lunes, 30 de junio de 2014

(In)equidad en el SNS y gestión de las competencias sanitarias

Hace unos días, en una rueda de prensa de una sociedad científica, la relativa placidez de la presentación de resultados sobre (in)equidad asistencial se vio quebrada por la entrada en juego de un invitado inesperado: la transferencia de competencias sanitarias. Generó revuelo porque los portavoces de la sociedad no se pusieron del todo de acuerdo ni sobre sus consecuencias ni en sus declaraciones; de hecho, dos de ellos continuaron compartiendo sus divergencias, en un tono algo crecido, cuando acabó el acto y los periodistas, tras hacer unas cuentas preguntas, ya nos estábamos retirando. La discusión está ahí; también entre los profesionales.

Antes de seguir, recomiendo un enlace que me he encontrado. Pertenece a una entrada del blog-opinión que tenía Mónica Lalanda (síguela en twitter) en un conocido medio. El titular quizá se va de madre (autonomías, el cáncer de la sanidad), pero expresa que el debate lleva mucho tiempo enquistado. Pasen y lean.

Uno de los dibujos de la sinpar Mónica Lalanda, puede ilustrar lo que comento. Aquí sí pero allí no, acá así y allá asao...
Espero que no le moleste que lo tome prestado ;) Aquí, más ilustraciones suyas

Vuelvo a mi cosecha. Ahí sigue, la eterna pregunta soterrada, el debate que no acaba de estar en la palestra, lo que se debate con la boca pequeña, lo políticamente incorrecto porque, entre otras cosas, entran en juego criterios ideológicos frente a los puramente sanitarios. ¿Ha hecho bien al SNS la trasferencia de competencias sanitarias? ¿Se estaba mejor con el Insalud? ¿Se ha mejorado? ¿Hay realmente 17 sistemas de salud? ¿Funcionan las transferencias y es sólo una gestión mejorable lo que las pone en duda? Falta claridad en la defensa de una u otra postura (o la intermedia, todo es matizable). Vaya por delante que no defiendo la devolución de competencias, sino una mejora de la situación actual (seguro que hay diversas soluciones más allá de la recentralización).

No viví profesionalmente le época del Insalud, ni siquiera los primeros años en los que las autonomías se hicieron con las competencias sanitarias. Sólo tengo la lectura personal de la actualidad, y lo que está claro es que hay desigualdades. Muchas y varipintas, algunas sangrantes. Sé que tiene que haberlas, porque la equidad absoluta es poco menos que un sueño.

Sé que siempre habrá mejores hospitales y centros de salud que otros, y de hecho es que tiene que haberlos. Sé que siempre habrá autonomías con más capacidad económica, mejor gestión y mejores políticos que otras. Pero no me gustan los 'laissez faire, laissez passer' sanitarios. En el modelo que dictan nuestras leyes, que además es el que promulgamos -más con palabras que con hechos-, cualquier ciudadano de cualquier autonomía debe ser igual que otra persona en otra región. Y no lo es. ¿O sí?


Son sólo unos ejemplos: la inequidad sanitaria está en la prensa día sí día también.
De forma cíclica, recurrente y repetitiva.


No es que no se denuncien las inequidades o desigualdades evitables entre autonomías. Se hace, en mayor o menor medida. Los clínicos y los pacientes lo critican, y los políticos... Recurren a la justicia para que decida. Pero da igual: al día siguiente cae otra nueva injusticia. Por cierto: ¿Es normal que el Tribunal Constitucional tenga decenas de decisiones judiciales pendientes para saber si es una autonomía, o si es el Estado, el que es competente en una materia? Igual deberíamos tenerlo claro de antemano, y dejarnos de recursos y fallos que entran en la forma, pero rara vez en el fondo de la cuestión. Jubilaciones, pagas extra, fármacos...

No voy a entrar en si la subasta andaluza o los equivalentes terapéuticos valencianos son buenos o malos (por poner los dos ejemplos de los que más se habla), porque, entre otras cosas, me falta formación para analizarlo a fondo, pero sí tengo claro que no me gusta que un paciente de una ciudad no tenga el mismo acceso al sistema y lo que éste ofrece que otro de otra ciudad.

Resulta que si vives en el País Vasco, Extremadura, Madrid o Castilla-La Mancha, no tendrás que pagar el famoso copago por fármacos de dispensación hospitalaria (si es que alguna vez entre en vigor). Resulta que si resides en Córdoba, es posible que sólo puedas optar a una terapia en una determinada patología, en vez de disponer de 4 o 5 alternativas. Resulta que si vives en X, tienes acceso a tal fármaco oncológico, aprobado por la Aemps, pero que no está disponible en Y. Resulta que si vives en Navarra, puedes comprar en farmacias la vacuna de la varicela (ya no, pero ha sido así durante meses). Resulta que...(fill the gap, por no poner yo más ejemplos).

