domingo, 4 de octubre de 2015

Homeopatía: O jugamos con las mismas reglas...


Este viernes estuve en un debate sobre homeopatía, organizado por la Fundación Aldebarán con la colaboración de Boiron. Debo decir, por cierto, que el acto estuvo ligeramente inclinado a darle una oportunidad a la alternativa ideada por Samuel Hahnemann hace un porrón de años. Dos detractores y dos defensores de la homeopatía debatieron sobre esta alternativa, con resultados conocidos: falta de acuerdo y dificultad para conciliar opiniones y extraer resultados positivos para la ciencia y la medicina. Sin reglas compartidas, sin igual evaluación y sin regulación homogénea, el debate tiende a ser fútil.

No voy a hacer una apología del #NoSinEvidencia, ni a criticar la homeopatía. Baste decir, aunque huelga para quien me conozca, que estoy a favor de lo primero y, a día de hoy, en contra de lo segundo. En twitter, con el hashtag #debatehomeopatía, puedes hacerte una idea de lo que se dijo en el debate (aunque no fuimos muchos los que lo utilizamos). Me ciño a un resumen de lo comentado.




El médico de Familia Vicente Baos, el bioquímico José Miguel Mulet, el también médico Sergio Abanades y el investigador británico Peter Fisher (los dos primeros como detractores, los dos segundos como defensores) intentaron aportar luz entre la polémica. Poco acuerdo: ambos 'frentes' defienden evidencias científicas, pero la falta de regulación, evaluación y uso de reglas compartidas dejan a la homeopatía en una posición compleja, en una "nada en busca de explicación", como dijo Baos.

Evidencia es la palabra clave y la que más desencuentro genera; hasta que los resultados publicados por la homeopatía no logren apoyo de la evidencia científica que sirve de base a la medicina moderna, parece difícil el consenso clínico que la vea como alternativa válida. Si demostrara funcionar según los parámetros exigidos a las demás opciones terapéuticas, no serían pocos (no todos) los que la acogerían, con mayor o menor escepticismo, como bien se ha admitido en el debate. Lo que tiene poco sentido es que, con toda la controversia que genera, con un rechazo mayoritario entre clínicos y sin demostrar todo lo que debe, esté disponible tan fácilmente.
 
Baos abrió fuego en el debate, negando base científica o terapéutica a la homeopatía, tachándola de "pseudociencia, aunque se vaga de herramientas de análisis científico". Matizó que quizá no se puedan negar sus beneficios (similares s los del placebo, por ejemplo), pero dijo que carece de base clínica. Y dejó un recado al Gobierno: "O es pusilánime o es ignorante", en referencia al proyecto de regulación propuesto por Ana Mayo y abandonado hasta el momento. Tema que, por cierto, no se tocó en el debate: una pena.

Abanades, por contra, cree que la homeopatía acumula evidencias comparada con placebos, en ciencia básica, modelos animales, celulares e in vitro, e incluso reproducidas en voluntarios sanos: "Hay ensayos clínicos que demuestran su eficacia, aunque sean estudios pequeños que deban ser reproducidos. Hay más que indicios".  Y continuó: "En estudios observacionales, los pacientes funcionan más o menos igual que con la medicina convencional, pero con menos visitas médicas y menos necesidad de utilizar medicamentos convencionales". La entiende como complemento y elemento integrador, "siempre utilizada por  médicos y mediante el rigor científico".

Aquí puedes leer, el estudio más citado en el debate por los defensores, un Plos One sobre homeopatía VS fluoxetino en mujeres posmenopáusicas con depresión, publicado este mismo año. Que cada uno saque sus conclusiones... Añado enlace a la Cochrane, que también fue muy citada en el debate.


Joaquín Casariego, de la Fundación Aldebarán, con los cuatro participantes en el debate:
Vicente Baos, José Miguel Mulet, Sergio Abanades y Peter Fisher.

En su turno, Mulet incidió en los métodos que utiliza la medicina para incorporar armas terapéuticas: "Si cumpliera con todo lo que se le pide a otro medicamento, será una herramienta más. Pero no lo cumple". Pidió lo lógico, "jugar con las mismas reglas", y criticó que los métodos homeopáticos "funcionen al revés que los médicos: comercializan y luego hacen estudios, en vez de estudiar, evaluar y comercializar". En su opinión, algo que admitió en parte Fisher, la homeopatía se basa más en demanda y apoyo social que en evidencia clínica.

Fisher cree que hay un problema, y no le falta razón: "El debate genera más humo que luz". Pidió concentrarse en hechos, y defendió evidencias en torno a los efectos a largo plazo de las diluciones de principio activos que sustentan la práctica homeopática. Además, cree que "es falsa la no existencia de evidencias en estudios comparativos con placebo". Si se utilizan con medicina convencional, "hay pruebas consistentes de eficacia, reflejadas en los sistemas sanitarios alemán y francés, por ejemplo". 

Buena parte del debate con desencuentros quedó protagonizado por la validez, o no, que los participantes conceden a estudios publicados. Diseño, sesgo, selección, tamaño muestral, reproductibilidad… Son algunos de los aspectos que pidió Baos en estudios sobre homeopatía. También recordó que (por lo general) sólo se aprueban los fármacos que demuestran mecanismo de acción, algo que la homeopatía no ha logrado demostrar. Sobre los posibles resultados en conjunción con la medicina, negó eficacia, y dijo que son la labor farmacológica y las ganas de curación del paciente lo que realmente dan los resultados.

Abanades, por contra, ve "hechos contrastables: la homeopatía ultradiluye en medicamento, se controla con placebo, se publica en revistas de amplio impacto, con metanálisis, da resultados claramente diferenciados del placebo". La epigenética y la neuroimagen, añadió, pueden ayudar a entender los hipotéticos efectos de la homeopatía: hay demostración también in vivo". Reconoció no saber qué pasa en el proceso de hiperdilución, "áreas grises  de conocimiento", pero defendió "claras pruebas de mecanismo de acción".

¿Conclusiones? No muchas, la verdad. Unos creen, otros no, y la razón científica parece seguir, hasta que se demuestre lo contrario, con éstos últimos. 

Por cierto. ¿En qué situación queda el paciente?