miércoles, 24 de julio de 2019

El título no hace al periodista; el periodismo se aprende ejerciéndolo

Ha vuelto a resurgir un viejo debate sobre periodismo. ¿Debe ser licenciado en Periodismo la persona que ejerza la profesión? La cuestión ha vuelto a la palestra, si es que alguna vez se había ido, tras la decisión de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) de sólo admitir como socios a los licenciados en Periodismo, Comunicación o Comunicación Audiovisual.

Las reacciones no se han hecho esperar y, por ejemplo, la Asociación Española de Comunicadores Científicos (AECC) se ha mostrado claramente en contra y ha decidido desvincularse de la FAPE. La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) ha decidido no romper relaciones con la FAPE, pero recuerda que acoge no sólo a periodistas licenciados y defiende el derecho de los informadores de la salud a trabajar y asociarse, independientemente de su formación o procedencia.

La ANIS organizó hace unos días un debate para hablar sobre la decisión de la FAPE, que, como podía preverse, fue más allá del ámbito asociativo y entró en la idoneidad o no de que los medios de comunicación trabajen con periodistas con o sin licenciatura. La presidenta de la ANIS, Graziella Almendral, dejó una frase que me parece bastante acertada, y que define bien mi opinión al respecto: "La verdadera carrera de periodismo empieza tras salir de la universidad". En este hilo que hice en Twitter tras seguir el debate vía streaming podéis haceros una idea de las posiciones de cada uno de y de los principales temas que se debatieron.



Junto a Graziella Almendral, estuvieron en el debate Nemesio Rodríguez, presidente de la FAPE; Antonio Calvo, presidente de la AECC; Clara Navio, de la Asociación Nacional de Periodismo Ambiental; Alipio Gutiérrez, director de Salud de Telemadrid; Paloma Zamorano, de Radio Nacional de España, y Santiago Graino, profesor en la Universidad Carlos III de Madrid.

Aunque no dio mucho tiempo, fue una buena idea organizar el debate para explicar las posturas de cada uno. Faltó participación del público y profundizar más en una discusión que, aunque manida y con pocas soluciones, interesa a los periodistas (no sé si tanto a sus lectores y oyentes, eso sí).

La decisión de la FAPE afecta 'sólo' a la posibilidad de que un periodista pertenezca o no a una asociación que defienda sus intereses, pero aviva una discusión más general, que es la que sí puede tocar de lleno a la profesión: ¿Debe una medio de comunicación contratar sólo, o al menos priorizar la contratación, de licenciados en periodismo? Mi respuesta, a día de hoy y con la realidad actual, es NO. Como hay matices, voy con ellos.

Entiendo a los colegas que defienden la contratación sólo de periodistas en los medios, pero no comparto su opinión. Entiendo a quienes dicen que la carrera de Periodismo es imprescindible para ejercer el oficio, pero tampoco la comparto. Y entiendo a quienes creen que un periodista con la carrera de periodismo tiene más armas y derecho a ser periodista que un profesional de otra rama o sin titulación, pero de nuevo tampoco lo comparto.

Momento del debate organizado por la ANIS hace unos días
No estoy al día de la carrera de Periodismo, ni de los diferentes (y heterogéneos en fondo y forma) contenidos que las facultades ofrecen en el título. Por ello, vaya por delante que parte de mi reflexión puede considerarse algo coja. Mi experiencia, hace ya casi 20 años, es que la carrera de Periodismo (estudié en la Complutense) me aportó bien poco para mi futuro desarrollo como periodista. Creo que estudiar Periodismo puede ayudar a ejercerlo, claro, pero no de tal manera que justifique priorizar a un licenciado frente a otro profesional de otras ramas relacionadas con el oficio, o frente a alguien conocedor del ámbito en el que esté especializado un determinado medio.

Si la formación universitaria mejorara, sería positivo, pero tampoco me llevaría a pensar que el título deba ser un salvoconducto para ejercer el periodismo. Voy más allá: uno no es periodista sólo por tener la carrera; si no se ejerce, no se es periodista. Y aprovecho para introducir un clásico argumento utilizado en ocasiones: "Si un médico necesita el título para ejercer, ¿por qué no el periodista? ¿No podría cualquiera ejercer de médico aprendiendo con la experiencia? Respondo en pocas palabras: un médico necesita una formación previa indispensable para realizar su trabajo, cosa que no precisa el periodista.