Un ejemplo: Mapa-semáforo elaborado por Médicos del Mundo sobre la aplicación del real Decreto 16/2012 de reformas y sostenibilidad sanitaria. Se refiere a la posible exclusión de ciertos colectivos (en rojo, las CCAA que han aplicado fielmente la norma; en amarilla, las CCAA que la han sorteado con leyes autonómicas complementarias, y en verde, las que, de entrada, han obviado su aplicación).
Lo cito sólo como ejemplo de cómo en España puede haber diversos colores que definan la desigualdad sanitaria entre autonomías.

Si queremos que estas diferencias nos dejen de importar, y convertirlas en algo normal a lo que haya que acostumbrarse hasta aceptarlo, dejemos de vender que sólo hay un SNS y de decir que el Ministerio controla la sanidad nacional. Si nos parece bien que una comunidad dé más o menos oportunidades que su vecina, cambiemos las leyes y el sentir general, y promulguemos un modelo en el que esto sea legal y en el que lleguemos a ver bien que estas cosas sucedan. Igual nos acostumbraríamos.

Pero mientras el modelo no cambie, mientras el Ministerio tenga más fuerza que una consejería, y mientras la mayoría siga defendiendo día tras día la equidad entre territorios, habrá que seguir preguntándose por qué las inequidades crecen como setas, sin freno y sin solución realista y efectiva. Habrá que seguir escribiendo post como éste. 

lunes, 23 de junio de 2014

Ciencia, investigación, fondos públicos y capital privado: Rajoy en el CNIC

Esta entrada llega varios días tarde, no me da la vida... Pero ahí va. I+D+i. Público. Privado. Estos tres términos protagonizaron a mediados de este mes (el día 12, concretamente) la visita del presidente del Gobierno a un centro de investigación, concretamente el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), uno de los más punteros de España. El motivo era la reunión del Patronato del centro.  

Mariano Rajoy estuvo acompañado deValentín Fuster, director del CNIC, y de una plana mayor de personalidades públicas vinculadas con la investigación sanitaria. Entre otros: Ana Mato, ministra de Sanidad; Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad; Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i; Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de Madrid; Antoni Andreu, director del Instituto de Salud Carlos III...

El otro ala protagonista del acto fue el sector privado, el que forma el patronato de la Fundación ProCNIC, representantes de grandes empresas que han decidido vincular su nombre (y su dinero) con la investigación biomédica, y que completan el modelo de colaboración público-privada del que el CNIC y el Gobierno se muestran orgullosos. En el pie de foto que sigue tienes todos los nombres, incluidos los de los empresarios.

Rajoy, en el CNIC, con personalidades públicas y del mundo empresarial. Es aburrido, pero igual quieres saber quiénes son todos. Ahí va:
  Fila inferior. Emilio Botín, Presidente del Banco Santander. Valentín Fuster, Director General del CNIC. Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno.Ana Mato, Ministra de Sanidad. Luis de Carlos, Presidente de la Fundación Pro CNIC. Carmen Vela, Secretaria de Estado de Ciencia e Innovación, Presidenta del CNIC. José Manuel Entrecanales, Presidente de Acciona
Fila intermedia: Francisco de Bergia, Director de Asuntos Públicos de Presidencia de Telefónica. Luis Suárez de Lezo, Vicepresidente de la Fundación Repsol. Ignacio Garralda, Presidente de la Fundación Mutua Madrileña. Borja Prado, Presidente de Endesa. Ignacio Polanco, Presidente de Prisa. Antonio Huertas, Presidente de Mapfre. 
Fila Superior: Sergi Loughney, Director de la Fundación Abertis. Carlos Martínez Echavarría, consejero de la Fundación Ramón Areces. Don Fernando Gutiérrez, Adjunto al Presidente de BBVA. Don Jesús Echevarría, Director de Relaciones Institucionales de Inditex. Don Enric Banda, Director del Área de ciencia de la Obra Social La Caixa.

Espero que hayas sobrevivido el pie de foto. Sigo. De aquí en adelante, más cada año, y partiendo de que ya existe vinculación, la ciencia y la investigación biomédicas y sanitarias (no en particular: igual que otros ámbitos) dependerán muy mucho de la aportación del sector privado. A mí esto, per se, directamente y bien gestionado y evaluado, no me parece mal. Pero sí me fastidia indirectamente, porque significa que el sector público, la Administración del Estado, el que tú y yo ayudamos a pagar, no va a aumentar su apoyo económico a la ciencia y la I+D+i.

Para muestra de cómo está la situación, un botón. Uno de los titulares que dio Rajoy en su charla en el CNIC: La apuesta por la ciencia será clara una vez se estabilice la economía, y será pronto. De nuevo, palabras que esperan (desde hace myuchos años) hechos. Deja entrever lo que es imposible negar: aún no se ha apostado realmente por ello

Por ver el vaso medio lleno, los últimos Presupuestos Generales del Estado han aumentado los fondos para la I+D+i un 1,3 por ciento, en comparación con 2013, pero también se puede ver medio vacío. La Confederación de Sociedades Científicas Españolas (Cosce) cree que la aportación pública en ciencia e investigación se sitúa a niveles de 2002, y recuerda que, tras subir fuertemente hasta 2010, el número de investigadores en los OPI y universidades ha caído un 3-4 por ciento en los últimos años. Son sólo dos ejemplos: la realidad cuenta sobre este siglo XXI que, cuando se podía, no se confió en la I+D+i, y cuando llegaron las vacas flacas, tampocó se tiró de ella para aprovechar la criis y cambiar de modelo. Así nos va.

