comparación con 2013, pero también se puede ver medio vacío. La Confederación de Sociedades Científicas Españolas (Cosce) cree que la aportación pública en ciencia e investigación se sitúa a niveles de 2002, y recuerda que, tras subir fuertemente hasta 2010, el número de investigadores en los OPI y universidades ha caído un 3-4 por ciento en los últimos años. Son sólo dos ejemplos: la realidad cuenta sobre este siglo XXI que, cuando se podía, no se confió en la I+D+i, y cuando llegaron las vacas flacas, tampocó se tiró de ella para aprovechar la criis y cambiar de modelo. Así nos va.

Evolución del gasto público en I+D+i, según datos del INE, entre 2002 y 2011. Entre 2011 y 2014 continuó la caída

Todo esto ya se sabe. Pero el acto del otro día en el CNIC fue una buena una metáfora de la situación. Al Gobierno le conviene, y bienvenido sea si la ciencia saca tajada de ello, estar codo con codo con las empresas líderes de todos los sectores. Vale. Pero ojalá Mariano Rajoy visitara de vez en cuando, y a menudo, el CSIC, el CNIO, el CRG, el CNB, el Cabimer, las universidades, los parques científicos... Hay motivos para hacerlo. Y también para fomentarlo. No logro confirmarlo del todo, pero podría ser la primera visita de Rajoy en sus dos años de Gobierno a un centro de investigación.

La visita al CNIC, muy mediática además, se produjo porque allí también estaban, entre otros empresarios, Botín, Polanco, Entrecanales... Dudo, y ojalá me equivoque, que se hubiera dado sin la presencia del Santander, el BBVA, Repsol, Telefónica, Endesa, Inditex...

Rajoy, Mato, Vela, Botín... hace unos días en el CNIC.
La foto es mía; iba a meterme en medio del círculo a preguntarles, pero me dio cosa...

No quiero ser demagogo ni torticero. No soy un fan acérrimo del dinero privado destinado a financiar lo que la pública debería y no puede/no quiere pagar, pero asumo que está en todas partes para quedarse y que, con el modelo actual, es necesario para que la ciencia y la investigación sobrevivan y, con suerte, crezcan (recuerdo un tema que escribí:  Dinero privado en I+D+i, una obligación aún dispersa).

Sé, además, que es el modelo que siguen la mayoría de países europeos. Y me alegra que tanto dinero tenga como destino la ciencia, pero no tanto si es a costa de que la pública recule y siga pensando en cosas como el ladrillo. La mentalidad sólo cambiará si la Administración confía de una vez en la investigación. Ahora me viene a la cabeza este otro tema que hice: La investigación y la rentabilidad: galones para el ámbito empresarial.

Un dato para acabar: España destina hoy día menos del 1,5 por ciento del PIB a la I+D+i. Más o menos, la mitad lo aporta la pública y la mitad la privada. Desde hace muchos años, el objetivo escrito sobre el papel, e incluso reclamado por la UE, era llegar al 3 por ciento. Hace un tiempo que España decidió que era tan inalcanzable, que lo rebajo al 2 por ciento. Pero ni por esas llegamos. Lo último es fijar la vista en 2020, y prometer que ese año se habrá alcanzado ese 2 por ciento.

Para hacerlo, en 6 años hay que crecer 6 décimas (una por año, por ejemplo). Eso sí, el Gobierno, por medio de los Ministerios de Economía y Hacienda, y a través de la secretaría de Estado de I+D+i, ya ha anunciado que el presupuesto público no crecerá apenas de aquí a 2020, y qUE el privado tendrá que duplicarse, pasando del 0,6 al 1,4.

Una última reflexión. Confiamos en que el dinero privado incierta el doble en ciencia e investigación, y quizá es mucho confiar. Lo hará si puede, en primer lugar, y si le interesa, en segundo, Como es lógico. Fiarlo casi todo a que las empresas saquen las catañas del fuego tiene sus riesgos... Lo iremos viendo en los próximos años.