Me guardo una frase de Graziella Almendral: "La verdadera carrera de periodismo empieza al acabar la universidad"

También creo que la experiencia laboral pesa mucho más que la formación universitaria para ejercer de periodista. Claro que no todo el mundo es buen periodista, pero sí mucha gente puede llegar a serlo. La vocación, la facilidad de manejo del lenguaje, el interés, la capacidad de aprendizaje, la formación de base del colegio y el instituto, y otros factores, pueden definir la capacidad de un periodista, además de la formación universitaria. Existe, además, la posibilidad de que un profesional no licenciado en Periodismo haga un máster u otro tipo de formación periodística. He trabajado, y conozco casos, de abogados, biólogos, médicos, etc., que sin ser licenciados en periodismo son grandes periodistas. No considero que le estén robando el trabajo a gente con título, la verdad.

Esto no quiere decir que un periodista no necesite formarse. Para mí la formación va más allá de un título. Se pueden hacer máster, cursos o similares. Pero creo que la formación continuada de un periodista va más allá. Le forman sus compañeros, aunque esto sea cada vez más difícil dada la poca atención que despierta en los dueños de los medios la especialización de sus periodistas. Es la experiencia, en un periodista que quiera serlo y que ponga ganas y trabajo en su día a día, la que te va formando. Las fuentes, los reportajes, los viajes, las coberturas, te van haciendo periodista y te pueden hacer mejorar en tu trabajo.

La precariedad

El título pueda ser un posible filtro para ejercer el periodismo, aunque insisto en que no comparto esta idea. Muchos de quienes sí la comparten creen algo en lo que también estoy en desacuerdo: que el (mal) llamado intrusismo, el trabajo de profesionales no licenciados en un medio de comunicación, es una de las principales causas de la precariedad que está minando el periodismo. No creo que sea así. La precariedad viene por otros focos: las redacciones en cuadro, los sueldos mínimos, la pérdida de foco en la calidad, la deriva del modelo de negocio, el cruce de líneas rojas para favorecer los ingresos, el desconocimiento de loas dueños de los medios de las necesidades de sus trabajadores, la pendiente hacia el sensacionalismo... Todo esto, y más cosas, marca la precariedad del periodismo más que el trabajo de no licenciados y la posible falta de titulados en los medios.


jueves, 4 de julio de 2019

El congreso #BioComunica19, casi listo: comunicación y biotecnología, juntos por quinta vez

Este post empieza a ser recurrente. Desde que hace más de cinco años unos cuantos locos fundamos la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (ComunicaBiotec), nuestro congreso anual BioComunica se ha convertido en nuestra punta de lanza, y qué menos que dedicarle una entrada en el blog, ya que desde el primer año ha estado bastante implicado personalmente en el desarrollo de los programas. El congreso de este año, #BioComunica19, no desmerece en absoluto al de años pasados y, de nuevo, tiene muy buena pinta, mal está que yo lo diga... Ya tenemos un programa preliminar y pronto estará el definitivo.

Para este V BioComunica, que se celebrará en Madrid el próximo 28 de octubre en la sede de EY, contamos otra vez con mesas redondas, debates, presentaciones y charlas individuales. Como en otras años, más allá de la participación de los ponentes, la idea es generar debate, mucha interacción con el público y dejar tiempo para preguntas y discusiones. La comunicación tiene que ser muy protagonista en un congreso de comunicación ;) 


Estoy especialmente contento con la mesa redonda de periodistas que voy a moderar con un plantel femenino de lujo (Pampa Molina, Ángela Bernardo y Esther Samper) y con las charlas que van a dar Antonio Martínez Ron (Aberron) y Rosa Porcel (BioAmara), dos personas de las que más admiro en divulgación científica.

Pero es que lo demás mola tanto o más. Experiencias de comunicación en las diferentes ramas de la biotecnología, nuevos formatos de divulgación en ciencia, lazos entre biotecnología, política y relaciones institucionales, ética ante nuevos retos científicos, formación biotecnológica... Tocaremos muchos palos y muy interesantes, con nombres como los de Lluis Montoliu (CNB), Cristina Escandón (Principia), Jaime del Barrio (EY); con la participación de Asebio, Febiotec, la Asociación Española de Comunicadores Científicos, la Asociación Nacional de Informadores de la Salud; centros de investigación, empresas, colectivos, asociaciones...

En breve abriremos el formato de inscripciones al congreso, y completaremos el programa preliminares, al que todavía deben unirse grandes nombres. Estad atentos a la web (www.comunicabiotec.org) para todas las novedades, y a la cuenta de Twitter de la asociación (@ACBiotecnología). Espero veros el 28 de octubre en el #BioComunica19.