Evolución del gasto público en I+D+i, según datos del INE, entre 2002 y 2011. Entre 2011 y 2014 continuó la caída

Todo esto ya se sabe. Pero el acto del otro día en el CNIC fue una buena una metáfora de la situación. Al Gobierno le conviene, y bienvenido sea si la ciencia saca tajada de ello, estar codo con codo con las empresas líderes de todos los sectores. Vale. Pero ojalá Mariano Rajoy visitara de vez en cuando, y a menudo, el CSIC, el CNIO, el CRG, el CNB, el Cabimer, las universidades, los parques científicos... Hay motivos para hacerlo. Y también para fomentarlo. No logro confirmarlo del todo, pero podría ser la primera visita de Rajoy en sus dos años de Gobierno a un centro de investigación.

La visita al CNIC, muy mediática además, se produjo porque allí también estaban, entre otros empresarios, Botín, Polanco, Entrecanales... Dudo, y ojalá me equivoque, que se hubiera dado sin la presencia del Santander, el BBVA, Repsol, Telefónica, Endesa, Inditex...

Rajoy, Mato, Vela, Botín... hace unos días en el CNIC.
La foto es mía; iba a meterme en medio del círculo a preguntarles, pero me dio cosa...

No quiero ser demagogo ni torticero. No soy un fan acérrimo del dinero privado destinado a financiar lo que la pública debería y no puede/no quiere pagar, pero asumo que está en todas partes para quedarse y que, con el modelo actual, es necesario para que la ciencia y la investigación sobrevivan y, con suerte, crezcan (recuerdo un tema que escribí:  Dinero privado en I+D+i, una obligación aún dispersa).

Sé, además, que es el modelo que siguen la mayoría de países europeos. Y me alegra que tanto dinero tenga como destino la ciencia, pero no tanto si es a costa de que la pública recule y siga pensando en cosas como el ladrillo. La mentalidad sólo cambiará si la Administración confía de una vez en la investigación. Ahora me viene a la cabeza este otro tema que hice: La investigación y la rentabilidad: galones para el ámbito empresarial.

Un dato para acabar: España destina hoy día menos del 1,5 por ciento del PIB a la I+D+i. Más o menos, la mitad lo aporta la pública y la mitad la privada. Desde hace muchos años, el objetivo escrito sobre el papel, e incluso reclamado por la UE, era llegar al 3 por ciento. Hace un tiempo que España decidió que era tan inalcanzable, que lo rebajo al 2 por ciento. Pero ni por esas llegamos. Lo último es fijar la vista en 2020, y prometer que ese año se habrá alcanzado ese 2 por ciento.

Para hacerlo, en 6 años hay que crecer 6 décimas (una por año, por ejemplo). Eso sí, el Gobierno, por medio de los Ministerios de Economía y Hacienda, y a través de la secretaría de Estado de I+D+i, ya ha anunciado que el presupuesto público no crecerá apenas de aquí a 2020, y qUE el privado tendrá que duplicarse, pasando del 0,6 al 1,4.

Una última reflexión. Confiamos en que el dinero privado incierta el doble en ciencia e investigación, y quizá es mucho confiar. Lo hará si puede, en primer lugar, y si le interesa, en segundo, Como es lógico. Fiarlo casi todo a que las empresas saquen las catañas del fuego tiene sus riesgos... Lo iremos viendo en los próximos años.

Es una forma de verlo... hay que ver con humor casi todo en esta vida

PD: No puedo dejar de citar, hablando de ciencia e investigación, el premio que la Cosce le ha dado este mes a uno de los padres de la política científica en España, Emilio Muñoz. Ésta es una de las varias entrevistas que le he hecho en la última década. Siempre he aprendido de lo que me contaba. Sin duda, si hiciera un top-3 de mis entrevistados, Emilio estaría. Un grande.


Hasta la próxima...

martes, 3 de junio de 2014

Un granito de arena para #A1000Manos ;)

Éste es un post diferente. explicación previa: el proyecto #A4manos tiene ya casi año y medio de vida. Sus autores, @goroji y @rutroncal (apenas necesitan presentación), nos dan ahora la oportunidad de hacerlo global, nuestro, de todos, convirtiéndolo en junio en #A1000Manos. La idea es dar un impulso a la felicidad, propia y de todos: ahí va mi aportación.

Poco más que añadir...

Yo soy feliz en mi trabajo, cosa que no todo el mundo puede decir. Me quejo, y mucho, porque el que no llora no mama, y porque siempre he creído que la queja es principio de liberación, cambio y progreso. Idealista que es uno. A lo que vamos: el periodismo sanitario, de calle, teléfono, cara a cara, tecla y batalla, me hace feliz. No porque sea sanitario (a mi lo que me gusta es escribir, casi de lo que sea), sino porque puedo dar rienda suelta a lo que desde los 12 años es una vocación. He encontrado en la salud, la biotecnología y la política sanitaria un mundo periodístico que apetece vivir.