Es una forma de verlo... hay que ver con humor casi todo en esta vida

PD: No puedo dejar de citar, hablando de ciencia e investigación, el premio que la Cosce le ha dado este mes a uno de los padres de la política científica en España, Emilio Muñoz. Ésta es una de las varias entrevistas que le he hecho en la última década. Siempre he aprendido de lo que me contaba. Sin duda, si hiciera un top-3 de mis entrevistados, Emilio estaría. Un grande.


Hasta la próxima...

martes, 3 de junio de 2014

Un granito de arena para #A1000Manos ;)

Éste es un post diferente. explicación previa: el proyecto #A4manos tiene ya casi año y medio de vida. Sus autores, @goroji y @rutroncal (apenas necesitan presentación), nos dan ahora la oportunidad de hacerlo global, nuestro, de todos, convirtiéndolo en junio en #A1000Manos. La idea es dar un impulso a la felicidad, propia y de todos: ahí va mi aportación.

Poco más que añadir...

Yo soy feliz en mi trabajo, cosa que no todo el mundo puede decir. Me quejo, y mucho, porque el que no llora no mama, y porque siempre he creído que la queja es principio de liberación, cambio y progreso. Idealista que es uno. A lo que vamos: el periodismo sanitario, de calle, teléfono, cara a cara, tecla y batalla, me hace feliz. No porque sea sanitario (a mi lo que me gusta es escribir, casi de lo que sea), sino porque puedo dar rienda suelta a lo que desde los 12 años es una vocación. He encontrado en la salud, la biotecnología y la política sanitaria un mundo periodístico que apetece vivir.

Hasta la carrera me hizo feliz. Es, en un 80 por ciento, una pérdida de tiempo y espacio mental, pero allí conocí a la que hoy es mi mujer, y a muchos de los que ahora cuento entre mis mejores amigos. Rompí con las ataduras de un colegio privado, manejé mi tiempo y mi espacio, disfruté, comí, bebí, trasnoché, madrugué... Y pasé tres años geniales en el periódico de la Facultad de Ciencia de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, como currito y como parte del equipo coordinador. Conocí gente maja y buena, y aprendí más que en las clases. Sí: el mus, las cervezas y las noches eran eternos compañeros de viaje.

                                     
                                                                                            Don´t stop me now...
                                                                 Me ha acompañado durante muuuchos años


Entre las prácticas que hice mientras estudiaba, los 4 meses que pasé de becario en La Razón, sección Espectáculos, los guardo entre los mejores de mi vida. Y eso que me pasé más de 100 días trabajando 10 horas, estudiando 6 y durmiendo las demás. Mereció la pena, y mucho: no me pagaron, lo cual me duele más ahora que antes, pero la experiencia fue más que recomendable. Aprendí mucho, de nuevo más que en la propia carrera. Empecé a hacer la calle, a quemar los teléfonos, a hacer aperturas... Y el día que me dejaron abrir la sección, y un espacio en la primera plana, con el 100 cumpleaños de Leni Riefensthal, me dio un subidón que aún hoy noto.

Cuando acabé la carrera, tuve la suerte de entrar a trabajar en un medio, Diario Médico, en el que sigo a día de hoy. No puede haber mejor ambiente de trabajo y redacción (aunque el paso del tiempo y el entorno de crisis del sector lo vaya minando), y he incorporado muchos y muy buenos amigos. No voy aquí a echar flores ni a tirar piedras al periódico a al grupo mediático que lo alberga, pero sí a decir que, diez años después, tras muchas alegrías y muchoss sufrimientos, me sigue llenando lo que hago. Crezco día a día, y siento que tengo un sitio que me he ganado. 

No quiero extenderme más. Escribir esto me ha hecho bastante feliz (aunque , y sólo espero empatizar con alguien que viva o haya vivido una situación similar, sea como periodista o en cualquier otro trabajo. No me queda más que desear suerte a #A1000Manos, a sus creadores y a todo el mundo que lo disfrute.

Pelead por ser felices, que hay que ganárselo...