PD: Gracias a toda la Junta Directiva de ComunicaBiotec y a los socios que echan una mano y hacen que la asociación siga adelante y crezca. ¿Seguimos!



















jueves, 23 de mayo de 2019

Especial de Nature sobre inversión en ciencia e investigación en Europa



El último número de la revista Nature está especialmente dedicado al presente y futuro de la ciencia en Europa y es para leerlo con calma. Con el gancho de las elecciones europeas de este domingo, Nature explora cómo está Europa en inversión en I+D+i, qué diferencias hay entre países, cómo se está preparando el programa de investigación Horizonte Europa -que sustituirá a Horizonte 2020 en 2020- y en qué áreas científicas pretende destinar más dinero la UE en los próximos años. Merece la pena echarle un ojo a este especial, que se puede leer completo desde este enlace.

Como no podía ser de otra manera, la comunidad científica ha salido al paso del número de Nature avivando el debate en torno a si la ciencia está bien financiada. Una de las infografías que publica el especial hace que se te caiga el alma a los pies, ya que compara la inversión en I+D+i, por países y regiones, en toda Europa. las diferencias son brutales y confirman que España está a la cola, y que destina mucho menos dinero a la ciencia que la mayoría de sus colegas europeos. El problema no es nuevo, y es que en España la ciencia y la investigación nunca han sido una prioridad política ni económica. Baste recordar que España invierte en ciencia e investigación un 1,2% del total de su PIB, que este porcentaje cae año tras año y que está muy lejos de la media europea (por encima del 2%). Toda la información e infografías publicadas por Nature sobre los números de la inversión europea en ciencia se pueden ver aquí.

Gasto por habitante en I+D+i en Europa. España, a verlas venir...

El especial de Nature tiene mucho más. Por ejemplo, un análisis de Horizonte 2020 y de su próximo sustituto, Horizonte Europa. ¿Cómo planea Europa gastar entre 2020 y 2027 los 100 billones de euros que se quieren destinar a programas de I+D+i? ¿Cómo se ha gastado el dinero en los últimos años? ¿Cuánto invierte cada país en los programas europeos y cuánto dinero recibe por ellos? Toda esta información está en este enlace.

¿Cuánto dinero invierte cada país en financiar
proyectos de investigación y cuánto acaba recibiendo?
Como en muchos debates sobre investigación, acaba saliendo la dicotomía entre I+D+i civil y militar. Nature también pone el foco en ello y analiza los planes europeos para impulsar el gasto en investigación militar, centrándose en cuestiones como el uso de drones y la inteligencia artificial. Parte de la comunidad científica no está muy de acuerdo, por cierto. Los planes, las críticas y las opciones de presente y futuro en ciencia militar están explicadas aquí.

Como siempre, el vaso se puede ver medio lleno o medio vacío, y se puede ser optimista o realista/pesimista. El especial de Nature incluye dos comentarios sobre el futuro a corto plazo del peso de la investigación europea en la I+D+i mundial. Ésta es la optimista opinión de dos importantes académicos e investigadores europeos. Además, otros nueve líderes -incluido el comisario europeo de Ciencia, Carlos Moedas- firman éste otro análisis sobre las prioridades de la I+D+i en Europa. Una de estas nueve firmas, la de Isabelle Vernos, representa a España desde el Centro de Regulación Genómica.



El especial de Nature no podía dejar de incluir un editorial con el punto de vista propio de la revista científica más influyente a escala mundial. No descubre América, pero incide en la necesidad de que científicos y políticos se den la mano para trasladar y poner en práctica un mensaje claro: la investigación es una prioridad y Europa tiene moldes para impulsarla. Sólo queda ver si se hará, y cómo...

martes, 14 de mayo de 2019

Congresos médicos y 'humos' industriales: ¿hay grises entre el blanco y el negro?


Hace unos días se ha celebrado un congreso médico, el de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), que ha tratado de rebajar considerablemente la implicación de la industria farmacéutica en cuestión de ayudas económicas y patrocinios en la organización y desarrollo del congreso. Más allá del contenido científico de la cita, ha tenido bastante repercusión su idea de llevar a cabo un congreso "sin humos industriales", y se ha generado bastante debate entre quienes aplauden la iniciativa, quienes dudan de ella, quienes creen que la industria sigue bien presente, quienes lo ven como modelo de futuro, quienes aducen un brindis al sol…

Imagen del último congreso de la Semfyc.
Foto publicada por la Semfyc en su cuenta oficial de Twitter.

