martes, 19 de enero de 2016

App médicas: la potencia sin control no sirve de nada...

Hoy los compañeros de @Papel _EM han publicado un tema, firmado por @e_paniagua, sobre la proliferación de app médicas. Lo puedes leer aquí. Como las fuentes consultadas son un acierto (@juliomayol y @doctorcasado), la conclusión que se saca es acertada: no evaluamos lo que ponemos a disposición del paciente y, además, a veces hacemos uso de ello en circuitos estancos y ajenos al global del sistema sanitario. Ojo, que esto no quiere decir que no haya que apostar por las app médicas. Todo lo contrario, porque tienen muy buna pinta. Pero no lancemos las campanas al vuelo...

Me viene a la mente un término que me recordó no hace mucho @jaime_delbarrio: infoxicación (y sobre el que escribió hace unos años @navarrotradmed). Hay cierta tendencia a dejar pasar el tren por exceso y por incapacidad de centrar el tiro cuando lo que está a nuestro alrededor abruma. Igual que pasa con el manejo de datos genómicos, la explosión de las app médicas tiene su cara y su cruz: surge una herramienta potencialmente muy útil, pero queda difuminada por su indefinición. Lo de la potencial consulta médica en el bolsillo de los usuarios...


Basta con googlear 'app médicas' para encontrarte con decenas de varipintos listados sobre 'las mejores aplicaciones'. Ya hace dos años, las cifras de negocio de la mHealth sorprendían a propios y extraños. ¿Se puede decir cuáles son las mejores? ¿Y las peores? Vaya por delante que algunos informes intentan hacerlo, como éste de las 50 mejores app de salud, de The App Date. A todo esto, ¿Caducan las app médicas, como se preguntan en el blog Nuestra Enfermería?

El caso es que la mayoría de profesionales sanitarios no conocen el mundo de las app sanitarias, y que muchos de los pacientes que las utilizan, o que piden valerse de ellas, están expuestos a un desconocimiento sobre su utilidad real. Ojalá que iniciativas como Asociación Salud Digital aporten algo de luz al asunto. La oferta crece y crece, pero, como decía un anuncio de la tele, la potencia sin control no sirve de nada...


lunes, 18 de enero de 2016

La prensa concilia #periodistaconcilia

Érase una vez un periodista que salía de casa a las 8:30 y volvía doce horas después. No se pasaba esas doce horas currando, pero primero llevaba a sus dos hijos a la guardería y al colegio y luego se tragaba hora y media de coche entre ida y vuelta, con reiterados atascos. Comía en la redacción con sus compañeros, en un comedor comunitario situado a 100 metros de su ordenador. Tenía la suerte de no trabajar, salvo muy escasas excepciones, los fines de semana.

La jornada laboral de este periodista, en términos de su profesión, es bastante respetable comparativamente hablando. Algunas horas extra, como en casi todos los medios, pero dentro de unos parámetros digamos que adecuados (hubo tiempos peores). Pero el caso es que este periodista tiene una mujer, dos hijos y una vida propia, trinomio difícilmente compatible con ese término que tanto cuesta introducir en el sistema laboral español: conciliación.

Escribo esto hoy porque, gracias a @gemalalbendea, he pasado un rato informándome sobre la iniciativa La prensa concilia #periodistaconcilia, lanzada por la (buena) gente del movimiento social #mamiconcilia. Aquí puedes leer el comunicado que han hecho y, de paso, colaborar con la causa contando tus impresiones sobre el periodismo y la conciliación laboral y familiar. Yo ya lo he hecho.


Campaña #periodistaconcilia, de la gente de @mamiconcilia


Mi situación, dentro del conflicto conciliador, no es nada mala. Muchos compañeras, periodistas y de otras profesionales, lo pasan mucho peor. En mi casa somos dos periodistas (cosas de un entorno endogámico...) y dos niños pequeños y, mal que bien, salimos adelante. Si vienen mal dadas, tenemos abuelos cerca que están encantados de quedarse con los pequeñajos.

Para engrosar una costumbre que, lamentablemente, sigue primando en este país (ésa por la que es la mujer la que más cuida de los hijos), es mi bianamada esposa (la @gemalalbendea de unas líneas más arriba) la que, después de currar en casa por la mañana, pasa las tardes con ellos hasta que yo vuelvo del curro.

E quando arrivo a casa... no tomamos café descafeinado, sino que pasamos un ratejo juntos apañando a los peques con ciertas prisas e intentando disfrutar el momento. Luego cenamos y, mientras yo trato de desconectar un rato, ella y curra otro poco antes de acostarse, porque es periodista freelance y autónoma (échale...). Vamos, que en el día a día mi idolatrada mujer y yo cruzamos tres palabras mal contadas.

La Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) ha lanzado hace unos días la campaña #LaPrensaConcilia
Del dicho al hecho hay un trecho...

Lo del periodismo tiene, entre otras muchas otras cosas, una cosa potencialmente a favor de la conciliación y otra en contra. La buena primero. En ciertos medios y trabajos (como en el mío), puede dejar sitio al teletrabajo (digo puede, porque es un modelo apenas extendido) y a una jornada flexible escasamente explorada todavía. Ahora la mala. Como no hacemos tuercas, la noticia no descansa y la mentalidad sigue siendo la de echar horas, la profesión a veces exige respuesta y dedicación inmediatas en momentos inesperados.

Dicho esto, en periodismo se podría establecer un modelo pro-conciliación mucho más adecuado que el actual, que es casi inexistente y/o residual. Mucho nos queda por hacer para progresar en esto de la conciliación. Escribir un post y sumarse a una iniciativa es sólo un granito de arena, pero sirve para avivar el debate, implicar a gente, sacudir el árbol y conseguir, poco a poco, que el tema cale donde tine que calar, allí donde se toman las decisiones (o deberían tomarse).






jueves, 14 de enero de 2016

Fin de la epidemia de Ébola. Sobre la mortalidad

Esta mañana Hemos amanecido con una noticia que no por esperada deja de ser tan buena. Con la declaración de Liberia como país libre de enfermedad, la OMS ha dado por acabad la epidemia de Ébola, más de dos años después de su inicio, fechado el 28 de diciembre de 2013, cuando falleció el considerado caso 0 de la epidemia.

Más de 500 personas han sobrevivido al virus en Elwa3, el mayor centro de tratamiento del Ébola, situado en Liberia.
La foto es de Médicos Sin Fronteras.

La epidemia deja cifras tremendas, con un total de 28.637 casos confirmados y 11.315 muertes. En un principio, en 2014, se hablaba de unas cifras de letalidad del virus que podían alcanzar el 90 por ciento, como reconocía la propia OMS a principio de 2014

Pasados dos años, el final de la epidemia deja una mortalidad que no alcanza el 40 por ciento (39,51 por ciento, concretamente), cifra menor que la que citaba la OMS en octubre de 2014, coincidiendo con el caso que sufrió España, cuando ya había más datos sobre la epidemia africana.

Echando un ojo detenido a las cifras en los tres países más afectados, Liberia, Guinea y Sierra Leona, los números son bastante diferentes, demostrando lo mucho que puede variar la ltalidad del virus según dónde se dé y las condiciones que lo rodeen.
 
- Liberia es el país con más fallecidos: 10.666 casos y 4.806 muertes, lo que deja el porcentaje de mortalidad más similar al global de la epidemia, un 45,05 por ciento de mortalidad.
 
- Guinea, el país con la cifra de letalidad, ha alcanzado el 66,6 por ciento de mortalidad, con 3.804 casos y 2.536 muertes.
 
- Sierra Leona queda como el paí que ha registrado más casos: 14.122, con 3.955 muertes, lo que deja el porcentaje más bajo de letalidad, un 28 por ciento de mortalidad.

La epidemia se ha ido, y ojalá no rebrote, pero estamos lejos de acabar con la enfermedad. A ver si sacamos algo bueno de lo malo y estos dos años de lucha contra el virus nos permiten arrinconarlo poco a poco. Ya hay una vacuna muy prometedora.

Me despido con una imagen que me pasó hace unas semanas la gente de Médicos Sin Fronteras, que, como decía esta tarde @manuelansede, ha atendido a 5.226 de los 28. 637 casos, salvando a 2.478 personas. 

Un sanitario de MSF atiende a Nubia, última paciente de ébola en Guinea hasta la fecha, en un hospital del país africano. (Samuel Aranda/MSF)

A MSF, y a las demás ONG, cooperantes, médicos, enfermeros, sanitarios, personal civil, instituciones, etc, que han puesto su granito de arena, y que lo siguen poniendo, GRACIAS.

domingo, 3 de enero de 2016

Un repaso cualquiera al 2015

Vamos con el consabido repaso del año. Sí, llego tarde, perfecta metáfora de mi relación con este blog desde hace meses. No me da la vida, como conté en mi último post del año.

He empezado 2016 como acabé 2015, desordenado, así que este post va a ser una mera enumeración de algunas cosas, sólo algunas, que me marcaron el año pasado. Me dejaré muchas, claro, pero es lo que tiene escribir un post a vuelapluma, algo que también tiene su gracia.