Hasta la carrera me hizo feliz. Es, en un 80 por ciento, una pérdida de tiempo y espacio mental, pero allí conocí a la que hoy es mi mujer, y a muchos de los que ahora cuento entre mis mejores amigos. Rompí con las ataduras de un colegio privado, manejé mi tiempo y mi espacio, disfruté, comí, bebí, trasnoché, madrugué... Y pasé tres años geniales en el periódico de la Facultad de Ciencia de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, como currito y como parte del equipo coordinador. Conocí gente maja y buena, y aprendí más que en las clases. Sí: el mus, las cervezas y las noches eran eternos compañeros de viaje.

                                     
                                                                                            Don´t stop me now...
                                                                 Me ha acompañado durante muuuchos años


Entre las prácticas que hice mientras estudiaba, los 4 meses que pasé de becario en La Razón, sección Espectáculos, los guardo entre los mejores de mi vida. Y eso que me pasé más de 100 días trabajando 10 horas, estudiando 6 y durmiendo las demás. Mereció la pena, y mucho: no me pagaron, lo cual me duele más ahora que antes, pero la experiencia fue más que recomendable. Aprendí mucho, de nuevo más que en la propia carrera. Empecé a hacer la calle, a quemar los teléfonos, a hacer aperturas... Y el día que me dejaron abrir la sección, y un espacio en la primera plana, con el 100 cumpleaños de Leni Riefensthal, me dio un subidón que aún hoy noto.

Cuando acabé la carrera, tuve la suerte de entrar a trabajar en un medio, Diario Médico, en el que sigo a día de hoy. No puede haber mejor ambiente de trabajo y redacción (aunque el paso del tiempo y el entorno de crisis del sector lo vaya minando), y he incorporado muchos y muy buenos amigos. No voy aquí a echar flores ni a tirar piedras al periódico a al grupo mediático que lo alberga, pero sí a decir que, diez años después, tras muchas alegrías y muchoss sufrimientos, me sigue llenando lo que hago. Crezco día a día, y siento que tengo un sitio que me he ganado. 

No quiero extenderme más. Escribir esto me ha hecho bastante feliz (aunque , y sólo espero empatizar con alguien que viva o haya vivido una situación similar, sea como periodista o en cualquier otro trabajo. No me queda más que desear suerte a #A1000Manos, a sus creadores y a todo el mundo que lo disfrute.

Pelead por ser felices, que hay que ganárselo...

Un ejemplo un poco extremo, pero que sirve:
la felicidad está más dentro que fuera





lunes, 26 de mayo de 2014

Cara a cara con el consejero de Sanidad de Madrid


Además de para una entrevista a doble página, que podéis ver aquí, la entrevista que me concedió el pasado jueves en la Asamblea regional, en Vallecas, Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de Madrid, da para un post. Más que nada porque ya escribí uno sobre las sensaciones que me generaba el sustituto de Lasquetty (¿Confianza irrecuperable?, puedes leerlo aquí), y porque éste, y no un periódico, es el sitio para hablar de ello de forma subjetiva y más libre. Ojo, por si alguien espera una cantada: ni voy a echarle flores ni voy a lapidarle, que aunque uno va por libre en redes sociales, luego tiene que lidiar en el día a día periodístico, lo que exige mantener las formas ;)

El consejero, durante la entrevista.
La foto es de un crack: José Luis Pindado (@pindator / @eldisparadorjpg)

De entrada, fue una entrevisra más de entrecomillados que de noticias. No me contó nada realmente muy novedoso, lo cual ya es un punto negativo para mí. Esperaba saber cuántos eventuales pasarán a interinos, profundizar en convocatorias de personal, saber alguna nueva vía de ahorro o sostenibilidad concreta... pero poca cosa al respecto. De los 52 minutos que duró la entrevista, Rodríguez se 'soltó' poco, y se mostró más 'alegre' al hablar del Ministerio y el Interterritorial que de la política regional. Básicamente, lo de los 17 SNS en vez de uno, y lo de que cada CCAA tiende a hacer lo que le da la gana pensando sólo en sus intereses. ¿Suena, no?

Aquí dejo los titulares que más me gustaron, para que os hagáis una idea rápida.
  •  Ser médico no es como bajar a la mina: se puede ejecer con más de 65 años
  •  A veces no queda otra que ir a la Justicia; Sanidad hace bien recurriendo decisiones de las CCAA
  • Los médicos destituidos en los centros de salud son buenos médicos, pero muy malos gestores
  •  Nos faltan 150 millones. 40 esperamos obtenerlos con eficiencia clínica, para los demás estamos negociando con Hacienda
  • No puede ser que una CCAA diga a todo que sí en el Interterritorial y luego haga en su casa lo que le venga en gana
  •  A ver si se hace la revisión del modelo de financiación autonómica. Hoy dicen que sí, mañana que no.
  •  Hacer más con menos sin perder calidad ni prestaciones es un objetivo irrenunciable
No quedó mucho espacio para la improvisación, porque ambos sabíamos buena parte de los temas que ibamos a tratar. Me salí del guión cuando pude, y el consejero no trató de impedirlo, pero lleva 4 meses en el cargo y en la tribuna política, y se le notaron pies de plomo. Comprensible. Rodríguez estuvo medido, sin querer salirse del 'abc', algo más comedido que en las apariciones públicas que ha tenido en los 4 meses que lleva en el cargo.  En diversos actos sí se le ha visto más animado en sus declaraciones... Para bien y para mal; eso ya lo dejo a la interpretación de cada uno.