Un ejemplo un poco extremo, pero que sirve:
la felicidad está más dentro que fuera





lunes, 26 de mayo de 2014

Cara a cara con el consejero de Sanidad de Madrid


Además de para una entrevista a doble página, que podéis ver aquí, la entrevista que me concedió el pasado jueves en la Asamblea regional, en Vallecas, Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de Madrid, da para un post. Más que nada porque ya escribí uno sobre las sensaciones que me generaba el sustituto de Lasquetty (¿Confianza irrecuperable?, puedes leerlo aquí), y porque éste, y no un periódico, es el sitio para hablar de ello de forma subjetiva y más libre. Ojo, por si alguien espera una cantada: ni voy a echarle flores ni voy a lapidarle, que aunque uno va por libre en redes sociales, luego tiene que lidiar en el día a día periodístico, lo que exige mantener las formas ;)

El consejero, durante la entrevista.
La foto es de un crack: José Luis Pindado (@pindator / @eldisparadorjpg)

De entrada, fue una entrevisra más de entrecomillados que de noticias. No me contó nada realmente muy novedoso, lo cual ya es un punto negativo para mí. Esperaba saber cuántos eventuales pasarán a interinos, profundizar en convocatorias de personal, saber alguna nueva vía de ahorro o sostenibilidad concreta... pero poca cosa al respecto. De los 52 minutos que duró la entrevista, Rodríguez se 'soltó' poco, y se mostró más 'alegre' al hablar del Ministerio y el Interterritorial que de la política regional. Básicamente, lo de los 17 SNS en vez de uno, y lo de que cada CCAA tiende a hacer lo que le da la gana pensando sólo en sus intereses. ¿Suena, no?

Aquí dejo los titulares que más me gustaron, para que os hagáis una idea rápida.
  •  Ser médico no es como bajar a la mina: se puede ejecer con más de 65 años
  •  A veces no queda otra que ir a la Justicia; Sanidad hace bien recurriendo decisiones de las CCAA
  • Los médicos destituidos en los centros de salud son buenos médicos, pero muy malos gestores
  •  Nos faltan 150 millones. 40 esperamos obtenerlos con eficiencia clínica, para los demás estamos negociando con Hacienda
  • No puede ser que una CCAA diga a todo que sí en el Interterritorial y luego haga en su casa lo que le venga en gana
  •  A ver si se hace la revisión del modelo de financiación autonómica. Hoy dicen que sí, mañana que no.
  •  Hacer más con menos sin perder calidad ni prestaciones es un objetivo irrenunciable
No quedó mucho espacio para la improvisación, porque ambos sabíamos buena parte de los temas que ibamos a tratar. Me salí del guión cuando pude, y el consejero no trató de impedirlo, pero lleva 4 meses en el cargo y en la tribuna política, y se le notaron pies de plomo. Comprensible. Rodríguez estuvo medido, sin querer salirse del 'abc', algo más comedido que en las apariciones públicas que ha tenido en los 4 meses que lleva en el cargo.  En diversos actos sí se le ha visto más animado en sus declaraciones... Para bien y para mal; eso ya lo dejo a la interpretación de cada uno.

Ni fue una entrevista complicada, porque no estaba a la defensiva, ni de las que gustan mucho, porque el consejero no parece una persona de las que se muestra empático y liberado a las primeras de cambio. Fue correcta. Comparando con las 2 ó 3 que le hice a Lasquetty, éste solía estar más activo, más a gusto, más participativo, más convencido de convencer al entrevistador, con un perfil más político, aunque es normal que Rodríguez aún no tenga cogido el punto a las entrevistas. Salí algo frío, pensando que yo no había estado muy fino (venía de una semana que no se la deseo a nadie), pero al trascribir la entrevista me pareció mejor de lo que me había parecido in situ.Menos mal.


Como decía Antonio Molina, "soy médicoooo, y templé mi corazón..."

Sólo un día antes de hablar conmigo, el consejero lo hizo con La Razón (puedes leerla aquí), algo que no fue bueno para mi. Quien da una entrevista previa a la que te concede a ti, suele aprovechar respuestas de la primera, seguir el guión, repetirse a veces. Se notó y así fue: había leído la entrevista de los colegas de La Razón y, aunque nos dirigimos a público distinto, algunas preguntas coicidían: ciertas respuestas y hasta expresiones y frases hechas fueron muy similares. Por cierto, que La Razón tituló con "El objetivo es que el hospital de Villalba abra tras el verano", afirmación que me reiteró Rodríguez, pero con la coletilla "si hay dinero para ello". Claro...