Creo que poca gente estaría en desacuerdo con un modelo de formación independiente de la industria (salvo la propia industria, quizá). El caso es si es viable generalizarlo después de décadas de poco menos que institucionalizarlo. Ejemplos como el de Semfyc, que minimizan el patrocinio de la industria, son viables. No son los primeros en hacerlo, aunque anteriores experiencias pertenecían a sociedades y colectivos de tamaño más reducido y manejable. En esta entrada -de 2015- de No Gracias se habla de algunas experiencias de congresos médicos sin financiación de la industria, una iniciativa en la que Osatzen fue una de las sociedades pioneras allá por 2013, tal y como reseñó en su día Eldiario.es. La iniciativa La Cabecera también sabe lo que es tratar de prescindir de la industria en los congresos científicos. Al respecto, uno de los post más recientes sobre este tema se publicó hace sólo unos días en el blog Hablando de geriatría

Que la formación continuada de los profesionales sanitarios está en manos de la industria es bien sabido. Mucha gente está de acuerdo en que no es el modelo ideal, pero es un sistema consolidado y que buena parte del sector da por bueno. Se trata de una relación tan necesaria como compleja. No está de más echar un ojo a cómo la industria trata de hacer más transparente y apropiada su relación con los médicos: el código de autorregulación de la patronal de laboratorios Farmaindustria dedica bastante tiempo y espacio a ello.



Vídeo grabado en la clausura del congreso de la Semfyc.

Créditos: Semfyc y Fernando Fabiani


Volviendo al congreso de la Semfyc, este primer paso dado por la sociedad no ha tenido por lo general mala acogida, incluso ha sido bienvenido en muchos casos. El debate está en lo teórico, si la ayuda de la industria contamina la formación, y en lo directamente económico: ¿es viable asistir a este tipo de congresos sin financiación de la industria? Ninguno de los dos tiene una respuesta cerrada. Al respecto, me ha gustado este hilo en Twitter del internista Miguel Marcos, que busca los grises, que suelen ser mejores que los blancos y los negros.

Hay quien considera que se puede acudir a un congreso, invitado por la industria, y debatir y recibir formación sin que esto ponga en duda la independencia como profesional sanitario. Por otro lado, hay quien considera que aceptar ayudas económicas de la industria sesga el futuro ideario y comportamiento profesional. Ambas posturas son defendibles y, en parte, dependen del propio profesional y del uso que haga de los recursos que se le proponen. Hay estudios, como éste publicado en Gaceta Sanitaria tras encuesta a colectivos MIR, que sugieren que la relación con la industria influye en la prescripción. Éste otro estudio, publicado en Atención Primaria, es otra de las referencias para quienes defienden que la influencia de la industria modula la formación de los futuros médicos. Gracias a Javier Padilla por recordarme estas referencias ;)

Mi opinión particular es que no es inviable una formación patrocinada por la industria que no revierta en una formación médica perversa. Puede hacerse y, de hecho, se hace. Que no sea lo ideal no quiere decir que no se pueda hacer bien. Lo he vivido como periodista (ver párrafo final del post) y creo haberme librado de la influencia. Dicho esto, creo que es mejor una formación independiente ofrecida por la sanidad pública, los colegios, las sociedades... También ahí habría intereses, pero ésa es ya otra historia...


¿Se lo pueden permitir los residentes?




En cuanto al dinero, las inscripciones al último congreso de la Semfyc (los hay más baratos y más caros) rondaron entre los 300 y los 800 euros, dependiendo de la fecha de inscripción y de si se es socio o residente. Para muchos es un desembolso importante, quizá inasumible para el propio bolsillo, al que hay que sumar otros tantos gastos de desplazamiento y alojamiento. Muchos de los que participaron en diversas conversaciones de Twitter señalaron que, pagado de su propio bolsillo y buscando las opciones más económicos, costearon el congreso, el viaje y el alojamiento por unos 500-600 euros. Cada uno dirá qué le parece, si es viable y si merece la pena. 

No son pocos los profesionales que han hecho el esfuerzo de ir al congreso al considerar un aliciente una mayor independencia de la industria. Otros muchos creen que estas iniciativas llegan tarde, se quedan en la superficie o directamente son prescindibles. Hay de todo, como en botica, pero el debate ha vuelto a abrirse y es posible que Semfyc abra un melón hasta ahora poco explorado...

Llevando el debate más allá, el giro que ha intentado dar Semfyc avanza hacia otra forma de organizar los congresos médicos, aunque queda mucho para el desarrollo de otro tipo de congresos científicos. Recupero esta entrada de hace ya cinco años de Juan José Gómez en el que explica en qué consiste la iniciativa #CambiaCongreso, nacida hace ya varios años para debatir el presente y futuro de los congresos médicos, su estructura, sus contenidos, sus formatos... Una de las máximas es el 'patrocinio responsable'. ¿Caminamos hacia ello?

Representación de la iniciativa #CambioCongreso, que plasmó hace unos años la agencia PlannerMedia
tras diversos debates profesionales. El patrocinio responsable, entre las propuestas.