La aparición de Principia, un magazine de divulgación cultural y científica, confirma el buen estado de la comunicación en ciencia en los últimos años, como ya conté en esta entrada. La gente de Principia, comandada por @eroyuela, ha tenido, además, la gran idea de publicar también Principia Kids, destinada al público infantil. Ambas las tengo en casa y puedo dar fe de que merecen la pena. He puesto mi granito de arena siendo mecenas del proyecto, así que la satisfacción es doble.

Haceos con ellas. Merecen la pena

Mi premio a la mejor novedad bloguera del año 2015 es para @RaulCalvoRico, que empezó el 1 de enero del año pasado a nutrir su Medicina en la cabecera con emotivas historias del día a día de un médico de Familia que te llegan muy dentro. Más que recomendable.

No puedo dejar de hablar de la paliza que nos dimos mi compañera @lauragibanes entre noviembre y diciembre y yo con el especial pre-elecciones generales en @DiarioMedico, que cristalizó en mil acciones que podéis ver en los hashtag #EleccionesDM y #MiPrioridadEnSanidad. Sudamos tinta y conocimos bien nuestros límites, pero quedó chulo. Muchos nos ayudaron a que el trabajo luciera. Gracias.

Mi disco del año 2015, y son muy subjetivo e imparcial, es el último de Iron Maiden. Una maravilla, a la altura de algunos de sus discos ochenteros, y sin dudo el mejor de este siglo, compitiendo con su Brave New World de 2.000. El tiempo dirá si llega a pisarle los talones a sus Powerslave y Number of the Beast. Por supuesto, ya tengo mi entrada para verlos en Madrid dentro de unos meses.

 Tears of the clown, del Book of Souls de Iron Maiden. 
Dedicada, por cierto, al fallecido Robin Williams.

Más música, en este caso en directo. Por fin vi a los Kiss, en el Palacio de los Deportes de Madrid. Una menos en la lista de grandes del rock duro pendientes (no me quedan muchos...). ¿El concierto? Bastante bueno, pero, salvo algún pasaje, no me emocionó como me esperaba. ¿Mereció la pena? Claro.

Kiss y su Rock and roll all nite

Como siempre, he leído mucho pero menos de lo que me hubiera gustado. Ha sido un año de trilogías: me he leído La Trilogía del Baztán, que va de más a menos y finalmente no me ha dejado un gran poso, y Millennium, que me ha tenido pegado al ebook y que me parece un señor best seller, un par de escalones por encima de la mayoría de sus homólogos superventas.

También me leí, meses antes después de su muerte el pasado 28 de diciembre, la autobiografía de Lemmy Kilmister (cantante de Motörhead), un desenfreno en toda regla bien aliñado con algo de culturilla musical.

Vaya pérdida la de Lemmy.
Una forma de conocer su desquiciada vida durante 70 años

En abril del año pasado estuve en el Congreso de la ANIS, Asociación Nacional de Informadores de la Salud (@anisalud), en Oviedo. Estuvo muy bien, la verdad. Mucho curro de día y buen networking nocturno cerrando algún que otro bar. Aquí os dejo la mesa redonda en la que participé, en la que hablamos de medios de comunicación y crisis del Ébola.

Hablando en Oviedo, con la gente de la ANIS, de cómo se reflejó en los medios la crisis del Ébola.
No estuvimos muy afotunados, vaya. 

Poco cine he visto. Con lo que yo era. Me quedo con esa pequeña maravilla que es Inside out, de la gente de Pixar. Por cierto, que hace unas semanas sacaron un corto que continúa una de los orgumentos de la peli original. Para variar, genial.

Riley's first date. Échate unas risas...

No puede faltar en este post todo el tiempo que me ocupó en 2015 la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (@acbiotecnologia). Hicimos nuestro primer congreso nacional y salió bastante bien, la verdad, dentro de nuestras posibilidades. Puedes leer aquí un resumen de cómo fue, vía @lluismontoliu y @jcestebans. Ya que se movió bien por redes sociales, también hicimos un storify, vía @itato. Mucho por hacer para este año. Ganas de seguir dándole vida a la AcB.

Para acabar, dejo un enlace a uno de los temas de curro que más me gustó hacer en 2015, sobre hashtag sanitarios y su alcance. Lo podéis leer aquí en Diario Médico y también podéis echar un ojo al post que dejé el respecto.  

Huelga decir que en 2015 hice muchas más cosas, y que me pasaron otras tantas más. Escuchar las primeras palabras de un peque y ver sus primeras caídas al intentar andar no tiene precio, claro. Vivir con una recién estrenada periodista freelance autónoma (que, además, tiene un alter ego 2.0 y se desdobla en @cibermadres y en este blog), tampoco. Pero hasta aquí llega este post... A darle duro al 2016.