Sólo hacia el final de la entrevista, Rodríguez se soltó algo más. Suele pasar, pero a veces es tarde, porque se acaba el tiempo y las preguntas. Aun así, no eludió preguntas ni se fue excesivamente por las ramas (cosa que sí hacía más Lasquetty). No fue una entrevista sorprendente, pero sirvió para intuir las formas del nuevo consejero. Me dijo que sentía el cariño de los profesionales (literal), a los que trata de convencer y de los que busca su confianza, aunque un par de declaraciones previas y la destitución de 4 directores de centros de salud pueden ser una importante piedra en el camino. Él dice que no, pero los ánimos se han vuelto a soliviantar, cosa con la que, sin duda, ya contaba la consejería. Aunque a veces parecza lo contrario, no suele haber puntado sin hilo...

Sobre los líos entre competencias nacionales y autonómicas:
"Cada uno hace lo que quiere en su casa...".
Rodríguez también habla de buenos médicos y malos gestores.
PD: No tengo nada que ver con Kern Pharma: falta de tiempo para quitar la publi... sorry


Por poner notas, me quedo con un aprobado. Él estuvo en su papel, no metió la pata diciendo lo que no debía decir, y le faltó la chispa que yo no logré encenderle. No conseguí sacarle apenas del guión, y probablemente él quedó igual de satisfecho que yo, cosa que, por cierto, igual no me deja en muy buen lugar. Aun así, me doy por contento como primera toma de contacto: creo que algo merce la pena leerla ;)






miércoles, 30 de abril de 2014

Madrid: ¿confianza irrecuperable?



Cuando el pasado viernes supe que, el día siguiente (sábado), el presidente de la Comunidad de Madrid y el consejero de Sanidad, Ignacio González y Javier Rodríguez, se reunirían en el Gregorio Marañón con más de 400 sanitarios para anunciar mejoras laborales, lo comenté por twitter. Las conversaciones y comentarios subsiguientes me hicieron plantearme un post que llevara por título “¿Confianza irrecuperable?”, al que me habría gustado dedicar más tiempo... pero es lo que hay.

Por buena parte del sector sanitario de Madrid (el que más se hace oír, y el que lleva 2 años criticando la gestión del Gobierno), el anuncio fue recibido con escepticismo. También por sindicatos como Amyts y AFEM. Cuando se supo de las mejoras, más que sonrisas y aplausos, me llegaron muchos comentarios ligados al electoralismo y a considerar escasas unas mejoras que fueron prometidas hace tiempo y que podrían llegar algo tarde. 


González (centro), Rodríguez (derecha) y Maldonado (izquierda),
en el auditorio del Gregorio Marañón el pasado sábado.
Foto colgada por @McVay3 en su cuenta de twitter

Seguro que algunos (o bastantes, no puedo saberlo) profesionales de Madrid no están de acuerdo con esta postura tan crítica, y recibieron de buen grado los anuncios de González y Rodríguez. Pero, como ya conté en una entrada anterior, parece que son minoría, o, si son mayoría, no lo parecen (y deberían, no sé si me explico: estaría bien escuchar y contar tanto las voces críticas como las afines).

El caso es que no son pocos los que tienen una sensación de total escepticismo y desconfianza frente al Gobierno de Madrid. Dicho esto, al grano: este post viene dado por la sensación de que veo muy difícil que la Consejería de Sanidad recupere la confianza de la mayoría de profesionales sanitarios de la comunidad. El plan de sostenibilidad que plantearon y ejecutaron González y Lasquetty (sin consulta previa, aunque con mucho diálogo posterior) sentó muy mal por el fondo, pero también por las formas. Los sanitarios quieren que se cuente con su opinión. De entrada, no de postre. 