Ni fue una entrevista complicada, porque no estaba a la defensiva, ni de las que gustan mucho, porque el consejero no parece una persona de las que se muestra empático y liberado a las primeras de cambio. Fue correcta. Comparando con las 2 ó 3 que le hice a Lasquetty, éste solía estar más activo, más a gusto, más participativo, más convencido de convencer al entrevistador, con un perfil más político, aunque es normal que Rodríguez aún no tenga cogido el punto a las entrevistas. Salí algo frío, pensando que yo no había estado muy fino (venía de una semana que no se la deseo a nadie), pero al trascribir la entrevista me pareció mejor de lo que me había parecido in situ.Menos mal.


Como decía Antonio Molina, "soy médicoooo, y templé mi corazón..."

Sólo un día antes de hablar conmigo, el consejero lo hizo con La Razón (puedes leerla aquí), algo que no fue bueno para mi. Quien da una entrevista previa a la que te concede a ti, suele aprovechar respuestas de la primera, seguir el guión, repetirse a veces. Se notó y así fue: había leído la entrevista de los colegas de La Razón y, aunque nos dirigimos a público distinto, algunas preguntas coicidían: ciertas respuestas y hasta expresiones y frases hechas fueron muy similares. Por cierto, que La Razón tituló con "El objetivo es que el hospital de Villalba abra tras el verano", afirmación que me reiteró Rodríguez, pero con la coletilla "si hay dinero para ello". Claro...

Sólo hacia el final de la entrevista, Rodríguez se soltó algo más. Suele pasar, pero a veces es tarde, porque se acaba el tiempo y las preguntas. Aun así, no eludió preguntas ni se fue excesivamente por las ramas (cosa que sí hacía más Lasquetty). No fue una entrevista sorprendente, pero sirvió para intuir las formas del nuevo consejero. Me dijo que sentía el cariño de los profesionales (literal), a los que trata de convencer y de los que busca su confianza, aunque un par de declaraciones previas y la destitución de 4 directores de centros de salud pueden ser una importante piedra en el camino. Él dice que no, pero los ánimos se han vuelto a soliviantar, cosa con la que, sin duda, ya contaba la consejería. Aunque a veces parecza lo contrario, no suele haber puntado sin hilo...

Sobre los líos entre competencias nacionales y autonómicas:
"Cada uno hace lo que quiere en su casa...".
Rodríguez también habla de buenos médicos y malos gestores.
PD: No tengo nada que ver con Kern Pharma: falta de tiempo para quitar la publi... sorry


Por poner notas, me quedo con un aprobado. Él estuvo en su papel, no metió la pata diciendo lo que no debía decir, y le faltó la chispa que yo no logré encenderle. No conseguí sacarle apenas del guión, y probablemente él quedó igual de satisfecho que yo, cosa que, por cierto, igual no me deja en muy buen lugar. Aun así, me doy por contento como primera toma de contacto: creo que algo merce la pena leerla ;)






miércoles, 30 de abril de 2014

Madrid: ¿confianza irrecuperable?



Cuando el pasado viernes supe que, el día siguiente (sábado), el presidente de la Comunidad de Madrid y el consejero de Sanidad, Ignacio González y Javier Rodríguez, se reunirían en el Gregorio Marañón con más de 400 sanitarios para anunciar mejoras laborales, lo comenté por twitter. Las conversaciones y comentarios subsiguientes me hicieron plantearme un post que llevara por título “¿Confianza irrecuperable?”, al que me habría gustado dedicar más tiempo... pero es lo que hay.

Por buena parte del sector sanitario de Madrid (el que más se hace oír, y el que lleva 2 años criticando la gestión del Gobierno), el anuncio fue recibido con escepticismo. También por sindicatos como Amyts y AFEM. Cuando se supo de las mejoras, más que sonrisas y aplausos, me llegaron muchos comentarios ligados al electoralismo y a considerar escasas unas mejoras que fueron prometidas hace tiempo y que podrían llegar algo tarde. 


González (centro), Rodríguez (derecha) y Maldonado (izquierda),
en el auditorio del Gregorio Marañón el pasado sábado.
Foto colgada por @McVay3 en su cuenta de twitter

Seguro que algunos (o bastantes, no puedo saberlo) profesionales de Madrid no están de acuerdo con esta postura tan crítica, y recibieron de buen grado los anuncios de González y Rodríguez. Pero, como ya conté en una entrada anterior, parece que son minoría, o, si son mayoría, no lo parecen (y deberían, no sé si me explico: estaría bien escuchar y contar tanto las voces críticas como las afines).