Oiga, ¿y los medios de comunicación?

Lo de los congresos médicos con o sin patrocinio e invitaciones de la industria me lleva a hablar de un debate paralelo que los periodistas solemos tener. ¿Sabéis que los medios de comunicación van a informar a los congresos médicos invitados por laboratorios farmacéuticos? Así es en casi la totalidad de casos. Está normalizado, aunque sigue siendo criticado. ¿Son los medios de comunicación independientes al informar sobre salud, sanidad y medicina cuando les paga una compañía farmacéutica implicada directamente en esa cobertura informativa? Yo siempre ha dicho que es posible, aunque admito que el proceso es perverso. 

Una de las claves es la transparencia, que no suele cumplirse. Lo propuso Materia hace ya tiempo y es un buen ejemplo: si un laboratorio te paga el viaje y el alojamiento a un congreso médico, cuéntalo en la noticia que escribas. Di qué compañía te paga y, si informas sobre ella, explica claramente que te ha financiado, aunque trates de mantener la independencia y neutralidad en la noticia. Con la verdad por delante, este modelo sigue sin ser el ideal, pero es un poco menos perverso. Igual que en el caso de los profesionales sanitarios. ¿Ideal? No ¿Mejorable? Sí. ¿Posible? También.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Sanidad pública y privada. El eterno debate sigue suelto


Estos días se ha movido bastante por redes sociales este artículo publicado en El País, en el que se analiza, hablando con diferentes fuentes, la situación de la sanidad pública y privada en España. Creo que está bastante medido y, aunque faltan factores en la ecuación porque no siempre se puede incluir todo, creo que es un repor bastante completo y recomendable.

Tras leerlo, y como cada vez que se habla de sanidad pública y privada, me surge la misma pregunta. ¿Le importa mucho al paciente de a pie la relación y equilibrio entre sanidad pública y privada? Yo, que prefiero un país basado en una sanidad pública claramente preminente, no soy dado a echar pestes a priori de la colaboración con la privada. En un tema con tanta ideología como éste, muy politizado y con opiniones muy polarizadas, no siempre es fácil crearse una opinión y sustentarla en debates sanitarios.

En el artículo habla gente firme defensora de la sanidad pública y muy crítica con la privada, como Marciano Sánchez Bayle, de la Federaciones de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), y gente metida en la privada y que siempre defiende su potencial, como Manuel Vilches, del Instituto para la Integración de la Sanidad (IDIS). El repor suma más voces de marcado carácter privado, como Javier Murillo, y otras de tinte muy público, como José Repullo, y añade otras en principio más neutras, como las de los economistas Enrique Bernal y Juan Oliva, entre muchas otras. Todos saben de lo que hablan y, aunque arriman el ascua a su sardina ideológica, lo hacen exponiendo motivos y razones aceptables. Punto para el periodista que escribió el repor.

El problema es que, mientras clamamos por no politizar la sanidad ni convertirla en arma ideológica, tenemos un debate absolutamente polarizado y no son muchas las voces que piden más debate y, sobre todo, más análisis con las mismas cartas para saber si, en casos particulares, es más eficaz, eficiente y coste-efectiva la sanidad pública o la privada. Siempre, desde mi punto de vista, partiendo de un SNS que deje clara la preminencia del servicio público y que garantice una total transparencia en la colaboración con la sanidad privada, cosa que no es tan común como debería serlo. Por ahí empezamos a perder las bases del debate: los acuerdos son a veces oscuros e interesados. Mala cosa.



Otro factor: está genial defender la sanidad pública, porque lo merece y es el camino adecuado, pero a veces se nos olvida echar en cara a los responsables y gestores la deriva a la que llevamos años sometiendo a la sanidad pública, con pérdida de financiación, recursos, personal y herramientas adecuadas de flexibilización y evaluación. Cambiar la sanidad pública es tan fácil como ascender el Everest, da la impresión. Suelo acordarme de este artículo que escribieron Miguel Ángel Máñez y Julio Mayol en Diario Médico, hace ya casi 10 años. No han cambiado apenas las cosas.

Lo decían muchas voces estos días en Twitter: ¿y si nos dedicamos a mejorar los servicios públicos para que sea más fácil gestionarlos y utilizarlos, en vez de anclarnos en el debate incompleto de pública VS privada? Muchos han sido los comentarios. Por ejemplo, me ha gustado esta entrada de Richard Cañabate, en la que se dice, entre muchas otras cosas, esto: "Quizá la solución pase por equilibrar la balanza y hacer que lo que tenemos evolucione y suba de nivel".