Eso, más los recortes ligados a la crisis, la pérdida de salarios, la inestabilidad laboral, el ambiente enrarecido de la sanidad madrileña, y las reformas nacionales (no todo se puede achacar a la gestión política madrileña, cierto), ha derivado en una masa profesional que vive a la defensiva. Esto se intuye en todo el SNS, pero se acreciente en Madrid. Y esto es tan malo que, ante presuntas mejoras laborales (sean tardías o electorales, se supone que mejorarán la situación), muchos sanitarios siguen descontentos y buscan razones (y las encuentran) para verle tres pies al gato.

La sanidad madrileña y sus políticos siguen tomándose el pulso,
pero las constantes no son las adecuadas...

Lo que yo me pregunto, sin hallar mucha respuesta, es cómo el Gobierno de Ignacio González, y la Consejería de Javier Rodríguez, pueden, en el plazo de un año hasta las elecciones autonómicas, convencer a la mayoría de profesionales sanitarios de que están mejorando sus condiciones y las de los pacientes, y de que se ha pasado página a la conflictiva época de Lasquetty. De verdad que ojalá lo consigan, no tengo colores políticos como para desear lo contrario, y al final, si el ambiente no es el mejor, pacientes como tú y yo lo notemos. Sinceramente, con las manos atadas por lo que aún queda de crisis, con una falta de mano izquierda que ahora trata de corregirse (aún es pronto para saberlo), y un sector en el que no mengua la desconfianza, no veo cómo el Gobierno de Madrid puede ganarse/recuperar la confianza de la mayoría profesionales sanitarios.

Cierro con una frase de Herman Van Rompuy, que me ha llegado vía @anadeph, con origen en @PostigoElena "La confianza se marcha a caballo y vuelve a pie".

Y, como curiosidad, cuelgo parte de las conversaciones mantenidas tras el anuncio de González.De una de ellas nace este post...de bien nacidos es ser agradecidos ;)


Parte de las conversaciones que siguieron al anuncio de la reunión González-Rodríguez-sanitarios.
Por ahí asoma la semilla de este post.

 

miércoles, 9 de abril de 2014

El lavado de cara a la política sanitaria en Madrid. ¿Pinta bien Rodríguez?

El (ya no tan) nuevo consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, supo desde el primer día que lo primero que le tocaba era templar ánimos, recuperar confianzas y conseguir que la sanidad madrileña deje de estar a la defensiva y con el cuchillo entre los dientes. Han pasado más de dos meses desde que sustituyó a Fernández-Lasquetty y, echando un ojo a sus principales declaraciones, no va por mal camino: ganan por goleada las palabras que hacen guiños a los profesionales y a algunas de sus reivindicaciones, y las promesas tienen a los profesionales, si no satisfechos, al menos expectantes y, lo más importante, menos tensos que hace 3 meses.

Rodríguez partía del bajage de los últimos años, como portavoz sanitario del PP en la Asamblea de Madrid. Sus colegas de la oposición suelen decir que es más fiero en el fragor parlamentario que en los pasillos, y más duro en el debate político que en el diálogo del día a día. La imagen que un servidor se había forjado como observador-currante en muchaos Plenos y Comisiones de Sanidad no es la que da desde que es consejero: la que intuyo ahora es más favorable, más cercana, menos altiva.


Javier Rodríguez, en la toma de posesión,con Lasquetty  a su espalda.
Uno se fue escaldado, otro echa agua fría a un sector hirviendo.
Foto: Mauricio Skrycky/Diario Médico

Si la buena pinta que tienen sus palabras se transforma en hechos positivos, lo dirá el tiempo. Aún no ha hecho nada, y los parabienes a los que está opositando pueden quedar en nada cuando hablen sus acciones y las consecuencias. Pero, de momento, basándome en las sensaciones que dejan sus entrecomillados -en poco más puedo basarme-, le doy el aprobado.

Recopilando:

En su toma de posesión, el pasado 28 de enero, Rodríguez reunuió a partes iguales aplausos, medias sonrisas, miradas suspicaces y desconfianzas cuando, en su breve discurso, dejó una idea muy clara:
  • "Hay que recomponer las maltrechas relaciones con los profesionales"

     

A partir de ahí, el consejero ha llevado como estandarte (o yugo, según se mire) un segundo entrecomillado, repetido hasta la extenuación ante las (razonables) dudas de la oposición y de buena parte del sector sanitario madrileño:

  • "No se va a recuperar la privatización, aunque el TSJM levante la suspensión. Está abandonada"

     

Que esta última idea no es suya, y que lo dice porque no queda otra, está claro. Pero si la idea es enterrar la privatización de los 6 hospitales (y, no nos olvidemos, de muchos centros de salud), mejor dejar claro que así será y no decirlo con la boca pequeña.