El caso es que no son pocos los que tienen una sensación de total escepticismo y desconfianza frente al Gobierno de Madrid. Dicho esto, al grano: este post viene dado por la sensación de que veo muy difícil que la Consejería de Sanidad recupere la confianza de la mayoría de profesionales sanitarios de la comunidad. El plan de sostenibilidad que plantearon y ejecutaron González y Lasquetty (sin consulta previa, aunque con mucho diálogo posterior) sentó muy mal por el fondo, pero también por las formas. Los sanitarios quieren que se cuente con su opinión. De entrada, no de postre. 

Eso, más los recortes ligados a la crisis, la pérdida de salarios, la inestabilidad laboral, el ambiente enrarecido de la sanidad madrileña, y las reformas nacionales (no todo se puede achacar a la gestión política madrileña, cierto), ha derivado en una masa profesional que vive a la defensiva. Esto se intuye en todo el SNS, pero se acreciente en Madrid. Y esto es tan malo que, ante presuntas mejoras laborales (sean tardías o electorales, se supone que mejorarán la situación), muchos sanitarios siguen descontentos y buscan razones (y las encuentran) para verle tres pies al gato.

La sanidad madrileña y sus políticos siguen tomándose el pulso,
pero las constantes no son las adecuadas...

Lo que yo me pregunto, sin hallar mucha respuesta, es cómo el Gobierno de Ignacio González, y la Consejería de Javier Rodríguez, pueden, en el plazo de un año hasta las elecciones autonómicas, convencer a la mayoría de profesionales sanitarios de que están mejorando sus condiciones y las de los pacientes, y de que se ha pasado página a la conflictiva época de Lasquetty. De verdad que ojalá lo consigan, no tengo colores políticos como para desear lo contrario, y al final, si el ambiente no es el mejor, pacientes como tú y yo lo notemos. Sinceramente, con las manos atadas por lo que aún queda de crisis, con una falta de mano izquierda que ahora trata de corregirse (aún es pronto para saberlo), y un sector en el que no mengua la desconfianza, no veo cómo el Gobierno de Madrid puede ganarse/recuperar la confianza de la mayoría profesionales sanitarios.

Cierro con una frase de Herman Van Rompuy, que me ha llegado vía @anadeph, con origen en @PostigoElena "La confianza se marcha a caballo y vuelve a pie".

Y, como curiosidad, cuelgo parte de las conversaciones mantenidas tras el anuncio de González.De una de ellas nace este post...de bien nacidos es ser agradecidos ;)


Parte de las conversaciones que siguieron al anuncio de la reunión González-Rodríguez-sanitarios.
Por ahí asoma la semilla de este post.

 

miércoles, 9 de abril de 2014

El lavado de cara a la política sanitaria en Madrid. ¿Pinta bien Rodríguez?

El (ya no tan) nuevo consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, supo desde el primer día que lo primero que le tocaba era templar ánimos, recuperar confianzas y conseguir que la sanidad madrileña deje de estar a la defensiva y con el cuchillo entre los dientes. Han pasado más de dos meses desde que sustituyó a Fernández-Lasquetty y, echando un ojo a sus principales declaraciones, no va por mal camino: ganan por goleada las palabras que hacen guiños a los profesionales y a algunas de sus reivindicaciones, y las promesas tienen a los profesionales, si no satisfechos, al menos expectantes y, lo más importante, menos tensos que hace 3 meses.

Rodríguez partía del bajage de los últimos años, como portavoz sanitario del PP en la Asamblea de Madrid. Sus colegas de la oposición suelen decir que es más fiero en el fragor parlamentario que en los pasillos, y más duro en el debate político que en el diálogo del día a día. La imagen que un servidor se había forjado como observador-currante en muchaos Plenos y Comisiones de Sanidad no es la que da desde que es consejero: la que intuyo ahora es más favorable, más cercana, menos altiva.


Javier Rodríguez, en la toma de posesión,con Lasquetty  a su espalda.
Uno se fue escaldado, otro echa agua fría a un sector hirviendo.
Foto: Mauricio Skrycky/Diario Médico

Si la buena pinta que tienen sus palabras se transforma en hechos positivos, lo dirá el tiempo. Aún no ha hecho nada, y los parabienes a los que está opositando pueden quedar en nada cuando hablen sus acciones y las consecuencias. Pero, de momento, basándome en las sensaciones que dejan sus entrecomillados -en poco más puedo basarme-, le doy el aprobado.