Como me da un poco igual que me tilden de lo que sea, y me gustan más los grises que los blancos y los negros, yo creo que la sanidad pública puede y debe contar, como ya lo hace, con la privada, y que ambas pueden y deben aprender la una de la otra. Decir esto no es ser partidario de procesos privatizadores como los que emprendió el PP en el Madrid -y de los que reniego claramente-, como tampoco supone ser siempre afín a movimientos contra conciertos y colaboraciones privadas -como el caso de Alzira en Valencia, por ejemplo, en el que que no me siento muy capaz de posicionarme claramente a favor o en contra-. Voy haciendo amigos y buscándome críticas por 'ni fu ni fa', ya lo sé, qué le vamos a hacer... Cuando hablo de este tema siempre me acuerdo de mi compa Rosalía Sierra, periodista en Diario Médico y la persona que más sabe de gestión sanitaria del mundo mundial. Qué cansino todo, ¿eh, Rose?

En fin. Que cuesta entrar a analizar los grises en el debate sanidad pública-sanidad privada, cosa que lamento. Creo que, si evaluamos y medimos con transparencia y sin prejuicios, la sanidad pública española saldría bien parada en la inmensa mayoría de casos. Dicho de modo algo grosero, 'ganaría' a la privada, para quien gusta de ver esto como una disputa -cosa que no siempre comparto-. El problema es que estas comparaciones son difíciles porque nos seguimos empeñando en no medir y tirar de juicios previos...


lunes, 29 de abril de 2019

Wind of change: de Diario Médico al Instituto de Salud Carlos III


Tengo la sana intención de reflotar este blog, que lleva un año en parada cardiorrespiratoria -el último post es de abril de 2018- y tres años bastante enfermo -sólo 2 entradas en 2017-. La primera entrada en los últimos 12 meses es sólo para contar, casi más para mí que para la gente porque lo de escribir lo llevo en vena, los vientos de cambio laborales en los que estoy inmerso, que también cambian buena parte de la perspectiva vital en general. Más allá del cambio de trabajo, quiero volver a activar el blog. Si de ésta no lo logro, igual hay que desistir definitivamente...

Primer día en el ISCIII, la semana pasada. Qué menos que un selfie de bienvenida
Después de casi 15 años en Diario Médico he cambiado de trabajo. Es la primera vez que cambio de curro, además. Soy periodista de vocación incluso desde antes de serlo, así que han sido 15 años geniales, con muchas más cosas buenas que malas. En Diario Médico he aprendido casi todo lo que sé del periodismo y, aunque ahora lo voy a echar mucho de menos, toca cambiar de aires y explorar otras cosas. Sigo vinculado a la salud y a la ciencia porque acabo de incorporarme al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para gestionar un proyecto de creación de contenidos digitales, divulgación y redes sociales.

No ha sido fácil tomar la decisión. Voy a dejar un poco de lado el periodismo de calle, de día a día, que me encanta, para acercarme a la vertiente de la comunicación y la divulgación, que en los últimos años me han ido llamando más la atención. No sé si lo que voy a hacer es propiamente periodismo, porque las fronteras están muy difuminadas, pero sí sé que tengo ganas de investigar este nuevo camino laboral. Quien me conoce sabe que el ámbito institucional no me pega mucho, pero creo que casi siempre se pueden hacer cosas con flexibilidad y libertad. Veremos ;)

Reconozco que, en parte, necesito algo más de tranquilidad y menos estrés. No sé hacer periodismo más que dándolo todo, y estar en una redacción, además con responsabilidades de coordinación, pasa su factura. Mi mente es inquieta pero me manda señales de calma, y hasta mi cuerpo lo ha hecho. No es que mi curro fuera hiperestresante, es que yo mismo colaboraba a hacerlo por mi forma de entenderlo. No sólo yo: la familia también necesita tiempo, especialmente los niños, y cada vez pesa más no dárselo. En mi nuevo destino voy a darlo también todo, pero intuyo que las exigencias van a ser diferentes (no menores), y que puede ser más fácil desconectar por momentos y asomar la cabeza más allá del atropello periodístico de un medio de comunicación digital diario. Veremos…  
Último día en la redacción hace un par de semanas. Qué menos que un último selfie

Del proyecto poco puedo aún contar porque mi trabajo en estas primeras semanas va a ser definirlo, irlo desarrollando y ver la forma que toma a corto y medio plazo. Ver los recursos con los que cuenta, qué ideas pueden llevarse a cabo, tomarle el punto a trabajar en la Administración pública… estudiar qué queremos contar y cómo, e ir trabajando sin prisa pero sin pausa. De lo que más me atrae este trabajo es vivir entre investigadores, hablar con científicos, contar sus trabajos, inventar reportajes sobre salud y sanidad, y plasmarlo para que llegue a los profesionales, pero también a la sociedad, que está necesitada de comprender la ciencia y lo necesaria que es para su día a día. Va a ser bonito.

