Ahí van algunos resultado de la encuesta: el 73% de directivos gestores admite que ha sido elegido por afinidad política. El 83% cree que no le dejan autonomía de gestión. Sólo el 53% han trabajado su formación en el último año, y el 44 % no lo ha hecho en el último lustro. Así son los gestores hospitalarios del SNS (la mayoría de los encuestados trabajan en el sector público). ¿Nos gusta?
| Cuadro extraido del Informe Sedisa. Así nos luce el pelo... | 
Reconocerlo desde dentro es un paso, pero para mejorar hay que dar muchos otros. Vista nuestra tradición y sentido democrático, parece imposible conseguir a corto plazo que las elecciones no se hagan a dedo. Triste, pero realista. Lo que sí se puede conseguir pronto es que un gerente elegido por afinidad política tenga buena formación, y que quien le ha elegido le dé herramientas para trabajar con eficacia y eficiencia. Luego, que se le evalúe en consecuencia, de forma independiente, claro.
| Cuadro extraido del Informe Sedisa.Así nos luce el pelo, toma II. Ojo a lo menos puntuado: liderazgo, influencia y nivel de conocimientos | 
Claro que veo necesario criticar las elecciones a dedo. Son un cáncer. Pero, como tal, erradicarlas costará tiempo, y recidivan continuamente. Mientras intentamos acabar con ellas, centremos los esfuerzos en lo inmediato, en lo que está en nuestra mano: crear cultura para que los gestores sanitarios se formen, obligarles a que lo hagan continuamente, y facilitar que la ya manida gestión clínica, bien entendida, llegue a su día a día. Sedisa pide un área de capacitación específica en gestión sanitaria dentro del posgrado de Medicina: es una idea a la que, creo aunque espero equivocarme, no se hará mucho caso.
Conclusión, y no merezco un Nobel por ello: que los gestores sanitarios puedan gestionar, y que, si no lo hacen bien, se les indique el camino a la puerta. ¿No? Ellos mismos lo están pidiendo...
 
 
 