Recopilando:

En su toma de posesión, el pasado 28 de enero, Rodríguez reunuió a partes iguales aplausos, medias sonrisas, miradas suspicaces y desconfianzas cuando, en su breve discurso, dejó una idea muy clara:
  • "Hay que recomponer las maltrechas relaciones con los profesionales"

     

A partir de ahí, el consejero ha llevado como estandarte (o yugo, según se mire) un segundo entrecomillado, repetido hasta la extenuación ante las (razonables) dudas de la oposición y de buena parte del sector sanitario madrileño:

  • "No se va a recuperar la privatización, aunque el TSJM levante la suspensión. Está abandonada"

     

Que esta última idea no es suya, y que lo dice porque no queda otra, está claro. Pero si la idea es enterrar la privatización de los 6 hospitales (y, no nos olvidemos, de muchos centros de salud), mejor dejar claro que así será y no decirlo con la boca pequeña.

Una tercera idea, hecha pública hace pocos días:
  • "Amyts verá plasmadas en breve sus reivindicaciones; el presidente González detallará mejoras laborales" 

     

En este caso, el presidente de Madrid quiere para sí un anuncio que, anuncian, será positivo para los profesionales. Se espera que cristalice la promesa de convertir "a un elevado número de" eventuales en interinos. Crucen dedos...

Rodríguez se ha mojado en muchas de sus comparecencias públicas. Los periodistas, aunque preferimos noticias a entrecomillados, se lo agradecemos. Por citar algunas ideas que ha dejado caer:
  • "Todas las autonomías tienen sistemas distintos en TIC, y ninguna quiere cambiar, lo que es un problema: no hemos avanzado nada"

     

  • "La Paz, Ramón y Cajal y Gregorio Marañón, aún hablan idiomas distintos" [también sobre TIC...aunque quizá extrapolable]

     

  • "Hay problemas serios de financiación para los proyectos de investigación; Parece ser que, en tiempos de crisis, una de las cosas que hay que recortar es la investigación... Es lo que nos ha tocado [Con Carmen Vela a su lado, y con cierta sorna.... Recadito]

     

  •  "Hemos reducido los conciertos con la privada, y la intención es dejarlos a cero y poder hacer todo con recursos públicos"


  • "Hay que ahorrar 150 millones más, pero no pienso tocar al personal. Nos peleamos con Hacienda para que nos dé el dinero... Quizá haya que hacer menos carreteras"

     

  •  "Madrid no va a cobrar a los pacientes el copago hospitalario de fármacos de dispensación ambulatoria. No ahorra y genera un malestar en el paciente"

     

Todas estas frases, o suenan a "hay que cambiar para mejor", o directamente suponen concesiones a los profesionales. En la intuición de cada uno está cómo valorarlas.

Por contra, dos de sus declaraciones desde que es consejero son algo más polémicas. En su toma de posesión dijo:
  • "Javier Fernández-Lasquetty ha sido el mejor consejero de Sanidad de Madrid; todos han sido buenos pero él ha sido excepcional"

     

 Para gustos, colores: opiniones hay tantas como gente. Y hace unos días, sugirió esto otro:
  • "Las listas de espera crecen porque el paciente en ocasiones no quiere cambiarse de centro cuando se lo proponemos" 

     

Dejando a un lado la veracidad de la afirmación, decir esto es ponerle un caramelo a sus críticos, y dejar al paciente con la sensación de "¿otra vez yo?". Evitable, cuando menos.

Hasta aquí, sus palabras. A juzgar: ¿Expectación? ¿Optimismo? ¿Desconfianza?


El consejero, con Jesús Fermosel, de asuntos Sociales,
en la presentación de la estrategia para crónicos.
De lo más concreto que he visto en este ámbito, aunque va para (muy) largo
Foto: Lenda/Diario Médico

 

De regalo, otra lectura... aunque pobre, por falta de datos

 

Se puede hacer otra lectura, pobre todavía, partiendo de sus actos, que no son suyos, sino de la Consejería de Sanidad. Está claro que Madrid se ha puesto las pilas, bien porque ya lo tenía pensado antes de dimitir Lasquetty, bien porque es la política iniciada por Rodríguez, bien porque "desde arriba" así lo quieren. El caso es que, desde su llegada, se han presentado un plan de crónicos (muy a largo plazo, pero concreto en sus objetivos, cronograma y acciones), uno de Telemedicina (menos concreto), el Observatorio de Resultados de la sanidad madrileña y  los datos de conciertos sanitarios con el sector privado. Todo suena bien, puede ser útil, y, en principio, no genera polémica, ni suscita reacción crítica del profesional.


jueves, 13 de marzo de 2014

Rock y salud: enfermos por la música



Sabiendo que no descubro nada nuevo, aunque quizá sí aporte algo, ahí va una entrada meramente lúdica sobre canciones que tratan la sanidad, la salud, la enfermedad, etc, con especial atención, por lo mucho que se puede encontrar, a los temas sobre drogas y alcohol. No soy el primero que hace una entrada bloguera de este tipo, ni seré el último, pero seguro que hay alguien a quien le haga gracia echar un ojo a este tipo de listados y, de paso, escuchar los temas. 

Aviso para navegantes: yo soy de rocanrol en casi todas sus vertientes, así que ya sabéis qué tipo de canciones serán mayoritarias en esta entrada. Sé que me dejo muchas, algunas omitidas por obvias y más que conocidas, y otras porque uno es menos enciclopédico de lo que le gustaría ;) Se admiten (de hecho, las pido) sugerencias, comentarios, y canciones, claro.