No quiero dejar el periodismo, pero es momento de hacer otras cosas. Quizá pueda acercarme a él de vez en cuando, quién sabe. Echando la vista atrás, a los 15 años en Diario Médico, me llevo experiencias geniales, conocimientos variados, amistades de las buenas y contactos y conocidos muy interesantes. He entrevistado a ministros y a premios Nobel, a gente poco conocida pero imprescindible, he cubierto decenas de congresos científicos desde decenas de ciudades europeas, estadounidenses, asiáticas…he informado desde la Comisión Europea, desde el Congreso de los Diputados, desde Moncloa, desde varios ministerios… Una pasada. Lo mejor es que he trabajado de forma bastante libre y haciendo muchos temas que me apetecía hacer, sin unas directrices agobiantes y con bastante independencia y libertad, cosa que no pueden decir todos mis colegas periodistas. En estos 15 años he sido un plumilla bastante afortunado.

Además de plumilla, he podido ser medio jefe durante algo más de tres años. He coordinado a un equipo de gente buena y preparada y, aunque no es fácil ser jefe de amigos, creo que lo hemos llevado bastante bien desde ambas partes. He aprendido mucho de gestión de equipos, para lo malo pero sobre todo para lo bueno, y ya sé qué es tomar decisiones complicadas, atender hacia arriba y hacia abajo, templar gaitas y ánimos, interceder cuando toca, quejarse cuando procede (que es muchas veces), pedir favores, concederlos, decir que no a veces… Enriquecedor.

Los compañeros de la ANIS me han concedido este año su
premio anual de periodismo y comunicación. Orgullosísimo.
Por todo este trabajo en Diario Médico durante 15 años, y por mi labor en la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (Comunicabiotec), los compañeros de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) me concedieron hace unas semanas, poco antes de cambiar de aires laborales, su premio anual de periodismo y comunicación. Estoy muy orgulloso y agradecido, porque es un premio que al que te nominan tus colegas de profesión. Me siento querido en el periodismo sanitario y eso es muy reconfortante. Aunque en labores distintas, sigo vinculado a la salud y seguiré, claro, en el entorno ANIS, donde hay todo tipo de profesionales de la comunicación en salud.

Y nada, que aquí estamos. Básicamente, seguimos avanzando. Ganas no faltan, que no es poco. Ojalá a esta entrada le sigan más y este blog pueda revivir, porque es una necesidad que siempre tengo latente: contar cosas. Quiero seguir sacando tiempo para colaborar con el blog Canciones de buenrollo, y sueño con recuperar inspiración para volver a escribir relatos (desde los 15 años los he escrito por decenas, incluso centenares). Igual ahora puedo escribir en este blog de más cosas que antes eran complejas escribiendo en un medio de comunicación. También es cierto que ahora trabajo en la Administración y que eso tiene sus particularidades y cortapisas. Pero tengo ganas de darle vida a este espacio contando qué se yo, cosas de ciencia, de sanidad, de deporte, de periodismo, de literatura y cine, de lo que me dé la gana. Que las musas me acompañen…

Con algunos de mis excompañeros de Diario Médico. Se les echa de menos


lunes, 9 de abril de 2018

Algunas ideas sobre #ANIS18

Este pasado fin de semana se ha celebrado en Barcelona el congreso anual de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). En el hashtag #ANIS18 puedes echar un ojo a todo lo que dio de sí, que fue mucho. Y aquí puedes ver información sobre el impacto en twitter.


Dejo a vuelapluma algunas ideas sobre temas de los que se habló en el congreso.

- La apertura con la charla de María Neira @DrMariaNeira, directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue de lo mejorcito del congreso. Por la invitada, por el formato (qué bien modera @emiliodebenito) y por dejar un buen rato para preguntas y respuestas. Neira habló a pecho descubierto, sin corsés y muy natural. Sabía que estaba en un encuentro informal con periodistas y se adaptó perfectamente al entorno. En esta pieza que publiqué en @diariomedico puedes leer algunas de las cosas que contó. Ojalá fuera más tuitera.

- Buen networking nocturno en un bar del centro. Algunos nos liamos un poco y nos tocó dormir pocas horas, pero congresos de este tipo sin vida social se quedan en la mitad.