Una tercera idea, hecha pública hace pocos días:
  • "Amyts verá plasmadas en breve sus reivindicaciones; el presidente González detallará mejoras laborales" 

     

En este caso, el presidente de Madrid quiere para sí un anuncio que, anuncian, será positivo para los profesionales. Se espera que cristalice la promesa de convertir "a un elevado número de" eventuales en interinos. Crucen dedos...

Rodríguez se ha mojado en muchas de sus comparecencias públicas. Los periodistas, aunque preferimos noticias a entrecomillados, se lo agradecemos. Por citar algunas ideas que ha dejado caer:
  • "Todas las autonomías tienen sistemas distintos en TIC, y ninguna quiere cambiar, lo que es un problema: no hemos avanzado nada"

     

  • "La Paz, Ramón y Cajal y Gregorio Marañón, aún hablan idiomas distintos" [también sobre TIC...aunque quizá extrapolable]

     

  • "Hay problemas serios de financiación para los proyectos de investigación; Parece ser que, en tiempos de crisis, una de las cosas que hay que recortar es la investigación... Es lo que nos ha tocado [Con Carmen Vela a su lado, y con cierta sorna.... Recadito]

     

  •  "Hemos reducido los conciertos con la privada, y la intención es dejarlos a cero y poder hacer todo con recursos públicos"


  • "Hay que ahorrar 150 millones más, pero no pienso tocar al personal. Nos peleamos con Hacienda para que nos dé el dinero... Quizá haya que hacer menos carreteras"

     

  •  "Madrid no va a cobrar a los pacientes el copago hospitalario de fármacos de dispensación ambulatoria. No ahorra y genera un malestar en el paciente"

     

Todas estas frases, o suenan a "hay que cambiar para mejor", o directamente suponen concesiones a los profesionales. En la intuición de cada uno está cómo valorarlas.

Por contra, dos de sus declaraciones desde que es consejero son algo más polémicas. En su toma de posesión dijo:
  • "Javier Fernández-Lasquetty ha sido el mejor consejero de Sanidad de Madrid; todos han sido buenos pero él ha sido excepcional"

     

 Para gustos, colores: opiniones hay tantas como gente. Y hace unos días, sugirió esto otro:
  • "Las listas de espera crecen porque el paciente en ocasiones no quiere cambiarse de centro cuando se lo proponemos" 

     

Dejando a un lado la veracidad de la afirmación, decir esto es ponerle un caramelo a sus críticos, y dejar al paciente con la sensación de "¿otra vez yo?". Evitable, cuando menos.

Hasta aquí, sus palabras. A juzgar: ¿Expectación? ¿Optimismo? ¿Desconfianza?


El consejero, con Jesús Fermosel, de asuntos Sociales,
en la presentación de la estrategia para crónicos.
De lo más concreto que he visto en este ámbito, aunque va para (muy) largo
Foto: Lenda/Diario Médico

 

De regalo, otra lectura... aunque pobre, por falta de datos

 

Se puede hacer otra lectura, pobre todavía, partiendo de sus actos, que no son suyos, sino de la Consejería de Sanidad. Está claro que Madrid se ha puesto las pilas, bien porque ya lo tenía pensado antes de dimitir Lasquetty, bien porque es la política iniciada por Rodríguez, bien porque "desde arriba" así lo quieren. El caso es que, desde su llegada, se han presentado un plan de crónicos (muy a largo plazo, pero concreto en sus objetivos, cronograma y acciones), uno de Telemedicina (menos concreto), el Observatorio de Resultados de la sanidad madrileña y  los datos de conciertos sanitarios con el sector privado. Todo suena bien, puede ser útil, y, en principio, no genera polémica, ni suscita reacción crítica del profesional.