Hay temas que realmente tratan sobre salud o sanidad, los hay que se valen de una palabra o tema sanitario para luego hablar de otros ámbitos, otros que optan por ambas opciones... En el primer saco, se me han ocurrido (no ordeno por gusto, importancia o reconocimiento):

  • All the madmen, de David Bowie (sobre enfermedad psiquiátrica)
  • Say my name, de Within Temptation (sobre Alzheimer)
  • Streets of Philadelphia, de Bruce Springsteen (sobre VIH)
  • Sólo pienso en ti, de Victor Manuel (sobre una relación entre jóvenes con Síndrome de Down)
  • Stockholm Syndrome, de Muse (sobre la afectación psicológica homónima)
  • Cancer, de My chemical romance (enfermedad oncológica)
  • Basket case, de Green Day (sobre los ataques de ansiedad que sufría su líder, Billie Joe Amstrong). 
  • Pobre jugador, de Los Suaves: Ludopatía... y depresión, alcoholismo...



 All the madmen, de David Bowie: ¿estamos locos?



Streets of Philadephia, del Boss: VIH de película



Basket case, de Green Day: ataques punkies de ansiedad



Pobre jugador, de Los Suaves: Se enciende el sol, terminó la partida...

Otras canciones tocan la salud sólo de pasada, con menciones en su título o valiéndose de palabras sanitarias como mera metáfora para hablar, por ejemplo, de relaciones personales. Es el caso de: 
  • Bad Medicine de Bon Jovi (Amor...y desamor...y odio)
  • Virus, de Héroes del Silencio: Infecciones desconocidas... y metafóricas
  • La bilirrubina, de Juan Luis Guerra (Otra vez amor)
  • Pastillas para no soñar, de Joaquín Sabina (sobre cierta forma de tomarse la vida)
  • Doctor, Doctor, de UFO (relaciones, con tintes psicológicos)


 Bad medicine, de Bon Jovi: no hay médico que cure esto...


Doctor, doctor, de UFO: de psiquiatra...

Hay canciones que tocan lo sanitario-patológico, pero cuyo significado es difícilmente clasificable. Se me ocurren, por su curiosidad:
  • Deja vu, de Iron Maiden (que describe muy bien ese suceso cerebral de difícil explicación y origen poco claro)
  • Cara de niña, de Obús (en la que se desvela que el protagonista está enamorado de una mujer que, tras un cambio de sexo, es en realidad un hombre; divertidísima letra)
  • The doctor, de Motorhead (en la que un supuesto sanitario se excede en sus prescripciones, dejémoslo ahí…). Gran canción gamberra para no tomársela en serio


Cara de niña, de Obús: la sartén tenía mango...

Mención aparte las muchísimas canciones que tocan el tema de las drogas y el alcohol, que no deja de ser un ámbito de lasalud con consecuencias sanitarias. Me quedo, por lo clásico, con:
  • Cocaine, de J.J, Cale y versionada por Eric Clapton (cuyo mensaje contra las drogas se ha visto  confundido por lo contrario mil y una veces).
  • El Tren, de Leño (porque describe maravillosamente bien, incluso para los profanos, las sensaciones de un viaje psicotrópico, sin entrar a valorar lo bueno o malo de emprenderlo).
  • Lucy in the sky with diamonds, de los Beatles.Siempre se ha vinculado con las drogas, por mucho que sus autores hayan defendido que se trata sólo de una descripción de una alucinación:  relata una fantasía onírica, pero mucho se ha hablado de que las iniciales de las palabras que lo componen son LSD (ya es coincidencia…).
  • She said, she said, también de los Beatles. Aquí parece más clara y reconocida su relación con el LSD. 


El tren, de Leño: Cuidado con el viaje...

No me olvido de otros ejemplos:
  • Never Let Me Down Again, de Depeche Mode (sobre el consumo de cocaína)
  • White Rabbit, de Jefferson Airplane (cocaína también…)
  • Sister morphine, de los Roolling Stones (sobre la extrema adicción, cercana a la muerte)
  • Obús tiene dos temas (uno mítico y otro menos conocido) al respecto: el Vamos muy bien (muchos conocerán más la versión de Siniestro Total), sobre lo que mola cogerse una cogorza (…), y La raya (sobre…meterse rayas, no tiene muchas más vueltas, salvo la de pensar si la letra es frívola o esconde cierta crítica).

Sister Morphine, de los Stones: se va apagando la vela...

Para acabar, una de las canciones que más me emocionan y, aunque no trata directamente lo sanitario, habla de violencia psíquica y física hacia las mujeres:
  • Ay, Dolores, de Reincidentes. Pone los pelos como escarpias, rabia y sentimiento a partes iguales.

  Ay Dolores, de Reincidentes: cambió su nombre por Libertad...

Y hasta aquí hemos llegado...de momento. Quizá haya segunda parte, sobre todo si cuento con vuestra ayuda. Keep on rocking...