- Seguimos sin ponernos de acuerdo en hasta dónde hay que llegar al publicar imágenes relacionadas con atentados y otro tipo de sucesos graves. Hablamos de sentido común y autorregulación, pero eso se traduce en heterogeneidad de opiniones y decisiones al respecto. Si no se cruza la línea de la ilegalidad (y a veces se cruza), cada medio pone sus propias líenas rojas. Hubo mucho debate y cierto acuerdo en que hay que poner límites, pero ésta es una discusión que durará eternamente sin que haya consensos. Esta pieza que publicó Hipertextual el año pasado ahonda en el tema.

- La iniciativa Salud sin Bulos, de la que ya hablé en un post anterior, también tuvo protagonismo. Aquí cuento brevemente qué contaron Marian García @boticariagarcia, Esther Gorjón @jesterhanny y compañía. Crear un bulo es tan fácil como difícil combatirlo. Se extienden como la pólvora y dejan un rastro irreparable. Lo que queda claro es que las instituciones sanitarias deben poner más de su parte para perseguirlos.

- Ana Isabel Cordobés @Ana_Cordobes dio un taller sobre redes sociales e infografías. En lo primero no vamos a decubrir América: si eres periodista o comunicador, estar en redes es un plus importante. Yo sigo creyendo que no estar, o estar por estar, es un error. Sobre lo segundo, hablar de las herramientas para hacer sencillas (o complejas) infografías y cuadros desencadenó uno de los debates más interesantes del congreso. ¿Cuántas cosas debe hacer el periodista? A muchos se nos pide, o se nos deja caer, que redactemos, saquemos fotos, las editemos, hagamos infografías, cortes de radio, vídeos, que controlemos herramientas de tráfico web, SEO, que coqueteemos con labores de publicidad y marketing, que coorganicemos eventos... Vuelve el periodista mochila. Hacer de todo ¿y hacerlo todo bien? Me da que no, oiga, y menos en las condiciones actuales, de las que mejor no hablamos.

- La asamblea de socios de ANIS me la perdí porque... No soy socio de ANIS. Muchos de mis colegas creen que lo soy, y hasta algunos creen que estoy en la Junta Directiva, pero el caso es que llevo años haciéndome el remolón, relacionándome ocasionalmente con ANIS y todos los colegas y amigos que tengo dentro, pero desde la barrera. Tras fundar y ahora vicepresidir la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (ComunicaBiotec) @ACBiotecnologia, vi aún más lejos asociarme a ANIS, pero experiencias como este último congreso me hacen replantearme mi decisión. Sí, María @periodistia y Emilio, es probable que ingrese en breve.

- El segundo networking nocturno también estuvo muy bien. Pasaer de noche por un barrio (pero muy barrio) de Barcelona, sin ver casi ni un alma, y de repente entrar en el único bar en kilómetros a la redonda y compartir espacio,de muy buen rollo, con centenares de personas (bien variopintas y heterogéneas) estuvo pero que muy bien. Volver tarde y seguir perdiendo horas de sueño discutiendo y solucionando el periodismo a las puertas del hotel, también. No tenemos remedio.

- Interesante charla de Ainhoa Iriberri @airiberri sobre cómo informar sobre salud y sanidad tomando a los famosos como punto de partida. Se veía venir, y hubo debate sobre hasta donde llegar en según qué casos. Como le pasó a Ainhoa hace poco, muchas veces nos equivocamos, sí. Dicho esto, hay mucho que debatir sobre las presiones que recibe un periodista para publicar, titular, enfocar... De los injustificables linchamientos en twitter mejor tampoco hablamos.

Un homenaje al gran Forges nunca sobra...

- Puntazos del congreso. La charla de María Neira. Charlar mucho y bien con colegas y amigos. Seguir conociendo gente. Ver que muchos colegas te reconoce y te aprecia. Intentar solucionar a golpe de debate lo quizá insolucionable. Los voluntarios y organizadores de ANIS, que se dieron un currazo. Desayunar de buffet mientras las ganas de ir al congreso superan las de dormir un poco más. Tener 5 horas libres (ida y vuelta en tren) para leer.

- Cosas que creo que se pueden mejorar. Sigo notando una excesiva endogamia en este tipo de congresos. Hablamos demasiado por y para nosotros. Me faltan perfiles entre asistentes y ponentes. No sé si llegamos fuera. Quizá llevar a gente ajena a la información de salud y sanidad fuera positivo, aunque no sé como: se le puede dar una pensada.

Mi cuarto congreso ANIS fue muy bien, vaya. Disfruté y me lo pasé pipa. Aprendí. Desconecté del curro aun hablando de ello. Creciente sentimiento de pertenencia grupal: mola la familia de periodistas sanitarios (más allá de ser o no de una asociación), de la que formo parte desde hace casi 15 años. Seguimos...